Teodoro León Gross-ABC

  • El problema para el sanchismo es que depositó su confianza en una fontanera rotundamente desahogada

Tarantino, con su Mr. Wolf, construyó uno de esos personajes icónicos que se instalan en la cultura popular. Aquel tipo interpretado por Harvey Keitel resumía lo suyo con media docena de palabras: «Soy el Señor Lobo, soluciono problemas». Su trabajo era acudir a limpiar la escena de un crimen. El problema para el sanchismo es que depositó su confianza no en un ‘fixer’ profesional sino en una fontanera tal vez listilla pero rotundamente desahogada, capaz de presentarse en el Congreso como periodista de investigación sin una sola línea en su currículum para acreditarla como periodista de investigación. Tremenda coartada. Es notorio que a pesar de todo, como Harvey Keitel, ella entró en escena para limpiar un rastro delictivo. Dolset lo resume rápido: «El presidente había dado orden de limpiar, sin límite». Y con esa orden la fontanera se puso manos a la obra.

Leire Díez, como el Sr. Lobo en ‘Pulp Fiction’, tenía instrucciones claras para limpiar el marrón que ya había llevado al presidente a suspender cinco días su presidencia, ante la investigación a su propia mujer que había arrastrado la marea negra de la corrupción a su propio dormitorio en La Moncloa. Y entre las maniobras de la fontanera, además de pujar contra la unidad de la Guardia Civil que investigaba el caso, fue a chantajear a dos fiscales con ascensos y dinero a cambio de poner en la picota al fiscal jefe anticorrupción, Alejandro Luzón. Para presumir tanto de sabuesa, ella no se había molestado en leer siquiera el libro de Stampa, ‘El complot’, para saber que fue defenestrado de Anticorrupción por Dolores Delgado y ‘Don Alvarone’ García Ortiz, porque su trabajo en el caso Tándem le había llevado a descubrir la caja fuerte con el material informático de Villarejo en su casa-búnker de Boadilla del Monte, y eso comprometía a Baltasar Garzón, pareja de ella. Ir a proponerle que actuase al servicio del sanchismo, además de miope, era grotesco.

En ‘Pulp Fiction’, después de hacer el trabajo necesario de limpieza de los trocitos de cerebro y de cráneo esparcidos en la escena del crimen entre charcos de sangre, el Sr. Lobo rechazaba los elogios de los matarifes con aquella frase ya legendaria «No empecemos a chuparnos las pollas todavía». En cambio, Leire Díez dio una rueda de prensa para salir por la puerta grande del sanchismo, cometiendo una estupidez incorregible. Y ahora el fiscal Stampa, con cartel de incorruptible, ha contado lo que le ofrecieron y la razón esgrimida: «El presidente había dado orden de limpiar, sin límite». Y esto trasciende horas después de que Aldama dijera que Sánchez «sabía absolutamente todo». Pero incluso si Sánchez hubiera ignorado la extensión de las tramas investigadas, no podría quedar indemne al haber sido quien puso a la banda criminal ahí. Y la fontanera jamás habría podido alcanzar a limpiar el oscuro y espeso chapapote moral de la marea negra de corrupción del sanchismo.