José Alejandro Vara-Vozpópuli

  • El Jemad ha ignorado esa regla sagrada y se ha metido en camisas de once varas

Dos meses más en Moncloa y termina de corromper todo el entramado institucional de la democracia española. La nube tóxica del PSOE sanchista -no hay otro- ya ha invadido el ámbito de las estructuras de la Defensa. Con ministros del “OTAN no, bases fuera”, a Sánchez y su banda poco les importa romper con las exigencias de una defensa colectiva dependiente de la Alianza Atlántica, vital para la seguridad de los españoles. Las declaraciones obviamente forzadas del Jefe del Estado Mayor (JEMAD) retratan el panorama.

El almirante Teodoro López hizo historia -¡mala!- cuando diez días atrás asumió responsabilidades propias de la estrategia política de Defensa. Inducido, sí, pero asume una función que no le corresponde. Todo mando militar de las democracias liberales tiene interiorizada la diferencia entre qué y con cuánto, responsabilidad del poder político, y cómo, que se sitúa en el campo de la estrategia militar. El Jemad ha ignorado esa regla sagrada y se ha metido en camisas de once varas al valorar qué presupuesto debe destinarse para cumplir objetivos que dependen de Parlamento y Gobierno.

No corresponde al jefe del Estado Mayor -para rescatar al presidente del ridículo de La Haya- establecer si el nivel de gasto debe ser el 1% de PIB ayer, el 2% hoy o un 2,1% ¿en 2026, 2029, 2035? El Almirante no tendrá noticia de ninguno de sus 31 colegas al que se le haya ocurrido semejante despropósito. Añadió otra consideración del ámbito político que tampoco le toca. ¿Qué es eso de la tecnología israelí puede ser reemplazada por otras? Que lo diga el señor Sánchez o la señora Robles.

Siendo portavoz socialista de Defensa, fui testigo de la entrada masiva de comunistas en el PSOE impulsada por Carrillo. Tenían un enorme interés en hacerse con el control de la política militar del partido

No es un militar en retiro que opina sobre política de Seguridad y Defensa y no se entiende qué hace afirmando que se puede cumplir con las exigencias para España definidas en el proceso de planeamiento de la OTAN(NDPP) con solo un 2,1%. ¿En 2035? No estaba entre sus competencias cumplir con un año de retraso el gasto de 2%, desde el 1,28, ni tampoco enfrentarse a todos los aliados de nuevo. Eso, para Sánchez, el único de los 32 que se opuso públicamente, sin atreverse a vetar el acuerdo de la cumbre, para negarlo después.

¿Otros necesitan el 3,5% del PIB para lograr lo que aquí se puede con 2,1%? Estrategia política y estrategia militar, cada uno a lo suyo, Almirante. Ocurre que la Alianza está respondiendo a una economía de guerra de Putin contra Europa, con apoyo chino e iraní, y quienes le han sugerido esas irresponsables declaraciones, a la necesidad de los votos de los de “OTAN no, bases fuera” para seguir en Moncloa.

Siendo portavoz socialista de Defensa, fui testigo de la entrada masiva de comunistas en el PSOE impulsada por Carrillo. Tenían un enorme interés en hacerse con el control de la política militar del partido. Desde la Fundación Alternativas, con Nicolás Sartorius al frente, promovieron una posición anti OTAN y sobre todo anti USA. Me vetaban por considerarme un atlantista peligroso. Hoy son ellos los que están utilizando la tramposa tesis de sustituir la defensa colectiva de la Alianza por otra dependiente de una fantasmagórica defensa europea. Nunca oí, ni a ellos ni a sus ex camaradas del PCE, cómo se lograría una Defensa Nacional sin el paraguas de la OTAN. Ni les importó nunca.

Las payasadas del populista estadounidense sirven para montar una narrativa fraudulenta. Utilizan una gramática caducada del mundo de la Guerra Fría que no puede ser más dañina para el interés nacional

De ahí sale toda esa  charlatanería que hace creer a los españoles que lo del 2,1% es en respuesta a las presiones del “fascista” presidente de EEUU. De hecho, con éxito: casi todos los medios repiten “el 5% impuesto por Trump”. Lo cierto es que, como señalan en un excelente texto Félix Arteaga y Luis Simón, “todas las administraciones desde Obama” han exigido que Europa asuma el gasto de su propia defensa. Las payasadas del populista estadounidense sirven para montar una narrativa fraudulenta. Utilizan una gramática caducada del mundo de la Guerra Fría que no puede ser más dañina para el interés nacional.

El aumento del “gasto militar” hasta alcanzar el 3,5% del PIB -en 2035, no en 2025- responde a un acuerdo que compromete al Reino de España, aunque Sánchez crea que solo va con él, y sobra el enfrentamiento con los aliados, al que han incorporado al Jemad. Salvo que se encargue a Rufián y Otegi de la Defensa Nacional. La centralidad de la que habla Núñez Feijóo, en Seguridad y Defensa, consistiría en lograr que el Estado español vuelva a ser fiable.