EL MUNDO – 29/01/17
· Se presenta como «el candidato de la militancia» para volver a ser secretario generalSe decidió a dar el paso tras ‘la traición’ de Patxi LópezSusana Díaz sigue sin confirmar su candidatura.
· El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez confirmó ayer en Dos Hermanas (Sevilla) que será candidato en las primarias para tratar de liderar de nuevo el partido.
· Lo hizo en casa de su principal adversaria, Susana Díaz, y ante unos 1.500 simpatizantes andaluces, pero también llegados de otras comunidades. Una demostración de fuerza y de apoyo de la militancia que ningún candidato ha podido hacer todavía.
Un Sánchez pletórico planteó las históricas primarias del PSOE previstas para mayo como «un plebiscito» entre su proyecto y el de quienes «facilitaron el Gobierno al PP» ayudándole con su abstención.
Pedro Sánchez escogió cuidadosamente el día y el lugar para anunciar su candidatura: el feudo rebelde contra Susana Díaz en Sevilla, Dos Hermanas. En un acto celebrado al aire libre porque se desbordó el aforo, lleno de fuerza y emocionante para gran parte de los presentes, Sánchez demostró ante más de 1.500 militantes del PSOE que está dispuesto para la pelea y para batirse en duelo con Susana Díaz o con Patxi López como «el candidato de la militancia», de «un PSOE de izquierdas, autónomo y coherente» frente al viejo partido de los aparatos, los barones y los poderes orgánicos que le expulsaron abruptamente de la dirección y luego «ayudaron» al PP a formar Gobierno con su abstención.
Los ánimos siguen muy caldeados entre las bases del PSOE. Casi cuatro meses después del golpe de mano que acabó con él, el ex diputado madrileño se presenta ahora para polarizar la campaña entre él y Susana Díaz, a la que considera la candidata del aparato, del partido «que facilitó el Gobierno al PP dejando al socialismo en tierra de nadie».
Ese es el terreno y el relato que más asusta al equipo de Susana Díaz. Sánchez presenta estas primarias como las de la restitución del poder legítimo de la militancia.
Sánchez reconoció ayer «el dolor» que ha sufrido estos últimos meses. Tras dimitir como diputado –forzado por la decisión de que los 84 diputados se abstuvieran en bloque–, el ex secretario general dudó durante muchas semanas si presentarse o no. Finalmente, tomó la decisión después de que Patxi López presentara su candidatura el 15 de enero. Su entorno y él entendieron el movimiento del ex lehendakari como «una traición». López fue, junto con César Luena, uno de los que más animaron a Sánchez a que dejara el Congreso –como adelantó EL MUNDO antes de que dimitiera como diputado–.
Con Sánchez fuera de la Cámara Baja, López comenzó a buscar apoyos para presentar su candidatura entre los mismos que hasta ese momento habían apoyado a Sánchez. Y se tiró al ruedo en enero y por sorpresa, cuando pensó que podía cerrar el paso al ex secretario general.
La presión de aquellos días sobre Pedro Sánchez para que se retirara fue máxima. Pero decidió presentarse el lunes 16 de enero, como también avanzó este diario. Eso sí, guardó la presentación de su candidatura para el acto de ayer en Sevilla. No en vano, su planteamiento de primarias es el de un duelo entre las bases y la dirigente sevillana, impulsada por los históricos del PSOE –desde Zapatero a Rubalcaba– y los más importantes barones.
El anuncio de su candidatura se hizo esperar y llegó casi al final del discurso con el que Pedro Sánchez quiso escenificar su regreso tras una etapa que él mismo calificó de «silencio y reflexión». Tanto se hizo esperar que casi colmó la paciencia de los 1.500 militantes. Muchos llegaron a exigirle en varias ocasiones que se dejase de rodeos y fuese al grano: el anuncio de su candidatura.
«He demostrado que no me escondo en los momentos difíciles, es momento de comprometerse, de dar lo mejor de nosotros», destacó Sánchez, que se presentó como el «candidato de la militancia», a la que llamó a una movilización «masiva».
Su objetivo es «recuperar el PSOE» embarcado en «una aventura colectiva de amplia base» para «derrotar a la derecha». En el otro lado situó a «la candidatura de la Gestora», en clara alusión a Díaz.
El ya precandidato a secretario general fue muy crítico con la Gestora que encabeza Javier Fernández. Destacó la «equivocación» que supuso la abstención en la investidura de Rajoy. Y le reclamó que no siga por la misma senda y no apoye los Presupuestos del PP. España necesita, afirmó, un «PSOE creíble» que «cumpla con la palabra dada; y si decimos no a Rajoy, votamos no a Rajoy».
También a la Gestora le lanzó otro mensaje muy directo: «Le exijo que no debilite los lazos de hermandad entre el PSOE y el PSC, no lo vamos a permitir». Y en un claro guiño a Podemos, volvió a apostar por «una alianza de fuerzas progresistas que ponga freno a la derecha y a los populismos».
No faltaron en el discurso de Sánchez alusiones a esos «poderes» que asegura que le quieren parar: «Hay poderes que desean un PSOE subalterno de la derecha, que van a intentar que este proyecto no llegue a buen puerto, pero a los socialistas nadie podrá callarles», sentenció.
Todo se conjuró ayer para que el discurso más importante de Sánchez desde su dimisión como secretario general fuese una representación escénica casi perfecta. Una climatología excelente, un sol radiante hasta resultar sofocante –un asistente al mitin tuvo que ser atendido tras sufrir una lipotimia– y un entorno idílico. Además, por supuesto, de una audiencia entregada, interactiva, como le gusta decir a Sánchez, que intervenía y le apelaba continuamente.
Desde el primer momento, desde sus primeras palabras, el Pedro Sánchez de Dos Hermanas habló como candidato e, incluso, en algunos momentos, como si fuese el líder del PSOE: «A quienes creen que va a haber una candidatura única en las primarias, decirles que va a ser que no», dijo el ex secretario general. En este sentido, señaló que las primarias de mayo van a ser «un plebiscito entre un partido de izquierdas, independiente y coherente y un partido que se abstuvo con el PP y dejó al PSOE en tierra de nadie».
EL MUNDO – 29/01/17