José Antonio Zarzalejos-El Confidencial

  • Juan Carlos Monedero afirma que Sánchez ha asumido el modelo de su partido porque no tenía otro remedio, cree que la coalición no se romperá por la ley del solo sí es sí y que el proyecto de Yolanda Díaz está congelado

Juan Carlos Monedero (Madrid 1963) fue uno de los cofundadores de Podemos en enero de 2014. Se licenció en Ciencias Políticas y Sociología. Viajó luego a Alemania (Universidad de Heidelberg) para una estancia de tres años durante la que elaboró su tesis doctoral que tituló República Democrática alemana. La ausencia de legitimidad: 1949-1989, en la que criticó el régimen comunista. De regreso a España logró la plaza de profesor titular en su especialidad en la Universidad Complutense de Madrid, en donde en la actualidad ejerce su labor docente en combinación con otras dedicaciones, como la presidencia de la fundación de Podemos (Instituto República y Democracia), pero sin cargo orgánico en el partido

Monedero se distingue por una dialéctica dura y por su capacidad de diagnóstico sobre las circunstancias del espacio ideológico y estratégico en el que se mueve Podemos, que le acreditan como un intérprete autorizado de la situación actual de la izquierda más radical en España. Él atribuye la certeza de su análisis a una línea de pensamiento crítico y constante que se refleja en sus libros a los que dota de «plena vigencia» (a diferencia de lo que pasaría con su anterior generación). A la izquierda de lo posible (2013), una conversación con Julio Anguita, es un texto que, vinculado al Frente Cívico, aprecia por su carácter premonitorio del 15-M y que considera que es el germen de Podemos al plantearse ahí el «frente amplio» del que surgió el partido. Se sigue reconociendo en otros textos como La Transición contada a nuestros padres Curso urgente de política para gente decente El gobierno de las palabras: política para tiempo de confusión , de próxima reedición.

Juan Carlos Monedero, es muy crítico con la instrucción judicial del llamado caso Neurona y con las investigaciones de la UDEF. En ese procedimiento penal se le imputa financiación ilegal de su partido. El juez le convocó como investigado en febrero de 2021 y este mismo mes, dos años después, Monedero ha solicitado al magistrado Escalonilla que archive las diligencias tras la comprobación por la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional de que los correos electrónicos en los que se basaba la acusación no habían sido manipulados. De momento, no hay respuesta a la petición del investigado.

PREGUNTA. Usted mantiene que hay una crisis del «régimen» de 1978. 

RESPUESTA. Sí. Ahora mismo en España solamente hay dos proyectos de país. Uno lo expresa Aznar y el otro Podemos. Durante la Transición hubo otro modelo que lo representó Felipe González, que era la izquierda que pedía permiso a las elites para ser tolerada por el régimen. 

P. ¿Qué características tiene el proyecto de Aznar para España? 

R. Es una España que bebe de Cánovas del Castillo y la Constitución de 1876: el bipartidismo, el centralismo, las Fuerzas Armadas ligadas a la monarquía, un capitalismo clientelar. Aznar lo trufa de autoritarismo franquista y lo sazona con el neoliberalismo que impregna a toda la derecha desde finales del siglo XX. De Aznar siempre he respetado que tenía una idea de España, aunque creo que es excluyente y soberbia. Recupera del franquismo una idea atlantista que termina metiéndonos en la guerra de Irak. Pero había un diseño. Y abraza el neoliberalismo, la desregulación, el dinero fácil, generando los problemas de corrupción que luego pagaría Rajoy. 

«El modelo que representó Felipe González era el de la izquierda dispuesta a pedirle permiso a las elites para ser tolerada por el régimen» 

P. Ese modelo de Aznar tiene una red de elementos culturales. 

R. Claro. Por eso es inteligente. Se rodea de intelectuales que pretenden repensar España, la leyenda negra, el imperio, un nuevo canon literario y, claro, la guerra civil. 

P. También recupera a Manuel Azaña.

R. Un Azaña tuneado para que encajara en su modelo. 

P. Es que hay dos Azaña, el optimista y el decepcionado. Es verdad, que Aznar tiene dos referentes: Cánovas, efectivamente, pero también Azaña.

