Editorial, LA VANGUARDIA, 24/9/11
Aunque las noticias de la banda terrorista ETA siempre tienen que reposar un largo tiempo antes de ser evaluadas definitivamente, el comunicado de los presos de la banda apoyando el llamado acuerdo de Gernika -como se conoce el documento de la izquierda abertzale firmado en octubre del pasado año y que pedía el abandono definitivo de la violencia por parte de los terroristas- debe ser considerado un movimiento importante en el camino hacia la paz. Irreversible o no el tiempo lo dirá, pero hoy todo hace pensar que si. Desde que en septiembre de 2010, ETA declarara una tregua y fuera valorada con el lógico excepticismo político y un enorme cansancio por parte de la ciudadanía ya que era un movimiento conocido y del todo insuficiente se han venido produciendo un goteo de noticias que invariablemente han supuesto acercarse hacia un final de la violencia. Seguramente, el alto el fuego permanente, general y verificable de enero de este año y los resultados obtenidos por la coalición Bildu en las pasadas elecciones municipales en el País Vasco han ayudado a que el comunicado de los presos haya visto la luz. Aunque no hay que lanzar aún las campanas al vuelo, es una buena noticia para todos. Quizás, incluso un balón de oxígeno para el candidato Rubalcaba en esta campaña imposible en que la economía lo impregna todo y la herencia Zapatero una barrera insalvable. Para el ex vicepresidente y ex ministro del Interior, además, en una semana en que el pleno de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional por unanimidad desinflara el llamado caso Faisán y lo devolviera al juez Ruz por falta de indicios. En caida libre el PSOE quizás sí pero con algunas piezas puestas en su sitio.
Editorial, LA VANGUARDIA, 24/9/11