El País 10/12/12
La Comisión Europea ha aclarado oficialmente que si un territorio de un Estado miembro se escinde, deberá volver a pedir su entrada en la Unión
Por si alguna duda cabía, la Comisión Europea ha aclarado oficialmente lo que ya se sabía: si un territorio de un Estado miembro se escinde, se convertirá en “tercero” para la UE, y para volver a entrar en la Unión tendrá que ponerse a la cola y solicitar una adhesión que se tendrá que decidir por unanimidad de todos los integrantes (más el Parlamento Europeo).
La toma de posición de la Comisión, cuyo borrador ha desvelado The Scotsman, llega en respuesta a una solicitud de aclaración de la Cámara de los Lores sobre una posible escisión de Escocia, que celebrará en 2014 un referéndum sobre la independencia, pactado con el Gobierno británico. El ministro principal de Escocia, el nacionalista Alex Salmond, dijo que Escocia podría permanecer en la UE sin problemas. La realidad jurídica es muy diferente. La Comisión, como es lógico, mantiene la línea general que ya expresara en 2004 su entonces presidente, Romano Prodi. Su aclaración puede servir para aguar otras veleidades secesionistas, como la de Cataluña.
De hecho, este temor a separarse no ya de España sino de la UE puede haber influido a la hora de frenar los ardores independentistas de una parte de la ciudadanía en las últimas elecciones catalanas. En caso de separación, los tratados comunitarios dejarían de aplicarse en el territorio escindido.
Cualquier Estado miembro, ya sea el de origen o los demás, podrían vetar su posterior ingreso en la Unión. El titular de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, ya ha señalado que España, cuyo Gobierno se anticipó en esta interpretación, vetaría el ingreso de una Escocia independiente.
Claro que en el caso británico podría darse una situación paradójica en la que no entra la Comisión: que ante una retirada de Reino Unido de la UE, crecientemente verosímil, Escocia decidiera separarse para permanecer en la Unión.