R. Creo que las lecturas de Azaña son espurias, lecturas con cierta trampa.

P. ¿Y Rodríguez Zapatero no tuvo modelo? ¿No lo tiene Pedro Sánchez?

R. No. Yo creo que Sánchez es un buen gestor del presente. Cuando un amigo suyo le preguntó por las razones para presentarse a las primarías, la respuesta fue «¿Y por qué no?». En el entorno de los cachorros de Pepe Blanco nadie se caracteriza por tener un proyecto de país. Quizás se aproximó un poco Eduardo Madina, más joven, que bebió más de los pechos de Felipe González. Pero todos los demás son mejores o peores gestores, bomberos de la coyuntura. No mucho más. Por eso una figura como Iván Redondo fue tan relevante para Pedro Sánchez. Zapatero fue un dirigente que entroncó con elementos reformistas en lo civil de Felipe González, pero no dejó de ser el que hizo la modificación del 135 de la Constitución y al que le explotó el 15-M. A Zapatero le tengo aprecio personal, pero brilla más como expresidente que como presidente. Por eso después de él Rajoy mantuvo un continuismo gris. 

P. ¿Cuál es el proyecto de España que alberga Podemos? 

R. El modelo de Podemos nace de un gran movimiento social, del 15-M, de la indignación y el agotamiento del régimen del 78 que se evidencia en Froilán de Todos los Santos, el rey [se refiere a Don Juan Carlos] en Abu Dabi, ministros encarcelados, con la emergencia de los casos de la pederastia en la Iglesia, con el agotamiento del PP que se traduce con el fracaso de Casado, un presidente popular que tiene una foto con un narco, un personaje como Villarejo en la planta quinta de Génova hablando con María Dolores de Cospedal sobre cómo se destruyen pruebas. Podemos nace de ese agotamiento y, a diferencia de otras izquierdas, pone las luces largas y no el retrovisor [el pasado viernes la Audiencia Nacional confirmó la decisión del magistrado García Castellón de no imputar ni a María Dolores de Cospedal ni a su marido, Ignacio López del Hierro, en la llamada operación Kitchen].

P. Graves palabras. Se está olvidando de cosas, por ejemplo, del caso de los ERE en Andalucía. 

R. Creo que Griñán no es Granados, el del «volquete de putas«, ni siquiera Bárcenas. Pero los ERE construyeron una red clientelar que permitía a los cargos del PSOE ganar las elecciones. Y eso es corrupción y se beneficiaban. Creo que Griñán es buen tipo, pero forma parte de la podredumbre del régimen del 78.

P. Volvamos a Podemos ¿cuáles son las características del modelo para España? 

R. Varias. Una es el feminismo, donde Podemos e Irene Montero conectan con un nuevo sentimiento feminista generacional. Otra característica que no es menor consiste en la asunción de la condición plurinacional de España. Hay un intento serio de superar la orteguiana conllevancia al incorporar a la izquierda catalana y a la abertzale al Gobierno de España. Se ha mitigado profundamente lo que más energías democráticas nos ha robado, esa agonía democrática de ETA y del independentismo catalán unilateral. Eso marca un nuevo país. Muy diferente al país del PSOE y del PP con el PNV y con CiU que hacían siempre de la descentralización una suerte de ejercicio de chantaje, lo que ha hecho mucho daño a la concepción de una España plural. La incorporación de ERC y de Bildu a la gobernanza de España es un avance democrático. 

«Sánchez acepta el modelo de Podemos porque no le queda remedio. Esa aceptación le genera enormes fricciones con una parte de su partido» 

P. Esa característica de Podemos, la España plurinacional, la formula Pablo Iglesias, pero no Sánchez ¿es así? 

R. Sí. Por eso digo que es Podemos el que tiene un modelo de país, no el PSOE ni Sánchez. ¿Alguien podría enseñarnos los documentos en donde existe ese modelo del PSOE? Sánchez acepta el modelo de Podemos porque no le queda más remedio. Su sueño es inconstante. Esa aceptación le genera obviamente unas enormes fricciones con una parte importante de su partido que sigue pensando en términos felipistas. 

P. ¿Qué otras singularidades, además de las anteriores, plantea el modelo de país de Podemos? 

R. Es muy relevante cómo Podemos conecta con la nueva sensibilidad medioambiental, con la defensa del planeta que para los jóvenes va a ser uno de sus principales objetivos. Lo expresa en la ley de bienestar animal y todo lo que implica la agenda 2030. Desde que nació Podemos como nave nodriza de un frente amplio ahí estaba representado el ecologismo con Juancho López Uralde. 

P. ¿Y el cuarto elemento de ese modelo? 

R. Es la nueva sensibilidad social de Podemos ante las desigualdades: en vivienda, en el ámbito laboral (salarios, los ERTE, estabilidad), en las pensiones, en los cuidados. Podemos busca recuperar la base fiscal del Estado, poner tope a los beneficios escandalosos de banca, de las eléctricas, al precio de los alimentos. Podemos asume un papel que abandonó la socialdemocracia hace mucho tiempo. Este cuarto pilar, muy sólido, está ligado al modelo de país del partido. Podemos está con el taxi, con los bomberos, en los desahucios, en los cierres, con los sindicatos. Todas esas luchas que son contra el neoliberalismo terminan expresando la necesidad de ir superando también el capitalismo.

