Jesús Cacho-Vozpópuli
Reunirse en las actuales circunstancias con Xi Jinping es uno de los actos potencialmente más inoportunos, si no dañinos, para España
“El rescate de Air Europa es el escándalo de corrupción más grave de los ocurridos en España bajo el Gobierno Sánchez”. Lo he dicho muchas veces y lo he escrito otras tantas. Y este jueves se me ocurrió repetirlo en presencia de un Manuel Marín, director de este medio, que me miró perplejo: ¿Y la amnistía para Puigdemont no te parece un caso de corrupción escandalosa? ¿Y el indulto a los autores del golpe de octubre del 17? ¿Y el perdón a los condenados por los ERE? ¿Y la imputación del Fiscal General del Estado? ¿Y el negocio de las mascarillas cuando estábamos encerrados y acojonados? ¿Y la cátedra de la señora del presidente? ¿Y el bochorno de su hermano? ¿Y las putas de Ábalos pagadas con dinero público? La lista completa sería larga… Y tuve que agachar la cabeza y asumir que Marín tenía razón. Vivimos en un Estado de Perpetua Corrupción. Dije en “El Negocio de la Libertad” (Akal) que la consecuencia más dañina de la corrupción juancarlista, ese señor que ahora la ha emprendido a querellas contra todo quisque, consistió en derramar de arriba abajo por ósmosis un estado de opinión, un clima social, un virus corruptor que acabó impregnando todas las capas sociales. Roba el rey, robemos todos. Felipe González sabía perfectamente a qué se dedicaba el Monarca. También lo supo Aznar. Ninguno de los dos movió un dedo para impedirlo e imponer una moral pública virtuosa. También ellos se dedicaron a llamar a los banqueros para pedir favores. Se había roto la presa de la honestidad y había que hacer dinero a todo gas. España era el país en el que más rico podía uno hacerse en menos tiempo, que dijo Carlos Solchaga.
Una corrupción que lo ha contaminado todo. Conduce uno por cualquiera de las circunvalaciones madrileñas y se asombra de la calidad y cantidad de los coches de lujo con los que se empareja. Si alguien se toma la molestia de cotejar la lista de precios, la sorpresa está servida: 120.000 el más barato. ¿Todos millonarios? Pero este no es un país rico, su modelo industrial es el turismo, y ¿de dónde sale tanto dinero para atender tanto coche caro, tanto casoplón como inunda el horizonte? La corrupción. La corrupción masiva. Cuentan y no paran de los negocios particulares de la cúpula que rodea a Garamendi en CEOE con el dinero de la patronal; las trapacerías de unos sindicatos corrompidos hasta las cejas; la corrupción metastásica de nuestras universidades; los trapicheos que pueblan las grandes empresas, con consejeros de Administración plagados de “independientes” dedicados a hacer y recibir favores… Una lista interminable. El nuestro es un sistema que lleva arrastrándose por el fango desde primeros de los noventa y que ha sido a peor, siempre a peor. Es una corrupción de la que saca ventaja el 10% de la población, quizá menos, pero en todo caso varios millones de personas; luego hay una franja muelle de clases medias que defiende su nivel de vida cual gato panza arriba frente al robo fiscal institucionalizado de Hacienda, franja en la que podría inscribirse el 20% de la población, quizá hasta 15 millones de personas, y después viene una enorme zona de sombra, el 70% de los españoles, 40 millones para los que la vida es francamente jodida, obligados a sacar adelante a su prole con las ofertas del Ahorramas. Es la parte del león de una sociedad silente y resignada que ha decidido no rebelarse porque cree vivir en el mejor de los mundos, que sigue votando al mismo partido por pereza o ideología, dispuestos a seguir dejándose robar. Una sociedad desmoralizada, desprovista de valores, alienada por los “Sálvame”, que explica que mansamente baje la cabeza ante la desvergüenza de las élites y no agarre una tea y le prenda fuego a todo. Un gentío que consiente silente la corrupción galopante de este Gobierno.
