EL MUNDO – 28/03/16
· Ni el secretario general ni la presidenta andaluza renuncian al congreso del PSOE en mayo, haya o no elecciones.
· Ella no cede aunque Ferraz la acuse de poner en peligro alcanzar La Moncloa.
A pesar de que algunos barones regionales han insinuado que el PSOE debería aplazar la elección de su secretario general prevista para mayo con el fin de no interferir en el calendario institucional, Pedro Sánchez y Susana Díaz son partidarios de respetar los plazos orgánicos, según ha podido saber este periódico.
La presidenta andaluza sigue firme en su voluntad de disputar el liderazgo al actual secretario general en las primarias previstas para el 8 de mayo, por lo que debe anunciar su candidatura del 11 al 15 de abril, cuando aún Pedro Sánchez dispondrá teóricamente de 15 días para llegar a un acuerdo de gobierno. El 2 de mayo se cumplirá el plazo para convocar nuevas elecciones.
Las fuentes consultadas reconocen que el calendario es endiablado para la disputa por el liderazgo, pero no contemplan un aplazamiento del Congreso del PSOE, cuya convocatoria fue forzada por la presidenta andaluza en contra de los deseos de Sánchez
El pasado 30 de enero, después de un duro tira y afloja, Pedro Sánchez aceptó adelantar un mes el Congreso del PSOE por la presión de la federación andaluza y otros barones socialistas. El Comité Federal aprobó un calendario que fija para el 8 de mayo la elección del secretario general en primarias por parte de la militancia y el cónclave para el fin de semana del 21 y 22 de mayo.
Susana Díaz impuso esas fechas –la dirección socialista quería aplazarlo a junio ante la eventualidad de repetición electoral– con el fin de presentar su candidatura a la Secretaría General. El bloqueo político del país tras las elecciones y la teórica expectativa de Pedro Sánchez de ocupar La Moncloa mediante algún pacto complica mucho el calendario orgánico del PSOE. Pero no cambia el fondo de la cuestión. Esto es: la voluntad de Susana Díaz de disputar el liderazgo a Pedro Sánchez en el próximo Congreso, manifestada expresamente a sus interlocutores en las últimas semanas.
El líder socialista y la presidenta andaluza han estado jugando desde el 20-D una partida de póker cuyo final está próximo, por lo que ambos contendientes exhiben sus cartas. Sánchez ha ido consolidando posiciones internas a pesar de su investidura fallida –la militancia aprobó de forma abrumadora su pacto con Ciudadanos– y la líder andaluza se ha mantenido callada, a la espera de los plazos orgánicos.
La incomunicación entre ellos es total. Se hablan por personas interpuestas y a través de filtraciones en los medios, aderezadas por manifestaciones de los barones regionales del partido, descolocados ante la batalla interna que se avecina.
EL DESEMBARCO
En los últimos días, después de que trascendiera que Díaz sigue dispuesta a plantear su candidatura, han surgido especulaciones sobre un hipotético aplazamiento del Congreso. Algunos presidentes autonómicos, como Guillermo Fernández-Vara o Javier Lambán, han planteado que sería mejor posponer la fecha con el fin de que el calendario orgánico no interfiera en las negociaciones para formar Gobierno. La tesis de estos dirigentes es que los socialistas no deben enfrascarse en una cruenta batalla interna antes de la disolución de las Cortes y en vísperas de elecciones generales.
Sin embargo, distintas fuentes socialistas consultadas por este diario aseguran que el Congreso se va a celebrar en el plazo previsto porque ni Pedro Sánchez ni Susana Díaz tienen la voluntad de aplazarlo. El uno porque considera que el calendario aprobado es una dificultad objetiva para que la presidenta andaluza le dispute el cargo. La otra porque su voluntad de optar al liderazgo socialista es firme –según ha comunicado a los dirigentes que hablan con ella– desde el día siguiente a las elecciones generales, cuando el PSOE cayó hasta los 90 escaños, el peor resultado de su historia.
Es el secretario general quien debería proponer el aplazamiento del Congreso y Pedro Sánchez ya ha anunciado que sólo lo hará con el acuerdo de los barones. «Pedro necesita que se lo pidan las federaciones. Cualquier decisión de Ferraz en este sentido, sería interpretada como una maniobra artera para impedir que le disputen el liderazgo». En este sentido, Díaz, según las fuentes consultadas, no tiene intención de reclamar un cambio en la fecha del Congreso. Los interlocutores de este periódico advierten que posponer el cónclave resultaría un fiasco y hasta «un cachondeo» de cara a la opinión pública, aunque sí reconocen que los plazos perjudican el desembarco de Díaz.
La presidenta andaluza debe presentar su candidatura a las primarias para la Secretaría General entre el 11 y el 15 de abril. A nadie se le oculta que Ferraz puede acusarla de poner en riesgo la posibilidad de gobernar –por teórica que sea– movida por su ambición personal.
Los partidarios de la presidenta andaluza consideran que las informaciones sobre el posible aplazamiento del Congreso «obedecen a que la dirección del PSOE se ha dado cuenta en las últimas semanas que Susana Díaz va en serio y que esta vez no es un amago. Pedro tiene temor a entrar en una disputa por el liderazgo y lanza el runrún del aplazamiento a ver qué pasa». Así, el líder socialista habría aprovechado las manifestaciones de los presidentes autonómicos para estimular el debate sobre el Congreso con el fin de presionar a la dirigente andaluza. «Ferraz puede pensar que a lo mejor Susana da marcha atrás de nuevo para no mezclar el proceso orgánico con el calendario institucional, poniendo en cuestión al secretario general del partido», señalan otras fuentes neutrales en la disputa.
Sin embargo, los colaboradores de Pedro Sánchez han hecho saber a algunos dirigentes que el secretario general no es partidario de aplazar el Congreso. Entre otras cosas, porque cree que ganará las primarias entre la militancia y que la presidenta andaluza sigue yendo de farol.
EL MUNDO – 28/03/16