P. ¿Ha alcanzado la coalición de Gobierno esos objetivos que describe o existe frustración en Podemos? 

R. Desde Podemos hay frustración por algunas cosas y satisfacción por otras muchas. Hay frustración porque lo que se ha logrado ha habido que arrancarlo a cuchillo al PSOE y dejándose la piel. De entrada todo era no: a los ERTE, al tope del gas, a limitar el precio de los alquileres, a mantener el poder adquisitivo de las pensiones, al Ingreso Mínimo Vital… De entrada, era siempre no y los argumentos siempre los mismos: se van a ir los capitales, va a aumentar el desempleo, va a subir el riesgo país. Pero todo era mentira, propagada también por los economistas tertulianos que son una variante abyecta del tertulianismo. También existe frustración porque nunca se ha conseguido el cien por cien de lo que se pretendía. El PSOE siempre ha frenado. Calviño y Montero son las señoras Niet

P. ¿Cuál es el principal logro, o uno de los más significativos? 

R. La subida del salario mínimo, el impuesto a los ricos. Me emocionó el ingreso mínimo vital, aunque luego las dificultades que ha puesto el ministro Escrivá han hecho que llegue a un número ridículo de personas. Hay más frustraciones, por culpa de la negativa tajante del PSOE: una empresa pública de energía, mayor contundencia para topar los alquileres que haga valer el artículo 47 de la Constitución. Y sería un error no reformar la ley mordaza.

P. ¿Apuesta Podemos por un proceso constituyente? 

R. Debiera. Y aunque un proceso constituyente es legal, el régimen del 78 se resiste. La democracia en España ha pagado un precio alto por permitir atajos en la lucha contra ETA y contra el independentismo catalán. Y los procedimientos que se aplicaron entonces no nos dimos cuenta de que se iban a aplicar a todos nosotros. Los vicios de la Transición son los vicios de la democracia. Nos encontramos hoy en día con una corrupta policía patriótica que se inventa pruebas contra nosotros, o medios de comunicación corruptos difundiendo bulos e incluso jueces corruptos y prevaricadores.

P. Pero Podemos tiene poder institucional, está en el Gobierno. 

R. Una de las sorpresas en Podemos es que tanto la izquierda abertzale como la izquierda independentista habían cometido delitos, pero nosotros en Podemos nunca cometimos delitos, pero se ha hecho todo lo posible para que no estuviésemos en el Gobierno. Con nosotros ha valido todo: descalificarnos, echarnos de nuestros trabajos. A mi echaron de la Universidad Pontificia de Comillas, aunque era el profesor más valorado, por ser de Podemos. 

P. Pero insisto, en 2023 Podemos está en el Gobierno, tiene poder, una vicepresidenta es del espacio de la izquierda a la izquierda del PSOE y un Ministerio como el de Igualdad en el que se ha producido el punto de quiebra material, aunque no formal, de la coalición con la ley del solo sí es sí. ¿Esta coalición tiene recorrido hasta el final de la legislatura? 

R. Tiene recorrido porque si vamos separados, nos van a ahorcar juntos. Ya he dicho también que el que rompe pierde.

P. Entonces ¿Podemos no va a romper y Sánchez tampoco lo hará? 

R. Quedan pocos meses ya en los que se va a producir la clarificación de quién es cada cual. Romper es dar un portazo y no clarifica. El PSOE va a clarificar cuál es su posición ante el feminismo respecto de la ley del solo sí es sí. Si Sánchez quiere regresar al Código Penal de la manada, va a tener que dar muchas explicaciones.

P. Cuando Irene Montero dice que las diferencias respecto de esta ley no son técnicas sino políticas ¿a qué se está refiriendo? Porque las revisiones de sentencia y las excarcelaciones están ahí y atribuirlo a los jueces es poco creíble, porque más de la mitad de ellos son mujeres y su media de edad no les conecta con el franquismo y la situación creada por la aplicación de esa ley es muy complicada. ¿No es posible encontrar un punto de encuentro en la reforma de esa ley? 

R. Ha sido más fácil sacar a los jueces del siglo XX que sacar el siglo XX de los jueces, igual que ha sido más fácil sacar a los jueces del Tribunal de Orden Público que sacar el Tribunal de Orden Público de los jueces. España es un país que se acostó en la dictadura y se levantó en la democracia y eso tiene consecuencias que estremecen, como la no renovación del Consejo General de Poder Judicial, una judicatura que es corporativa, jueces a los que les cuesta juzgarse entre ellos, que son profundamente soberbios. 

