Si fuera otro PSOE…

ABC 30/11/12
IÑAKI EZQUERRA

Para esa autocrítica, para ese viaje al centro de sus errores, no hacía falta alforjas.

« NO es bueno para España un PSOE débil…». Ésta es una de esas frases hechas con las que se queda bien y puede pasar por un buen analista el más consumado tonto de remate. Es uno de esos tópicos que se fingen sutiles y con los que algunos derechistas vergonzantes quieren hacerse perdonar su filiación política ante una izquierda sectaria que no perdona nada y menos la generosidad. Si el PSOE fuera un partido autocrítico, cabal, mínimamente serio, tendría sentido decir estas cosas. Pero si coge toda bandera antisistema que se le pone delante; si usa un día a la Kirchner y otro a Almunia para tirar piedras contra el tejado español; si, frente a la complicada situación catalana, no es capaz de reconocer la grave culpa que tiene en ella y desempolva un federalismo que no sabe ni lo que significa; si incluso su sector más sensato, pero tardo en hablar, lo hace para darnos leccioncillas democráticas sobre lo que se puede decir y no se puede decir, entonces es mejor que el PSOE se quede como está y que siga así muchos años. Para eso, de verdad que no hace falta un PSOE fuerte. Si fuera otro partido… Veo el famoso vídeo del arrepentimiento, ése en el que hablan unos «Militantes del PSOE, para que todo cambie». Y constato, con un estupor del que no me creía ya capaz, que no desean que cambie nada; que ellos no cambian y que de lo que se arrepienten es de no haberlo hecho peor. Veo que no piden perdón por la España que nos han dejado; por la sangría del gasto público; por prometer de manera suicida a los Ibarretxes y a los Mases que les iban a dar lo que no les podían dar; por la legalización de la ETA política; por nuestro desprestigio internacional; por la ideologización de nuestra vida pública y privada; por la cizaña que sembraron entre los españoles; por el zapaterismo… Veo que siguen en sus trece; que no han servido de nada todas las bofetadas electorales que se han pegado; que lo que sienten es que no estemos como Grecia; que no confiáramos en el Banco de España más de lo que confió Rato; que no tengamos diez Bankias y una eutanasia de lujo que realmente, de haber seguido gobernando ellos, nos habría hecho falta para aplicárnosla en masa. Veo que no tienen relevo ni en el discurso ni en las caras. Veo a un Tomás Gómez que es un Zapatero sin talante, a una Carmen Chacón que es un Zapatero con faldas y a un Rubalcaba que es a Zapatero lo que el doctor Frankenstein a su monstruo.

Para esa autocrítica, para ese viaje al centro de sus errores, no hacía falta alforjas. Para hacer esa oposición, es mejor que no levanten cabeza y, sinceramente, no seré yo quien lo sienta. ¿Cómo que no es bueno para España un PSOE débil? Si no es por esa debilidad, aún nos estarían gobernando. Si no es por esa debilidad, el problema que tenemos hoy en el País Vasco y en Cataluña sería el triple de gordo y aún estaríamos hablando de la masculinidad del PIB, de los miembros, las miembras y los huesos de García Lorca. Si el PSOE fuera otro… Pero no lo es.