Será rápido, ni lo notaréis

Juan Carlos Girauta-ABC

  • ¿Es el Gobierno el único que no se ha enterado de que los reos de sedición, malversación y demás no desean el indulto?

¿Indulto reversible? ¡Quia! ¡Triquiñuelas de periodistas leguleyos! Artículo 18 de la Ley de 18 de junio de 1870, de Reglas para el Ejercicio de la Gracia de Indulto: «La concesión del indulto es por su naturaleza irrevocable, con arreglo a las cláusulas con que hubiere sido otorgado». Retuerce tanto como desees la segunda parte de la oración, a ver cómo le cambias la naturaleza a la institución. La naturaleza irrevocable.

Es el nuevo argumentario (puaj, cómo pringa el palabro) de la España de los hombres de bien, la que según Zapatero quiere indultar a esos amenazantes golpistas catalanes que anuncian reincidencia. Viene envuelto en el famoso celofán de la concordia. Celofán marca Chamberlain con el que se asfixian las democracias

cobardes cuando practican ciertas aberraciones. No contentos con desempolvar la quincalla de ‘rebajar la tensión’ a base de sal, con forzar la semántica postulando ‘la recuperación de espacios de sintonía’, esta vez los apaciguadores se superan al sacarse de la manga un discursito siniestro de violadores zalameros: «los indultos serán rápidos». La puntita nada más, venga, ni lo vais a notar.

La tríada del truco del almendruco sanchista con que les empalagará esta semana la unánime tropa es: «Indultos rápidos, limitados y reversibles». Se despacha como consta: la rapidez de una infamia no la atenúa; la reversibilidad contraría la naturaleza del indulto; la limitación es obligada al no contar la medida de gracia con el respaldo de la Justicia. Punto.

Hay otros enfoques, claro. Por ejemplo: ¿por qué humillar al que ya está condenado con una medida que rechaza? ¿O es el Gobierno el único que no se ha enterado de que los reos de sedición, malversación y demás no desean el indulto? Complázcanles al menos en esto, pobre gente. Un poco de respeto. Otras muchas consideraciones desaconsejan el indulto, pero hay una definitiva, en la que el temerario Sánchez, incomprensiblemente, no había reparado, y que ahora le asalta a él, a su Ejecutivo y a su partido: dada la postura beligerante de los condenados, que desmiente a priori cualquier atisbo de ‘reeducación y reinserción’, la arbitrariedad ocupa de forma obscena el espacio entero de la discrecionalidad. Ergo no son pocas las probabilidades de que los indultos sean anulados por el Supremo si son recurridos. Que lo serán. Es más, Vox no se contentará con eso, sino que posiblemente se querellará contra el Consejo de Ministros por prevaricación.

Ya sé, ya sé, las prevaricaciones prosperan poco porque su tipo objetivo viene diseñado para que la prueba resulte dificilísima. Pero no es esa la cuestión. Lo sustancial estaría en la anulación de la medida de gracia. Eso será suficiente para tener al Gobierno políticamente acorralado, terminal. Si encima la querella por prevaricación se admitiera a trámite, si se investigara al presunto Gobierno de España, ni te cuento.