Fernando Ónega, LA VOZ DE GALICIA, 24/12/11
G ran parte de la prensa de ayer nos informó de lo evidente: Soraya Sáenz de Santamaría es la mujer que más poder acumula desde que hay democracia en España. Se han quedado cortos: es la mujer con más poder desde Isabel II, por lo menos. La cuestión no es esa: la cuestión es si está en condiciones de responder con eficacia a esa cantidad de poder y si tendrá autoridad sobre los mastodontes políticos que dependen de ella en el Gobierno Rajoy. Hasta ahora hemos sabido que es una brillante parlamentaria, que sabe organizar, que tiene una gran preparación, que es una excepcional trabajadora y que ha ganado a pulso la confianza del presidente y de todo el Partido Popular. Todo lo demás es una incógnita.
Porque es una incógnita, he visto su estreno como portavoz, una de las tres funciones que Mariano Rajoy le ha encomendado. La noche anterior me había preguntado en la radio si no le daban vértigo tantas responsabilidades. Hoy puedo dar una respuesta: atención a esta señora, que se ha consolidado la nueva gran estrella de la política. Era su primera rueda de prensa, y parecía que llevase años de experiencia: ni un asomo de nerviosismo, ni una duda en las respuestas más complicadas, ni un error en la terminología de la nomenclatura de la Administración del Estado, ni una palabra de crítica al Gobierno anterior.
Esto último puede parecer anecdótico, pero es sustancial: la mesa del portavoz no es la mesa de un partido ni el escenario para peleas políticas. Es el lugar para explicar las acciones del Gobierno, y nada más. La peleas de partidos se dirimen en el Parlamento.
A partir de esa base, debo valorar otros méritos: conoce la estructura del Gobierno como si la hubiera parido, y seguramente la parió; recita artículos de la Constitución con la naturalidad de quien se la sabe de memoria; utiliza la jerga económica como si fuera una economista; torea con habilidad asuntos delicados que afectan a la Corona, y transforma en solicitud lo que un periodista presentó como crítica a la perniciosa tentación de Rajoy de hacer ruedas de prensa sin preguntas. Hace falta mucha cintura política para eso.
Con lo cual, si la duda inicial era si está en condiciones de responder con eficacia a la cantidad de poder que acumula, la respuesta es afirmativa. Primera prueba, superada con sobresaliente. Y digo algo más: es difícil que haya en este Gobierno de lumbreras una persona que tenga una visión más completa de la gobernación.
Esa es mi primera calificación de Soraya Sáenz de Santamaría, que, naturalmente, no prejuzga nada. Con la misma claridad que hoy destacamos su estreno juzgaremos sus errores. Que casi los pido, los solicito, los reclamo: no sea que alguien piense que soy del Partido Popular?
Fernando Ónega, LA VOZ DE GALICIA, 24/12/11