Esta es precisamente la característica de nuestros días. La corrupción se ha instalado en la cúpula del Estado, se ha adueñado del Gobierno de la nación, cosa que no había ocurrido en décadas anteriores. Ahora habita en Moncloa. Este es un Gobierno de chorizos, que se sabe en atronadora minoría pero que, inmune a los escándalos que se suceden como las tormentas, se niega a dimitir porque pretende seguir ordeñando la ubre, persigue hacerse rico a costa o al precio de destruir los últimos cimientos de la nación. Lo que hemos sabido esta semana por el informe de la UCO, ese «Está muy jodido el tema, este se está buscando la vida y acaba de llamar a Begoña» de Aldama a Koldo, para que Begoña salve el escollo de una Calviño que, mortificada por el hecho de que los Hidalgo se hubieran repartido un dividendo extraordinario de 35 millones casi al tiempo que pedían el rescate de la aerolínea, se negaba a poner dinero público en el envite, y la doña que duerme con el presidente del Gobierno logra que su marido termine poniendo su firma al pie de un rescate de 475 millones. Pues bien, lo que ahora conocemos por la UCO debería ser materia más que suficiente para forzar la dimisión fulminante de esta pareja de modernos Ceaușescu dispuestos a enriquecerse y ennoblecer con títulos universitarios. De dimisión y de banquillo.
Es la parte del león de una sociedad silente y resignada que ha decidido no rebelarse porque cree vivir en el mejor de los mundos, que sigue votando al mismo partido por pereza o ideología, dispuestos a seguir dejándose robar
Y acorralado por el escándalo de su familia, el señorito escapa a China en el peor de los momentos posibles, huye en la coyuntura internacional más tormentosa. La tercera vez que viaja a Pekín en menos de dos años. El pigmeo acude solícito dispuesto a adular al gigante. Y en la rueda de prensa en la embajada española en la capital china, una periodista que ha merecido el honor de ser incluida en el Air Force Pedro le pregunta con mucho respeto: “Y por último un tema nacional, esta semana hemos conocido un informe de la UCO, la pregunta es, presidente, si su mujer participó o hizo alguna gestión para el rescate de Air Europa, gracias”. Y el sátrapa, con el lenguaje corporal típico del mozo de mulas, enfrascado en el manejo simulado de unos folios que se trae entre manos, contesta: “Muchas gracias, respecto a la última pregunta he respondido en muchas ocasiones: no, en absoluto”. A pastar. Ni una repregunta. ¿Y a qué va el pájaro a China, cuando la propia Von der Leyen le ha advertido públicamente que viaja por cuenta propia, sin ninguna representación institucional de la UE? Sánchez viaja a China siguiendo el guión que le ha escrito Rodríguez Zapatero, ese defensor de dictadores convertido en representante de los intereses chinos en España.
ZP se ha construido una estructura pantalla para encubrir su verdadera actividad de lobista con el régimen dictatorial de Xi Jinping. Se llama GATE Center (Velázquez 24), y se define como un think tank cuyo objetivo es “analizar los cambios globales más relevantes que van a determinar el siglo XXI”. Con una junta directiva en la que participan tres españoles (Daniel Romero-Abreu Kaup, Eduardo Fernández González y Tomás Joaquín Ferradas Pérez) y otros tantos ciudadanos chinos. Y con un Consejo Asesor cuyo presidente, ya lo habrán adivinado, es el mismísimo Zapatero. En junio de 2024 el GATE, junto con el Instituto Popular Chino de Asuntos Exteriores (puro PCC) organizó en Madrid un “Simposio sobre Relaciones Chino-Europeas” concebido como un “evento crucial para el fortalecimiento de las relaciones entre China y Europa” que sirvió “para debatir sobre los desafíos y oportunidades en el intercambio chino-europeo y su impacto en las relaciones bilaterales”. Resulta que GATE Center está gestionado por Thinking Heads, “empresa especializada en plataformas de conocimiento”, y resulta que ambas están presididas por este curioso Romero-Abreu que en 2022 se dio a conocer como uno de los inversores del grupo Alconaba que, de la mano de Varela Entrecanales, compró a Telefónica el 7% de Prisa para reforzar la apuesta sanchista del grupo editorial. Como no se le conoce fortuna personal, se supone que Romero-Abreu entró en esa aventura, como el resto de los Alconaba, con crédito de CaixaBank o con dinero de otro. El caso es que ha sido el único que ha vendido su paquete tras la reciente querella con Josep Oughourlian, lo que hace suponer que ZP ha decidido abandonar el accionariado de Prisa.
