Fernando Garea-El Confidencial
- La presidenta de la Comunidad de Madrid ha logrado imponer el terreno de juego que más le conviene contraponiendo la libertad a las restricciones
Isabel Díaz Ayuso ha creado hasta ahora un marco y un escenario en la campaña electoral ideal para sus objetivos, arrastrando a todos los demás al terreno de juego que le interesa. Su lema de campaña es ‘libertad’, contrapuesta a restricciones o cierres, y ha conseguido así atrapar a la izquierda en el arranque de la precampaña electoral.
Es casi como pedir el voto si se quiere poder mantener abierto su negocio o salir a una terraza o a un restaurante, frente a los que defienden la necesidad de mantener los cierres. Es algo más que buscar el voto de sectores como el de los hosteleros para presentarse casi como la garantía de la recuperación de la ‘vía normal’. Tanto ha atrapado a la izquierda como que la respuesta de esos partidos va necesariamente unida a un diagnóstico pesimista sobre los elevados índices de contagios, hacia el que les ha empujado Ayuso. Como explica un miembro del equipo de campaña del PP, “es contraponer la alegría al cenizo, decirle al votante lo que prefiere escuchar y le resulta más agradable”.En ese terreno de juego planteado por la candidata popular, el pasado fin de semana respondieron el propio Pedro Sánchez y Ángel Gabilondo repitiendo media docena de veces entre los dos la palabra ‘desmadre’, para contraponerla a la ‘libertad’. La expresión fue pensada y escrita por el equipo del PSOE (y Moncloa) y producía la extraña impresión de la izquierda pidiendo que se controle o restrinja la libertad, según admite un dirigente del PSOE de Madrid.
Este martes, el presidente del Gobierno ha dado un giro al mensaje socialista y ha introducido el tono optimista, basado sobre todo en las vacunas y sus consecuencias en la recuperación económica. “La vacunación es la mejor política económica”, ha dicho Sánchez en su rueda de prensa en la Moncloa, intentando introducir un tono tan positivo que en algún momento dejaba traslucir una cierta impostura.
Lo completó con el vaticinio de que no habrá prórroga del estado de alarma el 9 de mayo, lo que intenta desactivar la disyuntiva entre libertad y restricciones. Su vaticinio es arriesgado, porque no es posible saber con seguridad un mes antes si para entonces la situación será tan positiva para que no haga falta ningún tipo de restricción.
Sánchez asume un gran riesgo y, sobre todo, se lo hace asumir a las Comunidades Autónomas, porque el fin del estado de alarma deja sin instrumentos para luchar contra la pandemia. Por ejemplo, no sería posible ninguna limitación a la movilidad, reuniones o toques de queda. Eso, de alguna manera, supone dar la razón a Ayuso. Tampoco parece querer liderar la desescalada, pese a que recientemente admitió en el Congreso que la desescalada de hace un año fue precipitada
El solo hecho de que sea el presidente del Gobierno el que confronta con Ayuso ya supone un triunfo para la actual presidenta de la comunidad y su plan de campaña. De hecho, los argumentarios internos del PP y la propia presidenta de la comunidad incluyen estos días expresiones como “Sánchez, nos vemos en las urnas” y Ayuso apela frecuentemente al presidente del Gobierno, ninguneando a Gabilondo. La tesis del PP es que la confrontación con Sánchez refuerza su liderazgo, al tiempo que le beneficia la idea de que el Gobierno central y el PSOE se han dedicado el último año a atacar a la Comunidad de Madrid.
El PP se encargó de distribuir un tuit en el que muestra cómo Sánchez ha utilizado mensajes similares en vísperas de todos los procesos electorales que se han celebrado en el último año. Así, antes de las elecciones en el País Vasco y Galicia, repitió: “Hemos derrotado al virus y controlado la pandemia y doblegado la curva”. Antes de las autonómicas de Cataluña, dijo que “el 70% de la población española estará vacunado en verano”, y ahora, antes de las elecciones de la Comunidad de Madrid, ha dicho: “Estamos ante el principio del fin de la pandemia. 33 millones de españoles, el 70%, estarán vacunados a finales del mes de agosto”.
La dirección del PP está satisfecha de la marcha de la campaña electoral en Madrid. Explican que, según sus sondeos, Ayuso se acerca a la mayoría absoluta y no contemplan la posibilidad de que Vox quede fuera de la Asamblea al no superar el 5% de los votos. Su objetivo sigue siendo poder gobernar en solitario con apoyo en la investidura de Vox, pero con este partido sin fuerza para exigir importantes contrapartidas.