Armando Zerolo-El Español

Lo único que ha hecho mal Sánchez, según Pedro Sánchez, es no darse cuenta del veneno que ha inoculado la prensa conservadora y ultraconservadora. Ayer, en Lo de Évole, vimos al Pedro Sánchez de las últimas entrevistas dispuesto a «no concretar nada», como le reprochó el propio entrevistador, y también a un presidente del Gobierno muy agresivo con la prensa.

De la entrevista me llamaron la atención dos cosas, el resto fue el pulso sostenido de siempre por decir muy poco en mucho tiempo.

La primera, que no entró al trapo de Vox. Dos veces lo intentó Évole, y dos veces lo evitó. Sabe que no conviene movilizarlos ahora que están de capa caída. Ahí pudimos reconocer al auténtico animal político que es el todavía presidente. Un hombre astuto sabe cuándo hay que entrar y, sobre todo, cuándo hay que esperar.

La segunda, la más preocupante, fue su ataque directo y sin dobleces a la prensa. Lo dijo muy claro. Una persona progresista, que en su vocabulario significa «una persona normal» (todos los demás son reaccionarios), se levanta y pone la radio, luego el telediario, los programas matinales, se acuesta con los de entretenimiento, y en todo el día solo ha visto «antisanchismo».

Conclusión. En España te levantas progresista y te acuestas fascista. Y la culpa es de las terminales mediáticas.

En la prensa española, según Pedro Sánchez, solo encontramos «mentiras, manipulación y maldad». Lo dijo dos veces, y en el mismo orden, o sea, que se lo traía aprendido de casa. No ha sido un calentón. Lo ha dicho sonriendo. Esta vez sí quería lanzar un mensaje claro: la prensa en España no está con la democracia.

Y esto puede interpretarse de dos maneras. Una si gana, y otra si pierde.

Si gana, es un aviso para navegantes. Que se agarren los machos los de la «prensa conservadora» y que griten albricias los progresistas. Habrá premio y castigo.

Si pierde, abre la vía Trump. También lo ha dicho, le ha salido el populista que lleva dentro. «Hay una desproporción entre la información de la prensa y la realidad sociológica del país».

¿Lo traducimos? Yo soy el pueblo y las oligarquías no os representan. Si he perdido es porque España es una democracia fallida controlada por las oligarquías mediáticas y económicas. «Sigue el dinero, y encontrarás el crimen», dijo en clave policiaca.

Pero la realidad sociológica no es la de Tezanos. Sánchez haría bien en leer la prensa que critica y a la que maltrata. Le iría mejor con sus votantes. La sociología demuestra que no hay dos Españas. No estamos divididos en progresistas y conservadores.

Esa forma de hablar, de manual de primero de comunismo, remite a un modo de pensar viejo y que trae a la memoria la maldita división de la que los españoles estamos hartos. No hay dos Españas, no hay perseguidores y perseguidos, no hay lucha de clases. Si lo que decía su admirado Pablo Iglesias hace más de cien años en Casa Labra ya era falso, hoy, gracias al progreso de verdad, se ha convertido en lo más ultra, rancio y reaccionario del mundo.

Esa es la realidad sociológica de verdad, la que le dicen las encuestas y la que le recuerdan los socialistas y la oposición. La que le dice la prensa todos los días, desde que se levanta hasta que se acuesta. España está harta de divisiones y no quiere más sanchismo. A ver si se lo dice Tezanos de una vez y así deja de amenazarnos.