Hay quien pone en duda la condición de testaferro de Romero-Abreu porque el bobolisto es un hombre muy cuidadoso a la hora de borrar huellas de sus negocios en España. “Qué pesados estáis con Zapatero”, protesta Pepiño Blanco, “si José Luis no hace ni la mitad de lo que decís que hace”. Pero Gonzalo Boye, el chico de los recados de Puigdemont, con quien ZP dice haber establecido una profunda amistad -si hemos de dar crédito al Juliana de La Vanguardia-, de tanto maquinar putadas conjuntas contra la España constitucional, dice que va a ser imposible encontrarle a ZP en algún renuncio o desliz económico fiscal en este país, porque ni un duro de los muchos que factura pasa por la península, todo su entramado está construido lejos de España, vía Caracas, Ginebra y Singapur. Dice Boye que su fortuna está invertida en criptomonedas y radicada en la urbe asiática. Es más, tan fino es este ZP enemigo de España que él mismo nunca pide dinero, él hace favores, arregla entuertos, pacta acuerdos, acerca voluntades, pero nunca pide nada a nadie, así de elegante es el tipo, que para mancharse las manos tiene sus propios cobradores del frac, gente que a los pocos días aparece por el domicilio social de beneficiado con la factura en la mano, un asunto del que sabe mucho el ex ministro Moratinos.
La corrupción se ha instalado en la cúpula del Estado, se ha adueñado del Gobierno de la nación, cosa que no había ocurrido en décadas anteriores. Ahora habita en Moncloa
Reunirse en las actuales circunstancias con Xi Jinping es uno de los actos potencialmente más inoportunos, si no dañinos, para España, que solo tiene sentido interpretado en clave personal y dineraria. “Esta es una banda de delincuentes con Falcon y un ejército de abogados del Estado, policías y periodistas lameculos detrás, dispuesta a aprovechar el tirón”, cuenta un antiguo miembro del CNI. “Sabe que no va a tener fácil vivir en España (él, que exigió imperativo la marcha al exilio de Juan Carlos I) cuando abandone el poder, y necesita buscarse una salida, prepararse un futuro lejos de Moncloa. Tener un buen dinerito recaudado para el día que se vea obligado a salir por pies”. Es lo que cierto millonario naviero, miembro que fue de la junta directiva del Real de Florentino, le decía tiempo atrás a otro discreto lobista madrileño en un vuelo Madrid-Barcelona: “Tú lo que tienes que hacer es ir preparando a tu amigo un buen colchón para el día que deje la política, que es lo que yo llevo tiempo haciendo con mi amigo Gallardón”. Zapatero es el millonetis que se ocupa del colchón de Sánchez más allá de la política. Decidido a construirse un porvenir lejos del PSOE, Sánchez viaja a Pekín para hacerse un Schröder, el ex canciller socialista alemán Gerhard Schröder quien, tras dejar el cargo en 2005, fue nombrado presidente del Consejo de Administración de la petrolera estatal rusa Rosneft y después presidente del consorcio para la construcción y operación del gasoducto Nord Stream. Amigo personal del dictador ruso Vladímir Putin y traidor a Alemania.
Para Xi Jinping, probablemente uno de los hombres más listos que ha dado China en mucho tiempo, Sánchez es un personaje irrelevante, un rehén de otro tipo apellidado Puigdemont, como ya le ha puesto al corriente su embajador en Madrid. La oportunidad de meter una cuña de división en la UE, y un eventual aliado en Bruselas a tanto la pieza y a quien recurrir en caso de necesidad. Un líder regional más de los muchos que Pekín, normalmente a través de Huawei, tiene a sueldo en la capital belga. Un método muy trillado, que les ha permitido ocupar buena parte de Latam y casi toda África a base de comprar a las elites locales, corromper Gobiernos, sobornar a todo el que se deje, y la gente se deja fácilmente. ¿Molesta a Trump el viaje de Sánchez a China? España no cuenta. El futuro embajador en Madrid, Benjamín León, ni siquiera ha sido nominado oficialmente y mucho menos presentada su candidatura en el Senado, un trámite que se tomará sus buenos 45 días en el mejor de los casos. Eso es lo que al nuevo emperador le importa España. Desde Washington, no obstante, ya han advertido a nuestro mozo de estoques: “La suya es una apuesta perdedora”. Tito Donald tiene cosas más importantes de las que ocuparse. Sin poder real para gobernar en la propia España, el yerno de Sabiniano es una boñiga en términos de influencia internacional, un cero a la izquierda mantenido por la hipocresía de una burocracia en Bruselas, con Von der Leyen al frente, a la que ya le viene bien un mermao que no moleste al frente del Gobierno de España.
