Entrevista a José María Setién, de 79 años, con motivo da la publicación de su libro ‘Un obispo ante ETA’, en el que, reconoce, «he intentado ayudar a entender lo que dice el plan [de Ibarretxe] por encima de los presupuestos, que, antes de estudiarlo, se hacen por distintas motivaciones».
Pregunta. Se pasa toda la introducción de su libro Un obispo ante ETA justificándose. ¿Excusatio non petita…?
Respuesta. De non petita, nada. Me la ha pedido el mismo planteamiento del tema.
P. ¿Por qué se escaquea cuando le preguntan si es nacionalista?
R. Porque nadie tiene derecho a saber si lo soy o no, cuando declararse nacionalista tiene repercusiones en la aceptación que la persona pueda tener.
P. Siempre hace auténticas filigranas semántico-filosóficas para huir de la concreción.
R. No. Lo que creo es que la concreción es bastante complicada.
P. ¿Promete, al menos, no matarme a sofismas?
R. Yo no prometo nada. Seguiré el curso de la conversación que usted establezca.
P. ¿Si le llaman español le salen sarpullidos?
R. En absoluto. El concepto de español, como el de vasco, tiene una pluralidad de significados que a mí no me afectan para realizar mi labor como obispo.
P. Aunque jubilado, ¿es usted el Garzón o el Grande-Marlaska de la Conferencia Episcopal?
R. No, porque estos señores tienen unas competencias propias definidas que, quieran los demás o no, pueden ejercerlas. Yo, como obispo jubilado, no.
P. Su libro demuestra que está encantado de haberse conocido.
R. La redacción de este trabajo me ofrecía la oportunidad de una recuperación sistemática de lo que ha sido la motivación de mi vida. Y, solipsismos aparte, es bastante gozosa.
P. ¿Ibarretxe puede ponerle un piso por defender su plan?
R. Yo no necesito ningún piso de Ibarretxe. Lo que he intentado es ayudar a entender lo que dice el plan por encima de los presupuestos, que, antes de estudiarlo, se hacen por distintas motivaciones.
P. ¿Y a usted qué le parece?
R. No tengo por qué decirlo. Lo que sí puedo hacer es desmontar las interpretaciones del plan que no corresponden a la verdad.
P. Se escurre todo el tiempo.
R. Trato de responder a lo que yo creo que es la pregunta.
P. ¿Se considera mitad monje mitad soldado?
R. No. Me considero obispo.
P. ¿A quién ha aguantado más: al PP, al PSOE, al PNV, a Batasuna?
R. Es una respuesta fácil: a mí mismo.
P. Pues si se ha aguantado a sí mismo más que a ellos debe de ser usted pesadísimo.
R. No, porque eso puede significar que a los otros les he dado una importancia muy relativa.
P. ¿Quién es más pecador: Zapatero o Ibarretxe?
R. Ninguno de los dos. Veo su actuación desde la perspectiva de su aportación, lo cual es un factor positivo para la realización de la justicia y de la paz.
P. Imagínese en las fiestas de Hernani. ¿A quién sacaría a bailar?
R. Yo nunca he sacado a bailar a nadie.
P. ¿Usted es de mucho beatificar?
R. Yo soy más partidario de tratar de buscar lo positivo que veo en las personas y en las actuaciones.
P. ¿Comparte las barbaridades que dicen sus colegas Cañizares o García Gasco?
R. Bueno, yo no soy su juez. Lo que puedo decir es que las decisiones que ellos toman en algunas materias no las tomaría yo.
P. Me da la impresión de que no se moja ni en la ducha.
R. Yo creo que me mojo. Lo que pasa es que trato de no ahogarme.
P. ¿Contra qué mandamiento peca más?
R. No me atrevo a decirlo. Yo de lo que más me arrepiento es de no amar lo suficiente a quienes tengo que amar, a todo el mundo.
P. ¿Ve a Zapatero ir por la recta senda?
R. En unas cosas sí y en otras no. En el derecho matrimonial, no. Y en el derecho educativo, tampoco.
P. ¿Con qué se regocija, breviario aparte?
R. A mí me gusta rezar el breviario, pero eso no quiere decir que me regocije. Cuando las cosas van por el cauce que a mí me parece que tienen que ir, me quedo más satisfecho.
P. Dicen que es más frío que el hielo. ¿Cómo se calienta?
R. Lo dicen. Pero yo no funciono por lo que dicen.
P. O sea, que, con bypass o sin él, tiene su corazoncito.
R. Bueno, no es posible que no lata en alguien que lo tiene. Late un corazoncito y, por tanto, no hace falta calentarlo.
P. ¿La Real le tiene contento?
R. Ahora, no. A mí lo que me gustaría es que subiera este año. Y si no, el próximo. Porque la sociedad vasca, cuando la Real gana el domingo, va más a gusto a trabajar el lunes.
P. ¿ETA seguirá siendo el leitmotiv de sus escritos?
R. Eso depende de ETA, no de mí.
Perfil
Tiene 79 años, un bagaje más de intelectual que de mero pastor, y se considera «un servidor de la verdad». En la comida demuestra un discreto aprecio de la mesa y el vino tinto; en la entrevista se muestra desconfiado, más contenido que suelto de body. En tiempos jugaba al fútbol y subía al monte. Ahora se lo ha prohibido el médico, y se limita a pasear. Ve fútbol y pelota en la tele. Y dice: «La siesta es una cosa muy sabia».
EL PAÍS, 16/12/2007