EL MUNDO – 21/03/16
· El secretario general socialista, Pedro Sánchez, tiene previsto reunirse el miércoles con Pablo Iglesias. Sánchez está dispuesto a aceptar una negociación bilateral entre el PSOE y Podemos, pero siempre tomando como base su pacto con Ciudadanos.
· Sánchez apurará el miércoles –a seis semanas de una eventual convocatoria electoral– uno de sus últimos cartuchos para ser presidente y para evitar la repetición de las elecciones.
· Ese día, si la agenda de Iglesias lo permite, los dos dirigentes volverán a encontrarse para explorar la posibilidad de alcanzar un acuerdo –de gobierno o de investidura– desde posiciones todavía distantes, pero que pueda alumbrar un Gobierno alternativo al del PP.
No obstante, fuentes socialistas ven cada vez más difícil el entendimiento con Podemos y descartan un Ejecutivo de coalición. Más aún tras la purga realizada en este partido, con la destitución fulminante de su secretario de Organización, Sergio Pascual, una de las personas de la máxima confianza de su número dos, Íñigo Errejón, que desde entonces ha optado por desaparecer de la vida pública. Los socialistas entienden que después de «la depuración de los más moderados» puede ser mucho más difícil el entendimiento. Máxime cuando el sector anticapitalista de Podemos, que se ha visto reforzado, rechaza ponerse de acuerdo con el PSOE.
En la cumbre del miércoles, señalan fuentes de ambos partidos, Sánchez está dispuesto a ofrecer a Iglesias una vía de negociación bilateral entre PSOE y Podemos, aunque siempre tomando como base el pacto alcanzado con C’s. Es decir, sin dinamitarlo, como pretende Iglesias.
El secretario general de Podemos le exigirá abandonar las 200 medidas pactadas con Albert Rivera y que se reinicien los trabajos de la mesa de la izquierda para formar un Gobierno de coalición entre el PSOE, Podemos, IU y Compromís que llegue al poder con la abstención de Democràcia i Llibertat y Esquerra, algo que Sánchez no contempla.
Fuentes próximas al secretario general socialista explicaron que el PSOE está dispuesto a comenzar esa negociación bilateral con Podemos, al margen de Ciudadanos, que hace unos días no contemplaba, para desbloquear el diálogo. Pero las mismas fuentes dejan claro que nada de lo que se pudiera acordar en esa mesa «entrará en contradicción» con lo pactado con Rivera. «Podremos reunirnos sólo con Podemos, como hemos hecho con IU, pero siempre para avanzar sobre lo pactado», explicaron fuentes de la dirección.
El PSOE tiene claro que sólo puede haber investidura con un acuerdo que englobe a los tres partidos –socialistas, Podemos y Ciudadanos–. Por eso, insistirá en acercarse a Iglesias sin alejarse de Rivera.
La dirección del PSOE quiere forzar a Podemos, al menos, a abstenerse, y usará todos los recursos a su alcance para ello. El viernes, Sánchez se reunió durante casi una hora con la líder de Compromís, Mònica Oltra, en Valencia. Esta formación dispone sólo de cuatro diputados, pero el secretario general aspira a que Oltra –aliada de Podemos en Valencia– presione a Iglesias para forzarle a llegar a un acuerdo o, por lo menos, para que permita la investidura de Sánchez con su abstención.
Compromís es partidario de que haya un acuerdo que evite la repetición de las elecciones, aunque no haya coalición PSOE-Podemos. Además, los socialistas piensan que En Marea (la confluencia gallega de Podemos) comparte la misma opinión. En los últimos días se ha especulado con que el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, adelante las elecciones autonómicas previstas para otoño para hacerlas coincidir con las generales, en el caso de que éstas se repitan. En principio, esta circunstancia perjudicaría a En Marea y beneficiaría al PP. Por eso, los socialistas están convencidos de que la confluencia gallega quiere que la legislatura eche a andar.
El PSOE confía en que la presión de las confluencias, así como los malos resultados que empiezan a pronosticar casi todas las encuestas para Podemos en unas nuevas elecciones, fuercen finalmente a Iglesias a cambiar de postura. Si la formación morada fuera a las generales sin sus socios valencianos y gallegos podría perder buena parte de su fuerza. Y más aún en el caso de que se confirmen los sondeos que indican que los ciudadanos pueden premiar la actitud negociadora de C’s y castigar la más agresiva de Iglesias.
Por todo ello, Sánchez quiere dejar la puerta lo más abierta posible al acuerdo, a la vez que pone sobre Podemos la máxima presión. Su estrategia pasa por no dejar ninguna excusa a Iglesias para seguir defendiendo el voto negativo en una posible investidura de un presidente socialista. El PSOE quiere visualizar que Podemos «traiciona a sus votantes» y puede propiciar que el PP se haga con el poder.
Podemos puede tener un problema añadido. El coordinador de su equipo negociador es Íñigo Errejón, que ha decidido desaparecer para reflexionar sobre su futuro tras la expulsión de Pascual. El pasado martes, el portavoz de IU, Alberto Garzón, pidió una reunión a Errejón, igual que lo hizo con el PSOE. Los socialistas le citaron el jueves pero de Podemos no ha obtenido aún respuesta, seis días después de pedir la cita, a pesar de la sintonía entre los dos partidos.
«Pablo Iglesias se está apoyando en los menos partidarios de llegar a un acuerdo con el PSOE para recomponer la dirección de Podemos», aseguraron fuentes socialistas. Sin embargo, Sánchez irá a la reunión «con toda la voluntad de llegar a un acuerdo» y siempre con la intención de completar el pacto firmado con C’s, sin dejarlo de lado.
En el caso de que el pacto no sea posible, España tendrá que repetir las elecciones. Sánchez jugará entonces la carta de haber actuado con responsabilidad y tratará de echar la culpa de la repetición electoral a Iglesias. El candidato del PSOE pretendería entonces situarse como única alternativa clara a Rajoy, dado que C’s podría apoyar a un Ejecutivo del PP si suman con los populares e Iglesias podría estar dispuesto a bloquear la investidura si no es él el candidato.
EL MUNDO – 21/03/16