Por lo demás, llamativo el oscurantismo que ha rodeado el viaje, a tono con los inconfesables objetivos perseguidos. Lo saben Sánchez y Zapatero. Los ciudadanos se enterarán dentro de unos años, cuando ambos luzcan moreno tumbados al sol de una playa del Caribe con la billetera llena. El pájaro habla de acuerdos comerciales pero no especifica de qué clase ni cuál es su importancia. Ni una cifra. Todo lo rodea de una parafernalia opaca que roza lo infantil. Palabras del amado líder en la embajada española en Pekín: “Ambos Gobiernos hemos adoptado un nuevo plan de acción para seguir impulsando durante los próximos años nuestra colaboración bilateral y dotar de mayor contenido a esa colaboración entre ambos países. Prueba de ello es que hemos firmado cuatro acuerdos de cooperación, cuatro nuevos acuerdos de cooperación, dos en ámbitos vinculados con la ciencia, con la innovación, con la tecnología, uno en materia educativa y otro para impulsar la producción cinematográfica. Creo profundamente que debemos seguir trabajando para seguir acercando nuestras sociedades y por eso vamos a reforzar los intercambios culturales, científicos, la formación del conocimiento y la experiencia cultural“. Es el “tale told by an idiot, full of sound and fury, signifying nothing” de Macbeth. Un tipo que habla como Yolanda Díaz, perdido en un trabalenguas ininteligible, alfalfa para pordioseros culturales, que no sabe lo que dice, que sabe que no sabe lo que dice, pero a quien le importa una higa que lo demás sepan que no sabe lo que dice.
Para Xi Jinping, Sánchez es un personaje irrelevante, un rehén de otro tipo apellidado Puigdemont, como ya le ha puesto al corriente su embajador en Madrid
Meritorio, en cualquier caso, los esfuerzos del Equipo de Opinión Sincronizada por convertir a este robagallinas en un nuevo Metternich de la diplomacia mundial. La crisis española empieza a presentar caracteres dramáticos. Se habla de cambios en el Gobierno aprovechando el sosiego de la Semana Santa. España camino del precipicio. La globalización no ha sido aprovechada para reindustrializar o especializar en sectores estratégicos. Se ha vivido del turismo, la deuda, el consumo subsidiado y una fiscalidad confiscatoria que penaliza al que produce. En la corrupción más absoluta. Con el Gobierno Sánchez como agente desestabilizador, más interesado en resistir a corto plazo que en defender los intereses estratégicos del país. Ni energía, ni industria, ni política exterior coherente. Y mientras tanto, la fractura territorial se agrava, con el nacionalismo separatista infiltrado en los centros de poder y con el Estado de Derecho cada día más debilitado. La desglobalización nos golpeará con dureza: menos comercio, más inflación importada, más dependencia exterior y una estructura institucional cada día más débil y corrupta. Con una clase política de ínfima calidad. Eso sí: ahora empieza la campaña para retratarse ante Hacienda. Alguien tiene que seguir pagando la cuenta de los desvaríos de tanto ladrón como amamanta España.
PD. Con todo mi cariño para Juan Zamora Terrés, marino y periodista como un servidor y columnista de esta casa, que mañana lunes 14 de abril a primera hora abandonará este mundo por decisión propia con total dignidad. Ha sido un honor y un privilegio haberte conocido, colega. Buena singladura, querido Juan. Sigue midiendo la altura de las estrellas allá donde vayas. No abandones el sextante. Nunca te olvidaremos.