Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 25/3/12
El Correo nos acerca hoy un asunto de los que verdaderamente importan en la vida y que servirá para superar tantos años de debates en torno a nuestra propia mismidad. Ser vasco, ¿es un derecho del ser humano, cualquiera que sea su origen y su lugar de nacimiento? El vasco, ¿nace o se hace? ¿es de donde nace o de donde pace? Perdonen que con ese ‘nuestra propia mismidad’ tan inclusivo, me haya sumado a la corriente dominante, pero, ¿quién rechazaría un lujo tan asequible?
Pie de foto: La pintada junto a la que posa, dice: “Todos en euskera”. (A Benjamingrullo, que lo vive con pasión)
En la portada del citado diario, un caso ejemplar: Roberto Tananta, “de la etnia kukama de la Amazonía peruana, se siente también vasco porque es euskaldun”. Lean:
Desde que Roberto Tananta, nativo de la etnia amazónica de los kukama en Perú, comenzó a aprender euskera, los ondulados y brumosos paisaje vascos empezaron a dibujarse en su mente de una forma diferente. “Ahora, los días de niebla ya no son grises y tristes, y los relaciono con personajes mitológicos como el ‘basajaun’ o las ‘lamiak’, explica encantado por la riqueza cultural que le ha aportado el conocimiento de ese idioma (quizá quiso escribir ‘este’). “Todo ha cobrado un sentido diferente”, proclama.
Es músico y llegó a Euskadi hace seis años -ahora tiene 34-atraído por las flechas de Cupido. se enamoró de una vasca que tranajaba en el Amazonas como cooperante. Ella le desveló el gran misterio que llevaba tiempo rondándole la cabeza tanto a él como a sus amigos. “Hace años, un misionero sevillano nos regaló una cinta con diferentes canciones del mundo. Entre todos pudimos sonsacar de qué lugar procedían y en un mapa clavamos una chincheta sobre cada país para visualizarlas. Sin embargo había una que se nos resistía. Al escuchar su letra nos dejaba desconcertados y no podíamos situarla. Pensábamos que venía de Armenia o de Rusia, ¡vete tú a saber!”, recuerda Roberto. Cuando él y su pareja se conocieron al otro lado del charco, ella le sacó del mar de dudas. El idioma de la enigmática melodía que resonaba una y otra vez en el viejo radiocasete de su pueblo era el euskera, y el músico que la cantaba, Fermín Muguruza.
Ahora lleva seis años estudiando en un euskaltegi de Basauri y no sólo es capaz de entonar la letra de la canción, sino también de entenderla. “Lo aprendo poco a poco, sin prisa, porque lo hago por placer, no para encontrar trabajo”, apunta. “Cuando me relaciono en euskera noto qu las personas se hacen más cercanas y la gente del pueblo me trata como si fuera de aquí”, confiesa. “Ahora también me siento vasco, porque soy euskaldun”, argumenta.
Nunca estuvieron tan baratas las raíces. Contra el pesimismo de la inteligencia -esto de ser vasco es muy difícil-el optimismo de la voluntad: si quieres, puedes. Juan Aranzadi escribía a finales de los años setenta sobre este misterio en ‘El milenarismo vasco’. El pueblo elegido, el pueblo trabajador vasco, era una curiosa síntesis, según la cual, un inmigrante gallego que militara en Herri Batasuna era por definición más vasco que un oligarca de Neguri, que por esencia, era español. Cuando leí esto, que Belosticalle me lo perdone, me quedó una duda. Vale que un español pudiera redimirse de su condición abrazando la causa del pueblo elegido, pero, también se daba al revés, es decir: un vasco que viviera y trabajara en Galicia y además leyera a Celso Emilio Ferreiro, se convertía de la misma en gallego o las razas superiores no se adaptan? Dicho de otra manera: la novia cooperante de Roberto, ¿se convirtió en una mujer de la etnia kukama?
Yo creo que depende de lo que quiera cada cual. Si desde hace seis años podemos elegir sexo, ¿cómo no íbamos a poder elegir raza?
Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 25/3/12