Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
- El texto del acuerdo sobre financiación admite tantas lecturas diferentes como lectores tenga
Cómo es posible que el congreso sevillano del PSOE haya conseguido algo inimaginable y milagroso como es el poner de acuerdo a federaciones con planteamientos políticos tan dispares y económicos tan divergentes como los mantenidos por la manchega, la asturiana y la catalana? ¿Han acercado tanto sus posturas personas como Page e Illa como para votar todos a favor de la propuesta congresual? No creo. La medicina milagrosa, la que cura todas las prevenciones y elimina todas las distancias, hay que buscarla en la redacción del acuerdo. Se compone de dos cuartas partes de ambigüedad, una de confusión y otra de contradicción. De tal forma que el texto del acuerdo admite tantas lecturas diferentes como lectores tenga. Así no se arregla el problema de fondo, que volverá a la superficie más pronto que tarde, pero es evidente que se gana tiempo, se evitan las discrepancias, se patea el balón hacia adelante y se salva el congreso, que eran los deberes urgentes para este fin de semana. Objetivo cumplido y milagro realizado. Mañana será otro día.
La contradicción la encontramos ya en el planteamiento inicial. La financiación ‘singular’ para Cataluña no figura en el documento final. ¿Se habrán olvidado de ella? Por supuesto que no. Pero, al parecer el tema era insalvable. Como lo es el Cupo, cuyos detalles también se han obviado. Sí se recoge la obligación de que el modelo sea aprobado de manera multilateral. Aunque, y ahí está la clave, en el mismo párrafo se dice que que el Estado tendrá una relación bilateral con las distintas comunidades «en función de sus propios Estatutos». ¿Será multilateral para determinar la relación financiera global con todos y bilateral para aprobar la concreta con cada uno? ¿Se establecerá entonces la cláusula ‘de la nación más favorecida’ que inventó el GATT para este tipo de negociaciones complejas, un esbozo de lo cual figura ya en el Estatuto de Valencia? No lo sé y no creo que esa ‘originalidad’ arregle nada. Mas bien lo complicaría todo.
Lo que sí se deja claro, ya desde el principio es que habrá más dinero para todos. Eso que no falte, lo que apunta a condonaciones generales y masivas de los déficit actuales. ¿Quién cubre el coste, quién tapará el agujero que se abrirá en los ingresos del Estado? ¡Pues vaya pregunta hace usted! La Fanta la paga el de siempre: ese agujero que no deja de aumentar y que nadie se preocupa de reducir. Se llama déficit público. Sacamos de ahí dinero para todo y para todos y salimos encantados del Congreso. Ya podemos ir a por los finos y las tapas. Que no es lo que nos interesa, pero sí lo que nos importa…