EL CORREO 18/01/13
· El bombardeo del complejo tomado por yihadistas mata a una treintena de rehenes, entre ellos franceses y británicos.
Las autoridades argelinas no esperaron. Antes de que se cumplieran las primeras 24 horas del secuestro múltiple en una planta de gas del sureste del país lanzaron una operación de rescate que acabó con la muerte de una treintena de rehenes y once secuestradores, según informó a Reuters una fuente de los servicios de seguridad de Argelia, y la «liberación de 600 argelinos y cuatro» de los occidentales retenidos por un grupo vinculado con Al-Qaida del Magreb Islámico (AQMI), informó la agencia argelina APS.
Durante toda la tarde, las cifras no oficiales oscilaron entre 6 y 34 rehenes muertos, a los que habría que sumar los dos fallecidos durante el ataque del comando yihadista la mañana del miércoles. El balance mortal facilitado por la agencia Reuters hablaba anoche de al menos 30 rehenes –entre ellos figurarían ocho argelinos, dos japoneses, dos británicos y un francés– y once de sus secuestradores
Los secuestradores aseguraron a la agencia mauritana Nouakchott Information haber perdido a 15 compañeros, entre ellos el jefe del comando, Abu al-Baraa, en «el bombardeo» de las fuerzas argelinas, que atacaron «desde helicópteros y vehículos». Otros siete rehenes occidentales –tres belgas, dos estadounidenses, un japonés y un británico– sobrevivieron al ataque del Ejército, señalaron los captores a última hora de la tarde. El ministro de Comunicación argelino, Mohamed Said, declaró concluida anoche la operación militar para liberar a las personas que permanecían cautivas y aseguró que «un número importante de terroristas ha sido neutralizado».Sin embargo, otras fuentes informaban de que los terroristas aún mantenían a un número indeterminado de personas secuestradas en una parte de las instalaciones.
La confusión domina esta supuesta y sangrienta operación de rescate de la que de manera sorpresiva, y cuando empezaron a filtrarse las cifras de rehenes muertos, aseguraron no haber tenido aviso previo países como Francia o Reino Unido, dos de los más implicados en la ofensiva contra los islamistas en Malí. El presidente francés, François Hollande, aseguró disponer tan sólo de «información contradictoria». Y algo similar le habría ocurrido a David Cameron, quien, según un portavoz, se enteró del asalto a través de la televisión y poco después recibió una llamada de su homónimo en Argel, Abdelmalek Sellal. «Los argelinos no solicitaron ayuda», aseguraron desde la oficina del premier inglés.
El grupo ‘Los firmantes de sangre’, liderado por el ‘emir del desierto’ Mojtar Belmojtar, veterano de Afganistán con larga trayectoria en la región como cabecilla de AQMI, pretendía detener la ofensiva francesa en Malí con este secuestro múltiple en la planta de gas en In Amenas, 1.300 kilómetros al sureste de la capital, pero no logró su objetivo. El ministro de Interior argelino, Daho Ould Kablia, confirmó que la mano de Belmojtar está detrás de esta acción que ha servido para mostrar a Occidente la operatividad de la insurgencia islamista.
«Nos están tratando bien»
Expertos en secuestros, los yihadistas permitieron a varios rehenes hablar por teléfono con sus familias y medios de comunicación para intentar presionar a las autoridades. «Nos están tratando bien, pero el Ejército argelino no se ha retirado y están disparando contra la planta», aseguró un rehén británico a Al-Yasira en una llamada en la que pidió «negociación con Belmojtar para salvar muchas vidas».
Menos de una semana después de iniciar la operación en Malí, la comunidad internacional se encuentra con el primer órdago islamista en forma de secuestro múltiple. «Entrar en una negociación entrañaba inconvenientes debido al contexto. Si abres un diálogo es un triunfo para el enemigo y envías una señal de debilidad al entorno. Si cedes una vez y tan pronto, abres el camino a nuevos secuestros», opina el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Luis de la Corte. Para este experto en temas de defensa, «las autoridades de Argel han podido actuar de forma autónoma para intentar marcar su territorio respecto a los países que intervienen en Malí».
In Amenas está explotado por la británica BP, la noruega Statoil y la empresa argelina Sonatrach. El secuestro ha provocado que se refuercen las medidas de seguridad en las plantas de toda la región y mientras empresas como Repsol indicaron a Europa Press que el grupo está desarrollando con normalidad su actividad en las instalaciones en las que opera, otras como Cepsa ha evacuado de forma preventiva a su personal en el bloque de exploración de hidrocarburos que explota en Argelia.
EL CORREO 18/01/13