EL CONFIDENCIAL 07/05/15
JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS
· El escritor y filósofo dedica un artículo en el que invita a dar un voto de confianza a la formación magenta al tiempo que solicita una renovación de la «primera fila» del partido
El pasado 31 de marzo escribí sobre el silencio de Vargas Llosa y Savater sobre la situación por la que atravesaba Unión, Progreso y Democracia, un partido que el filósofo inspiró y el nobel apoyó. Ayer, Fernando Savater salió a la palestra con un largo texto en el diario El País titulado “¿Y por qué no UPyD?”. El donostiarra trata de argüir con cierta habilidad que el partido de Rosa Díez “nunca ha tenido suerte con los medios de comunicación”, argumento, sin embargo, muy pobre. Más consistente es el relato según el cual UPyD ha acumulado méritos indudables en la regeneración democrática de España y se ha hecho con un perfil indómito.
De la vinculación de Ciudadanos y UPyD Savater dice: “…habrá buenas ocasiones de apoyar y de ser apoyados por Ciudadanos, un partido afín de cuyo auge me congratulo aunque su definición actual permite mejor que nunca ver sus diferencias sustanciales con UPyD en el tema del IVA, de las preferentes, de la asistencia sanitaria a emigrantes sin papeles, de educación, del trilingüismo, por no mencionar el AVE (personalmente, jamás votaré a un partido que lo cuestione)”. Sobre la personalidad de Rosa Díez el filósofo se pregunta si “no hay políticos en activo más autoritarios que Rosa Díez”, una mención comparativa para sacar apenas la cara a la portavoz de UPyD.
Después del 24-M, Rosa Díez y la actual dirección están muertos, políticamente hablando
Savater se emplea a fondo en defender a la organización que nació de su “¡Basta ya!” contra ETA con un fuerte sentido de la ciudadanía. Y eso le honra después de un silencio espeso mientras UPyD se caía a pedazos. Pero el escritor da la de arena en un último párrafo demoledor: “Desde luego, en el congreso de junio es indispensable que UPyD se dé un buen lavado de cara, sin prescindir de nadie pero tratando de renovar la primera fila y de recuperar a algunos que se sintieron maltratados por falta de tacto (hay responsables en UPyD a los que mientras estuvieran en activo se les debía prohibir el uso de Twitter como a los conductores el alcohol). Más vocación de escuchar y menos obsesión por controlar.”
Este último párrafo enmienda a la totalidad la gestión de la actual dirección del partido. En rigor, le da la puntilla porque, aunque se aparta de la línea de defensa de la coalición con Ciudadanos, encierra un reproche radical al modo de gestionar la organización, hasta el punto de pedir una nueva “primera fila” y reclamar el regreso de los fugados, víctimas de un maltrato que no él no pone en duda se haya producido, además del ataque directo a un hombre que otrora fue de su máxima confianza: Carlos Martínez Gorriarán, que es un dirigente que con su Twitter le ha hecho algunos rotos a UPyD.
Después de este artículo y de lo que previsiblemente le ocurrirá a UPyD el 24 de mayo, Rosa Díez y la actual dirección están muertos, políticamente hablando. Por eso era tan importante que el fundador del partido interpretase su crisis. Lo ha hecho y ha dictado una sentencia inapelable. Defiende el partido, pero condena a su dirección.