Pablo Sebastián-Vozpópuli

 En La Moncloa están convencidos de que todavía pueden desactivar el cerco judicial con reformas legales retroactivas

Mientras Donald Trump continúa amenazando con aranceles y anuncia que la franja de Gaza se sumará a su particular conjunto de ‘adquisiciones’ en el que figuran Groenlandia y el Canal de Panamá, en España el aún inagotable Pedro Sánchez ha emprendido una nueva cruzada contra la ‘tecnocasta’ americana de los grandes oligarcas tecnológicos que apoyan a Trump.

Algo parecido, aunque muy distinto, a lo que Sánchez hace en España con la caza de Telefónica, y especialmente con la banda de delincuentes aliados que lo sostienen en el poder, los Otegui, Junqueras y Puigdemont, que parecen ser la alternativa sanchista a los tres grandes arietes tecnológicos de Trump, los Musk, Zuckerberg y Bezos.

La expulsión y deportación masiva de los palestinos de Gaza que pretende Trump, para enviarlos a Egipto y a Jordania (los que ya han dicho que ‘no’) para convertir la franja de Gaza en ‘la Riviera de Oriente Próximo’, no parece que vaya a prosperar. Aunque lo más probable es que los Estados Unidos, aunque lo nieguen en un principio, desplieguen sus tropas en Gaza para que el Pentágono construya -ahora que Rusia se aleja de Siria- una importante base aérea y naval militar, que completaría la presencia militar americana en el Mediterráneo donde ya cuentan con las bases de Rota en España y Aviano en Italia.

En todo caso, el personaje Trump -el político es otra cosa- no ha defraudado en su despegue presidencial y hace las delicias de la prensa internacional con un cúmulo encadenado de grandes noticias y serios disparates. A los que se agarra Sánchez para disfrazarse de Capitán Trueno anti Trump, utilizando el ruido para tapar los escándalos judiciales que apuntan a La Moncloa: su fiscal eneral, García Ortiz, su esposa Begoña Gómezel hermano David Sánchez, Koldo García, José Luis Ábalos y el ‘nexo corruptor’ y canta autor arrepentido, el agente Víctor Aldama, condecorado por la Guardia Civil.

Falta por saber quién en la Presidencia del Gobierno, si Bolaños o el propio Sánchez, la contrató y dijo a Álvarez que se ocupara de los negocios privados de la ‘primera dama’ de La Moncloa. Un cargo se pagaba con dinero público

Lo que puede que acabe unido en una macro ‘causa general’ en el Tribunal Supremo, ahora que aparecen mensajes entre Aldama y Begoña, que tuvo que abandonar su cátedra y másters en la UCM, como el hermano David su cargo en Extremadura, en cuyas inmediaciones se detectó una proximidad residencial con el grupo de Aldama. Quien también parece conectado con el ministro Torres de las ‘señoritas’, contratos de obras y las mascarillas ‘fake’.

Todo ello cuando el juez Peinado -que ha sufrido un revés de la Audiencia Provincial en la investigación del empresario Barrabés y visitador asiduo de La Moncloa- acaba de imputar por tráfico de influencias a Cristina Álvarez, la asistenta y recaudadora de Begoña Gómez. Falta por saber quién en la Presidencia del Gobierno, si Bolaños o el propio Sánchez, la contrató y dijo a Álvarez que se ocupara de los negocios privados de la ‘primera dama’ de La Moncloa. Un cargo se pagaba con dinero público lo que abre las puertas al presunto delito de malversación.

Falta por desvelar el alcance de la figura del hoy imputado José Luis Ábalos. El ex ministro de Transportes y ex Secretario de Organización del PSOE, convertido en la pieza esencial (por ello lo caso Sánchez) del gran tinglado de la corrupción

En La Moncloa están convencidos de que todavía pueden desactivar el cerco judicial con reformas legales retroactivas, como la relativa a la ‘acusación popular’, y con recursos ‘in extremis’ ante el TC del inefable Conde Pumpido a quien varias asociaciones de la ‘Sociedad Civil’ van a señalar en la calle con manifestaciones a las puertas de la sede del TC. Mientras que en el CGPJ la presidenta Isabel Perelló le está desbaratando al ministro Félix Bolaños sus operaciones ‘invasoras’ frente a la independencia del Poder Judicial.

Pero todavía y, a medida que crecen la información y las conexiones de la trama corrupta que se acerca a La Moncloa, falta por desvelar el alcance de la figura del hoy imputado José Luis Ábalos. El ex ministro de Transportes y ex Secretario de Organización del PSOE, convertido en la pieza esencial (por ello lo caso Sánchez) del puzler y del gran tinglado de la corrupción.

Tirar de la manta

Y sobre el que pesan pruebas e indicios irrefutables que, probablemente, le obligarán a Ábalos a ‘tirar de la manta’ si quiere evitar, desde ahora, la prisión, preventiva como ocurrió con Aldama. Y si Ábalos canta en defensa propia el efecto dominó acabará a la puerta del despacho presidencial de Pedro Sánchez, después de llevarse por delante al ministro Torres, y puede que también al jefe de gabinete de la vicepresidenta María Jesús Montero, el tal Moreno, y al actual secretario de organización del PSOE que sustituyó a Ábalos, Santos Cerdán, el correveidile de Carles Puigdemont.

Naturalmente, las cosas de la Justicia van despacio y puede que Ábalos se resista a cantar hasta que vea más cerca las posibles medidas cautelares que le puede imponer el juez del Supremo, incluida la de prisión preventiva, frente al riesgo de fuga (como Roldán) o de la destrucción de pruebas.

Pero mientras el cerco judicial se estrecha sobre La Moncloa, Sánchez sigue sin alterar su horizonte electoral de 2027 y se prepara en pos de lograr los PGE de 2025 con una nueva entrega de concesiones, con dinero público y cuotas de soberanía (el cupo catalán, recaudación de impuestos y el control de fronteras) a sus socios parlamentarios de Junst y ERC.

La atención mediática Internacional se empieza a trasladar de Gaza a Ucrania asumiendo un protagonismo que aparcará, tal y como le interesa a Sánchez, los debates nacionales especialmente en la UE y en España

Un horizonte político muy complicado para Sánchez quien, de momento y para desviar la atención informativa, se está refugiando en las invectivas internacionales de Trump. El presidente norteamericano que hace bromas con el Premio Nobel de La Paz, y que ahora se va a ocupar de la guerra de Ucrania para tratar de imponer a Vladimir Putin su ‘pax trumpiana’. Para lo que se han abierto intensas negociaciones entre los rusos y los americanos.

De manera que la atención mediática Internacional se empieza a trasladar de Gaza a Ucrania asumiendo un protagonismo que aparcará, tal y como le interesa a Sánchez, los debates nacionales especialmente en la UE y en España rebajando la intensidad mediática sobre la corrupción y la trifulca nacional.