EL MUNDO – 16/06/16 – VICTORIA PREGO
· Lo que está pasando en el PSOE es que una parte muy importante de los cuadros del partido, no la Ejecutiva, no quiere de ninguna manera sumar su destino al de Pablo Iglesias y prefiere que su formación pase a la oposición y allí se recomponga y se redefina antes que formar Gobierno de la mano de Podemos.
Éstos son sus cálculos: si se llega a producir el famoso sorpasso, temido como un nublado por todos los socialistas, no hay discrepancias en torno a tres puntos. Uno: que Sánchez saldría de inmediato, pero literalmente de inmediato, de la Secretaría General y el partido nombraría una gestora hasta el momento en que un Congreso eligiera a su sucesor. Dos: que en ningún caso el PSOE consentiría hacer presidente a Iglesias por mucho que éste les hubiera sobrepasado en escaños. Tres: que en ese caso, los socialistas pasarían a la oposición y permitirían gobernar al PP si éste lograra un acuerdo con Ciudadanos que sumara más escaños que el que pudiera conseguir el PSOE con los de Rivera quien, en esas circunstancias, se convertiría en imprescindible para la formación de Gobierno.
Esto es en esencia lo que quiso decir ayer Jordi Sevilla cuando afirmó que debe gobernar el partido que tenga más apoyos, aunque ese partido sea el PP. Una afirmación de la que no se desdijo en toda la jornada a pesar de que desde la dirección del PSOE se le frió a llamadas para que matizase a fondo lo dicho en un tuit. Esa opinión es ampliamente compartida por buena parte del partido. Pero no es lo que piensa y lo que quiere hacer Sánchez, lo cual significa que, si las cosas van mal el 26-J, se va a abrir una batalla muy dura en el seno de ese partido porque Sánchez no va a renunciar a intentarlo todo para alcanzar La Moncloa y en ese todo se incluye el ir de la mano con Iglesias. Sólo hay dos excepciones a su determinación. Si Podemos le pasa por delante, él tampoco estaría dispuesto a darle la Presidencia. Y tampoco intentará obtener el apoyo de los partidos independentistas.
¿Qué es lo que desearían los que no están dispuestos a que el PSOE pacte en ningún caso con Podemos porque lo consideran un error estratégico de primer orden y un suicidio del partido a medio plazo? Ganar, aunque sea por la mínima, a los de Podemos e intentar alcanzar la Presidencia del Gobierno cerrando un pacto con Ciudadanos. En ese caso se aplicaría la doctrina Sevilla: que pueda formar Gobierno la formación que consiga más apoyos parlamentarios.
Mariano Rajoy quiso introducir un matiz decisivo para él: que se permita gobernar al partido que obtenga más votos, no más escaños. Es decir, al PP, porque eso es lo único que Rajoy tiene seguro: que va a ser el partido más votado. Pero el planteamiento que se va a imponer no va a ser el de Rajoy, sino el de Sevilla. Así que si el sector, digamos ortodoxo, del PSOE logra ganar la batalla a la directiva de Ferraz, Ciudadanos va a ser el más solicitado de las jornadas postelectorales. Requerido y cortejado por socialistas y por populares, ni siquiera será determinante el que haya podido perder algún escaño. Lo único que importará será para quién inclinará Rivera la aguja que señala la puerta del poder.
Y Pablo Iglesias se quedará mirando. Pero todo esto sucederá si…
EL MUNDO – 16/06/16 – VICTORIA PREGO