EL MUNDO – 24/02/16
· El PSOE sella un acuerdo con Ciudadanos con una reforma de la Constitución para la que no cuentan con votos suficientes.
· Pactan un programa sin subidas del IRPF, con tres tipos de contrato y con un blindaje de derechos sociales.
· Iglesias arremete contra el líder del PSOE, le niega su apoyo e insinúa que irá a la investidura «a hacer teatro».
El candidato a la investidura, Pedro Sánchez, confirmó ayer que ya tiene cerrado su pacto con Ciudadanos. En una escenificación acordada por Sánchez y Albert Rivera el lunes, el secretario general del PSOE asumió las cinco exigencias de reforma exprés de la Constitución que le planteó por la mañana Rivera, incluida la supresión de las diputaciones.
Sánchez elige a Rivera como socio para llegar a La Moncloa, aunque si ninguno de los dos partidos logra más votos o abstenciones, no lo conseguirá. El PSOE mantiene abierta la negociación con las fuerzas de la izquierda y C’s aspira a convencer al PP para que se abstenga. Sin embargo, y a día de hoy, la investidura parece imposible.
El PSOE y Ciudadanos cerraron ayer un pacto para hacer presidente a Pedro Sánchez, aunque al acuerdo no le salen las cuentas. Pedro Sánchez lo calificó como «un pacto de legislatura», ya que tiene voluntad de continuidad más allá del debate de investidura. Ciudadanos habló de «acuerdo de Gobierno». Eso sí, el PSOE y C’s sólo suman 130 escaños, con lo que Sánchez no podrá ser presidente si el PP (119) o Podemos (65) mantienen su voto negativo.
Ambos dedicarán los próximos días a buscar socios que hagan posible la investidura. Los socialistas por la izquierda (ayer celebraron su segunda reunión con Podemos, IU y Compromís) y Ciudadanos por la derecha, con el PP.
Albert Rivera planteó la necesidad de que el PSOE acepte reformar la Constitución en tres meses incluyendo cinco puntos fundamentales. Éstas eran sus exigencias para alcanzar el pacto con Sánchez.
La primera petición es la supresión de los aforamientos, para limitarlos sólo a los delitos relacionados con la actividad política, nunca con la corrupción. La segunda, facilitar la presentación de iniciativas legislativas populares (al rebajar el número de firmas necesarias para presentar un proyecto de ley de 500.000 a 250.000 rúbricas). Además, Rivera reclamó despolitizar la justicia y el Consejo General del Poder Judicial, suprimir las diputaciones provinciales y limitar los mandatos del presidente del Gobierno a ocho años, dos legislaturas.
Rivera aseguró que cerraría un pacto con el PSOE si asumía todas estas reivindicaciones. Y Sánchez tardó muy poco en hacerlo. En un primer momento, los socialistas convocaron a los periodistas pocos minutos después de que terminara la rueda de prensa del líder de Ciudadanos. Finalmente, convocaron por la tarde. Sánchez aseguró entonces a los informadores que si las peticiones de C’s son las expresadas por Rivera, «que no le quepa duda de que habrá acuerdo», que previsiblemente se hará oficial hoy.
El PSOE asume sin problema todas las propuestas –la mayoría están en su programa–. Sólo había una salvedad: la supresión de las diputaciones. Alfredo Pérez Rubalcaba trató de introducir este punto en su programa para las elecciones de 2011, pero tuvo que dar marcha atrás tras la presión de los poderes regionales y locales del partido.
Ayer, Sánchez sí hizo suya esa petición y propuso la supresión de las diputaciones para convertirlas en «consejos provinciales de alcaldes». «Cuando hay voluntad de cambio hay voluntad de acuerdo», sentenció.
A partir de ahora, los socialistas mantendrán sus conversaciones en la mesa a cuatro con Podemos, IU y Compromís. El PSOE ya cerró un pacto con Coalición Canaria (un escaño), que se sumará al de C’s; y reanudará conversaciones en los próximos días con el PNV (seis diputados). El PSOE y C’s garantizan que las diputaciones forales vascas no desaparecerán. Ésta es una de las líneas rojas de los nacionalistas vascos, con el Concierto Económico.
Fuentes de la dirección explican que el PSOE cuenta con el voto a favor de 131 escaños y en contra de los 142 del PP, Democràcia i Llibertat, ERC y Bildu. A partir de ahora, quieren poner a Podemos entre la espada y la pared para que elija entre «el bloque del cambio» que representan, según ellos, socialistas y C’s, y el «bloque del inmovilismo» del PP y los independentistas.
Las cuentas de Ciudadanos sólo pasan por el PP. Ayer ya hubo una primera reunión de trabajo, y acordaron verse pasado el 5 de marzo, tras la segunda votación de investidura de Sánchez. Las dos formaciones saben de la improbabilidad de que el socialista reúna ahora 176 votos. Pero el partido de Rivera juega esa baza. La del tiempo, la de la paciencia. Consideran que en dos meses, los populares, con Mariano Rajoy a la cabeza, sufrirán presiones, caídas en las encuestas y casos de corrupción que harán muy difícil mantenerse en su posición actual.
«Rajoy defiende una mayoría sensata amplia, pero como ha pasado palabra le pedimos que se sume a este acuerdo», fue el directo mensaje que le lanzó ayer Rivera. Desde la formación emergente consideran que las cinco propuestas para una reforma exprés de la Constitución son aceptables por los populares. «Que el PP explique qué es lo que no le gusta», dijo Rivera. «Muchas medidas podrían ser asumibles por el PP y seguro que son asumidas por sus votantes», añadió después José Manuel Villegas, su jefe de gabinete, tras confirmar el «principio de acuerdo». Además de ser conscientes de que la mayoría absoluta del PP en el Senado hace de freno a cualquier cambio de la Carta Magna y, por tanto, es indispensable contar con la formación de Rajoy.
EL MUNDO – 24/02/16