«La colusión de jueces y medios de comunicación para intentar debilitar un Gobierno forma parte de lo que explicamos como golpes blandos» 

P. Entonces ¿está usted en la teoría de que el problema de la ley del solo sí es sí se produce por su aplicación por los jueces? 

R. La judicatura comparte con otro poder, que son los medios de comunicación, la pretensión de autorregularse, como si fueran especiales respecto de los demás. Los jueces hacen valer su espacio de una manera colectiva; echan pulsos. La colusión de jueces y medios de comunicación para intentar debilitar a un Gobierno forma parte de lo que explicamos como golpes blandos y que tiene que ver con el Estado profundo. En otras reformas del Código Penal, incluso gobernando el PP, ha ocurrido algo similar, con excarcelaciones, y no se ha formado este escándalo. Lo que está pasando ahora me recuerda a lo que hizo la derecha en la Transición con la inseguridad ciudadana. El problema de fondo es político, porque si se cree que se va a solventar la situación de un violador metiéndole en la cárcel doce años en vez de diez, se confunden. La cuestión no está ahí: está en la cultura, en la enseñanza y en unos estereotipos sobre los que hay que incidir y no lo hacemos. La derecha quiere una víctima, la derecha está de caza. Por eso disparan a Irene Montero.

P. Pero la derecha no tiene nada que ver. La ley es de Irene Montero, pero también del Consejo de Ministros y la proposición de ley de reforma es del PSOE, que corrige a la ministra de Igualdad y a todo el Gobierno que aprobó el proyecto de ley. 

R. Es que el Partido Socialista es siempre el que quiere contentar a las élites, siempre está dispuesto a ceder, pensando que con esas cesiones le van a perdonar algo. Y se equivoca. 

P. Entonces ¿no será posible que Unidas Podemos vote la proposición de ley de reforma de la del solo sí es sí presentada por el PSOE? 

R. Si la proposición del PSOE supone volver al Código Penal de la manada, Podemos va a votar en contra y supongo que también van a votar en contra ERC y Bildu. Al final ¿va a aprobarla el PSOE con el PP

«Si la proposición del PSOE supone volver al Código Penal de la Manada, espero que UP vote en contra y también lo harán ERC y Bildu» 

P. ¿Y esa hipótesis si se hace realidad no va a tener repercusión sobre la coalición? 

R. Sobre el funcionamiento del Gobierno no porque no sería la primera vez que el PSOE se encuentra con el PP en determinadas cuestiones. Lo que va a quedar claro es que todas las leyes progresistas de este Ejecutivo funcionan cuando Podemos es capaz de convencer al PSOE; y que cuando no es capaz de hacerlo, le sale el socialismo que pide permiso al poder para que le dejen gobernar. 

P. Tampoco en la política exterior Podemos y el PSOE se han encontrado.

R. No. Por eso le decía que uno de los elemento que demuestra que Sánchez no tiene un proyecto de país es que la política exterior podía ser perfectamente la del PP: negociación con el sátrapa marroquí, sumisión a los designios norteamericanos, por ejemplo, reconociendo a un presidente que se autoproclamó como Guaidó, abandono del Frente Polisario, ausencia de críticas ante el genocidio israelí en Palestina o la duda inicial de enviar o no armas a Ucrania para luego tener al tipo con el ardor guerrero más patético que recuerda la historia de este país, que es Borrell, vestido de militar y reclamando día sí y día también más tanques y más misiles para Ucrania.

P. ¿Hay una alternativa a la actual situación bélica por la invasión de Ucrania? Ustedes en Podemos dicen que la hay. 

R. Habermas ha escrito un artículo que alargó para que no se zanjaran sus posiciones con un insulto. En Europa ya no hay debate. Hubiera sido deseable que la política exterior europea no hubiera cometido los errores que ha venido cometiendo desde 2014 cuando alentó la caída de Yanukovich y permitió la extensión de la OTAN hacia el Este. Una provocación de matones. Otro gallo cantaría si hubiéramos incorporado a Rusia a la defensa europea. Pero hemos sido rehenes de los Estados Unidos. Una posibilidad es seguir la escalada hasta la conflagración nuclear y otro dejar a suerte a Ucrania, inconcebible porque tenemos un compromiso con los derechos humanos. Hay, pues, que presionar para que haya un alto el fuego y luego se caminaría hacia la solución, que será pactada. Pero me temo que hay gente ganando mucho dinero y mucho seguidismo a los EEUU. La pobre y vieja Europa está perdida. 

