Hoy vuelve a ser noticia la presidenta de la Comunidad de Madrid, aunque tienes razón al recomendarle contención. No hace falta que sea ella la que dé las noticias sobre su novio. El pasado 13 de marzo Isabel Díaz Ayuso anticipaba la verdad sobre la situación fiscal de su pareja, Alberto González, y aseguraba que Hacienda le debía “casi 600.000 euros”. Salía en su defensa después de que la Fiscalía de Madrid le hubiera denunciado por supuesto fraude fiscal por valor de 350.951 euros. Sin embargo, ahora la Agencia Tributaria da la razón a la presidenta de la Comunidad de Madrid, según el Gobierno de la Comunidad.

Concretamente y siempre según el Gobierno de Ayuso, la Agencia Tributaria ha pedido a la Tesorería del Estado que devuelva 552.000 euros a Alberto González Amador. Resulta que el mismo día, el marido de Begoña Gómez, usufructuario de una vivienda en Pozuelo de Alarcón comprada por su suegro, Sabiniano, puede que con los beneficios de la sauna gay, puede que con ingresos procedentes de otras fuentes más limpias, acusó de corrupción a la presidenta de la Comunidad y exigió a Alberto Núñez Feijóo que la obligara a dimitir, “aunque le cueste el puesto, como a Casado”.

El felón también había acusado a Ayuso por la presunta mordida de su hermano a cuenta de la compra de mascarillas, asunto que había sido descartado por la Fiscalía Anticorrupción en España en junio de 2022 y por la Fiscalía Europea en marzo de 2023. Eso no arredra a la espada más limpia de occidente en su enloquecida huida de los chanchullos de su mujer. Recordemos que una semana después, el 20 de marzo, también se sumó gozoso a la acusación de Infolibre, web dirigida por Jesús Maraña, qué apellido tan justiciero, de que Feijóo había subvencionado como presidente de la Xunta de Galicia a la Fundación Sargadelos, para la que trabajaba su mujer. Mientras su indocumentada ministra de Hacienda repetía el infundio, Pedro Sánchez repitió cinco o seis veces “y más cosas”. El presidente de la compañía, Segismundo García, desmintió radicalmente el bulo en cuanto salió y negó que hubiese ninguna subvención ni ayuda de la Xunta mientras Eva Cárdenas trabajó en su empresa, entre diciembre de 2020 y agosto de 2022. También lo habían reconocido así la web Infolibre y el firmante del bulo, Fernando Varela.

Además de lo anterior, Miguel Tellado añadía ayer que Pedro Sánchez adjudicó dinero público a los proyectos de su mujer y que su hermano, David Sánchez Pérez-Castejón, conocido como Azagra en el mundo del arte se ha hecho con un patrimonio de más de dos millones de euros a partir de un sueldo que no explica tanto ahorro. Acciones y criptomonedas y tres pisos en San Petersburgo, Madrid y Elvas. He hecho un cálculo elemental. Supongamos que el hermanísimo guardara absolutamente todos sus ingresos, sin gastar un euro ni en comer. ¿Sabes cuanto tiempo tardaría en ahorrar dos millones a partir de su sueldo, 55.500 euros al año? 36 años y cuatro meses.

Mi otro yo apuntaba esto en X y señalaba que además teletrabaja desde Portugal para no pagar impuestos en España. No es broma, que es el hermano de Sánchez.

Mi querida Olga R. Sanmartín contaba en El Mundo que La Universidad Carlos III de Madrid ha abierto una investigación sobre la concesión de una plaza de profesora titular a Sandra León, una docente que no contaba con la acreditación de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), un «requisito obligatorio e imprescindible» para alcanzar la citada titularidad. La revisión pretende «anular el nombramiento» de Sandra León, que ahora dirige el Instituto Carlos III-Juan March. Debe de ser un don. Igual que la mujer del presidente, que llegó a catedrática sin ser siquiera licenciada. Bueno, o del propio presidente, que llegó a doctor sin necesidad de haber perpetrado una tesis por su propia mano.

Guille retuiteaba una pieza de la ministra Sira Rego, para que veamos lo que vale un peine: “El paro lo crean los que despiden. Y los que despiden son los empresarios. Acabando con los empresarios acabaremos con el desempleo”.