EDITORIAL-El Español

El PSOE han tratado de justificar la Ley de Amnistía con el argumento de que contribuirá a solucionar definitivamente el conflicto territorial español. La medida más impopular de la historia de la democracia se basa en la solicitud de un crédito a los españoles alegando que el tiempo dará la razón a Pedro Sánchez.

Pero lo que se desprende tras escrutar a la opinión pública es, de momento, justamente lo contrario: a medida que pasan los meses, el trato de favor penal a los independentistas se hace más y más antipático para la mayoría de los españoles.

Lejos de haber logrado convencer sobre las bondades de borrar los delitos de los condenados del procés, los datos del último sondeo de SocioMétrica-EL ESPAÑOL prueban que se ha producido un repunte en el rechazo a la amnistía entre la ciudadanía desde la primera vez que se preguntó por ella el pasado agosto.

Y con respecto al 69% de españoles que la rechazaban en noviembre, la oposición ha crecido hasta el 72%. El repunte alcanza también a los catalanes, habiendo crecido del 48,6% al 51,5% el porcentaje de ellos que mantiene su no a la medida de gracia que empieza a debatirse este martes en el Congreso de los Diputados.

No resulta extraño que cada vez más ciudadanos aprecien la torpeza y la endeblez de la argumentación sobre la que el PSOE ha fundamentado su proposición de ley, cuya exposición de motivos refuta exhaustivamente el catedrático Enrique Gimbernat en su Tribuna de hoy.

Tras el registro del texto el pasado 16 de noviembre y su campaña en defensa de la medida de gracia, Sánchez pudo tener el consuelo de haber logrado convencer al menos a parte de los suyos. Con respecto a octubre, según los datos de SocioMétrica, la oposición de los votantes socialistas a la amnistía se redujo del 43,9 al 35%.

Pero hoy el PSOE ni siquiera puede esgrimir esa magra victoria. Porque ese porcentaje ha escalado hasta el 41%. La obstinación de Junts y ERC en sus reivindicaciones maximalistas y sus alardes de inflexibilidad, que fuerzan al Gobierno a sudar sangre para sacar adelante este miércoles su primera iniciativa de la legislatura, bien pueden haber contribuido a aumentar entre los socialistas el desengaño con los supuestos efectos benéficos de la claudicación ante Carles Puigdemont.

Otra conclusión de la encuesta de SocioMétrica refuerza la constatación de un clima de opinión crecientemente averso a las cesiones al nacionalismo. Un 67% de españoles (el 38,7% de votantes del PSOE) considera que la convocatoria de un referéndum ilegal de autodeterminación debería estar penada con cárcel. Y casi un 60% apoya que se ilegalicen los partidos que incurran en este hipotético delito.

La revisión del argumentario que viene ensayando Sánchez desde su investidura para justificar su cambio de opinión sobre la amnistía, así como las falaces razones de Patxi López durante la toma en consideración de la proposición de ley, parecen haber tenido el efecto contrario al que pretendían.

Cada vez más españoles se sienten estafados ante unas piruetas discursivas pensadas para soslayar la única y verdadera exposición de motivos para la extinción de la responsabilidad penal de los encausados por el procés: los siete escaños de Junts.