P. ¿No cree que en Podemos se está incurriendo en un discurso conspiranoico y victimista? Porque además Podemos es lo que es, tiene un espacio electoral limitado. 

R. A la izquierda se le acusa habitualmente de conspiranoica, aunque se queje porque la estén quemando en la hoguera.

P. Y también a la derecha, incluso más que a la izquierda. 

R. Podemos tuvo cinco millones de votos; Sánchez solo 300.000 más. Las encuestas nos encumbraban. A partir de ahí empezamos a tener ataques en los que participaban jueces y periodistas corruptos, policías y políticos corruptos. Portadas, tertulias, telediarios en las que aparecemos como malversadores, receptores de dinero ilegal, enemigos de la paz, agentes foráneos, exacerbando las divisiones. Todo eso ha ido minando el resultado electoral

P. ¿No hay ninguna autocrítica? 

R. ¡Siempre! No siempre hemos cuidado la unidad. Y en esta pelea se nos ha enronquecido la voz. Es verdad que hay un momento en el que molesta más tu queja defendiéndote que el ataque. No tenemos medios de comunicación para explicar este tipo de cuestiones. Le reconocería que Podemos tiene que ser cuidadosa porque a fuerza de recibir tantos golpes puede endurecerse y al final podemos dar la sensación de que somos broncos, desabridos, que perdemos la sonrisa. Y eso es un problema porque la gente no te quiere ver enfadado todo el rato.

P. Eso que describe es así, se les ve desabridos, cabreados. 

R. No es fácil con el espejo deformado de los medios. Yo le diría que mi mayor decepción ha sido el periodismo, ver gente envilecida dispuesta a mentir sin pudor. Los políticos se presentar a las elecciones, arriesgan. Pero me estremece que mientan los jueces y me repugna que mientan los periodistas. 

P. ¿Quién el líder auténtico de Podemos? ¿Sigue siendo Pablo Iglesias? 

R. Claro que Iglesias influye en Podemos, en la dirección, en los militantes, en los votantes… ¡y en el PSOE y la derecha! ¿Podría ser más morigerado en sus planteamientos? Seguramente. Pero es que arranca los lunes en RAC1 antes incluso de que se reúna la Ejecutiva. Pero todo se asentará. 

P. ¿Cómo va la estructuración del espacio de Podemos y de Díaz y cuáles son las expectativas ante las elecciones del 28 de mayo? 

R. Yolanda Díaz ha perdido un tiempo precioso. Hace un año expresaba mucha más frescura, determinación, cariño popular que hoy. Eso habrá que recuperarlo. Tenemos que ser conscientes de que la gente a la que le gusta Irene Montero, la votaría, pero no toda la gente a la que le gusta Díaz votaría a Montero. Ese tiempo, el que se ha perdido y el que ha servido para escuchar a la gente, también ha congelado el entusiasmo. Si a esto le añades algunos comportamientos desafortunados de Yolanda Díaz —no invitar a actos a Podemos, no defenderle cuando se le ha atacado— ha enfriado a la gente de la izquierda, que ha tenido la sensación de que no hemos tenido ni el cariño ni el cuidado de ella. Eso hay que restañarlo.

«Díaz ha perdido un tiempo precioso. Hace un año expresaba más frescura, determinación, que el actual. El tiempo ha congelado el entusiasmo» 

P. ¿Será la líder del espacio a la izquierda del PSOE? 

R. Creo que Pablo Iglesias, no de la mejor de las maneras, señaló a Yolanda Díaz para representar ese espacio. Capacidades para ello le sobran, pero hace falta ahora bajar a tierra el proyecto. Y está tardando. Queda una tarea muy complicada. Y los errores en Andalucía no pueden repetirse. Y está pendiente el programa de una fuerza que va a volver a gobernar en coalición. 

P. ¿No le da opciones de gobernar al PP, aunque sea con Vox?

R. No, porque se les ha visto la patita: el fiasco de Olona, la desaparición de Rivera, el fracaso de Casado. Además, a una parte de la derecha democrática no le gusta Vox. Y la economía no va mal. 

P. Tampoco a una parte del PSOE le gusta Podemos. 

R. Sin duda. La diferencia está en que a los demócratas del PP les molesta Vox por su franquismo, su autoritarismo, su homofobia, su racismo; mientras que a los socialistas a los que molesta Podemos es porque es más socialista que ellos. Además, la coalición ha aprobado casi 200 leyes y tres Presupuestos

P. ¿Y sus memorias? Iñigo Errejón las ha escrito y ahora Pablo Echenique. 

R: Decía Albert Hirschman que uno escribe sus memorias cuando ya no le quedan ideas.