La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, reiteró ayer a su homólogo catalán, Oriol Junqueras, el ofrecimiento del Ejecutivo central de trabajar cooperativamente con la Generalitat en la toma de decisiones sobre los asuntos que afectan directamente a los ciudadanos de Cataluña. En este ámbito se incluyen 45 de los 46 puntos entregados en su día por Puigdemont a Rajoy. El último de ellos, el que reclama la celebración de un referéndum de autodeterminación, fue tachado de la lista desde el primer momento y así permanecerá. Sobre esa cuestión, la primera en la agenda del independentismo catalán, no hay posibilidad de acuerdo. Así lo recalcó ayer de nuevo la número dos de Rajoy en La Moncloa.
El encuentro, el primero que mantienen ambos desde que el Gobierno quedó constituido, se celebró a petición de Junqueras, quien solicitó la cita en una carta dirigida a Santamaría el pasado 21 de noviembre.
La reunión duró cerca de dos horas, más de lo que en principio calculaban en Moncloa, y se desarrolló con «buen tono». Y ello pese a que, por el momento, ni el objetivo de Santamaría de que Carles Puigdemont acuda a la Conferencia de Presidentes se ha conseguido, ni tampoco el de Junqueras de convencer al Gobierno de la celebración de una consulta secesionista.
En la reunión de ayer se constató que las posiciones siguen alejadas. Sáenz de Santamaría, cuya visita despertó una gran expectación, llegó a pie al Departamento de Economía, en el centro de Barcelona, donde se celebró el encuentro. La vicepresidenta del Gobierno intentó convencer a Junqueras de que el president Puigdemont debe acudir a la Conferencia de Presidentes porque muchas de las cuestiones que se traten allí «van a estar muy ligadas» a los 46 puntos que la Generalitat reclama.
Por ejemplo, aseguró que, como consecuencia de ese encuentro, se acabarán habilitando procesos para abordar el llamado «bono social» sobre los cortes de luz a personas vulnerables, la financiación autonómica, los servicios públicos, la educación o la participación en la UE. Puigdemont sigue empeñado en no participar en esa reunión.
Pero a Junqueras ayer le interesaba sobre todo hablar del referéndum. Y sobre este asunto no hay acercamiento posible. «El referéndum no forma parte del ámbito de disposición del Gobierno; no podemos negociar aquello que pertenece al conjunto del pueblo español», dijo antes de empezar la reunión, tras recordar que el Tribunal Constitucional de Alemania ha rechazado recientemente la posibilidad de que Baviera celebre una consulta sobre la independencia con argumentos parecidos a los que emplea el Ejecutivo español.
Para el vicepresident catalán, la reunión sirvió sobre todo para hablar por primera vez a fondo y en persona con Santamaría del referéndum, que el Govern ha prometido celebrar en el mes de septiembre. Frente a las voces, sobre todo procedentes del entorno de Convergència, que en los últimos días han empezado a alertar sobre las dificultades para convocar una consulta vinculante sobre la independencia, Junqueras quiso mostrar seguridad y contundencia. «Supongo que el Gobierno español se marcha hoy plenamente convencido de que habrá referéndum; aunque ni siquiera quieren hablar del asunto y no hay ninguna posibilidad de acuerdo en esta cuestión, habrá referéndum», afirmó. Y agregó: «Aunque sea sin el permiso del Estado».
El vicepresidente de la Generalitat es consciente de que el Gobierno «utilizará las herramientas que crea convenientes», pero su determinación no cambia. «No renunciaremos al derecho a decidir a cambio del derecho a pedir permiso», dijo, aunque aseguró que la opción preferida del Ejecutivo catalán sigue siendo que la votación sea pactada con Madrid.
Junqueras también fue escéptico con respecto al resto de asuntos, pero aseguró que «siempre vale la pena» hablar con el Gobierno. «Hemos tratado cuestiones que más adelante trataremos de Estado a Estado», dijo incluso, dando por hecho que Cataluña se convertirá en un país independiente.