Gorka Maneiro-Vozpópuli
- No sólo no se va sino que se compromete a seguir por la misma senda que nos ha traído hasta aquí porque la alternativa es la derecha
Este lunes, como es habitual, Pedro Sánchez reunió a su Ejecutiva federal, órgano conformado por los máximos responsables de la podemización del PSOE, de haber entregado la gobernabilidad de España a quienes quieren destruirla y de haber hecho posible la mayor de las corrupciones, esto es, la ley de amnistía, esa que negoció Cerdán, presunto corrupto, con el corrupto Puigdemont, huido de la Justicia tras protagonizar un golde de Estado contra la democracia española. El presunto corrupto Cerdán, mano derecha de Sánchez, había sustituido al anterior secretario de organización del PSOE, la otra mano derecha de Sánchez que acabará en la cárcel; estos dos presuntos corruptos, junto con Koldo, fueron los que hicieron posible, pucherazo mediante, que Sánchez lograra la secretaría general del PSOE, el único del clan del Peugeot que, siendo supuestamente el más listo, no sabía nada de las corruptelas en las que andaban metidos sus amigos más leales para lucrarse ellos mismos y beneficiar políticamente al PSOE y quizás financiarlo ilegalmente.
Es lo que tiene rodearse de la peor chusma imaginable para dirigir un proyecto político que, en realidad, como algunos llevamos años diciendo, no es sino un proyecto personal a mayor gloria de Sánchez. Y lo sigue siendo. No obstante, llegará un día en el que una enorme cantidad de radicales sanchistas negarán haberlo sido, incluidos sus apoyos mediáticos más exaltados, algunos de los cuales ya han comenzado a abandonar un barco varado en el chapapote de las mentiras y la corrupción y a punto de hundirse definitivamente.
Sánchez y su cohorte laudatoria de palmeros eligen siempre aquello que más les beneficia, aunque no sea más que para alargar la agonía. Y, por lo que hemos visto este lunes, han elegido mantenerse en sus cargos y tratar de salir impunes
Varias eran las opciones que Sánchez podía haber tomado. Entre ellas, la única que cumplía el mínimo exigible desde un punto de vista democrático, visto el grado de putrefacción que el PSOE ha alcanzado: dimisión y convocatoria electoral, la mejor medida de regeneración democrática que hoy puede aplicarse en España. Porque, Pedro, si conocías la corrupción debes dimitir por corrupto; y si no la conocías, debes dimitir por inútil. Y, en cualquier caso, por responsabilidad no ya in vigilando, sino in eligendo, o sea, por haber confiado en lo peor de cada casa, es decir, en gente a tu imagen y semejanza. Pero Sánchez y su cohorte laudatoria de palmeros eligen siempre aquello que más les beneficia, aunque no sea más que para alargar la agonía. Y, por lo que hemos visto, han elegido mantenerse en sus cargos y tratar de salir impunes.
La trola de la regeneración
Ni siquiera han optado por someterse a una cuestión de confianza que quizás incluso ganarían, porque a los socios que todavía lo apoyan les interesa que Sánchez siga el mayor tiempo posible en Moncloa: por un lado, podrán lograr más ventajas políticas y más beneficios económicos a costa del conjunto de los ciudadanos; por otro lado, es la mejor manera de procurar lo peor para España, que es lo que todos ellos pretenden, la forma definitiva de alcanzar algunos de sus objetivos políticos, entre ellos, la independencia. Lo de la regeneración y la lucha contra la corrupción no fue sino otra mentira, y lo de impedir que gobierne la derecha, una excusa para justificar sus fechorías. Al final se han convertido en cómplices de la corrupción socialista y en enemigos confesos de España, cosa que ya sabíamos. Y vista la comparecencia de ayer, Sánchez es el peor de todos ellos.
En dicha comparecencia posterior a la celebración de la ejecutiva, culmen del cinismo político y la desvergüenza, Sánchez, tras insultar a la oposición y a la inteligencia, ha anunciado que sigue adelante porque el PSOE es un partido ejemplar y él no es responsable de nada. No sólo no se va sino que se compromete a seguir por la misma senda que nos ha traído hasta aquí porque la alternativa es la derecha. Porque él no es responsable de nada sino víctima. Y no se plantea abandonar la Moncloa en ningún caso, al menos mientras sus socios, cómplices de sus fechorías, lo sigan apoyando.
Decisiones no ya para resistir sino para resistirse a dimitir y convocar elecciones, es decir, la muerte lenta en lugar de la súbita, por aquello de alargar la agonía. Y, de ese modo, continuar en la Moncloa, que de eso se trata
Por lo demás, medidas cosméticas para desviar la atención: nombramiento de una secretaría de organización colegida, donde se incluye a Cristina Narbona, presidenta del partido, a quien no se le ha oído nunca decir esta boca es mía, y la gerente, Ana Fuentes, que aparece mencionada por Koldo en el informe de la UCO. Además, decide expulsar a Ábalos diecinueve meses después de abrirle expediente. Con Redondo Terreros tardaron apenas unas semanas. Y Cerdán se da de baja voluntaria, que es como confesar todos los delitos. Además, anuncia que comparecerá en el Congreso de los Diputados para rendir cuentas, lo que, en su caso, es una extravagancia, así como una Comisión de Investigación auspiciada por el Grupo Socialista para investigar al PSOE, y una ronda con los grupos políticos que nos han traído hasta aquí. Y aquí paz y después gloria. Sánchez se supera a sí mismo en desvergüenza y cinismo.
O sea, decisiones no ya para resistir sino para resistirse a dimitir y convocar elecciones, es decir, la muerte lenta en lugar de la súbita, por aquello de alargar la agonía. Y, de ese modo, continuar en la Moncloa, que de eso se trata. Y hasta aquí ha llegado el sanchismo, caracterizado por la falta de escrúpulos, la mentira y la ambición sin límites, como ayer volvió a evidenciarse. Y por la corrupción tanto económica como política.
Ya están tardando los supuestos críticos socialistas en organizarse para sustituir cuanto antes a Sánchez. Si este está políticamente muerto, quizás puedan salvar al PSOE, si es que todavía existe PSOE al margen de Sánchez.