Regina Otaola, LIBERTAD DIGITAL, 22/6/12
Si en nuestra Constitución, si en nuestra Democracia, cabe semejante desatino es que algo funciona rematadamente mal y deberíamos exigir su arreglo.
Ante el hecho consumado de una «legalización anunciada» me siento aun más traicionada, si cabe, como demócrata, como ciudadana española y como ex-cargo público del PP en el Pais Vasco. Al parecer el dejar (no sabemos por cuanto tiempo) de asesinar, extorsionar y chantajear sí tiene un precio que se está pagando desde hace un tiempo. Desde que Zapatero decidió que no solo la Nación es un concepto discutido y discutible sino también la Democracia.
Esta sentencia es el colofón de un sinsentido porque no puedo entender, se pongan como se pongan, que un TC, supremo interprete de la Constitución española, pueda afirmar con total impunidad que el partido de ETA-Batasuna cuenta con todas las bendiciones de la Ley suprema. Por favor, que me expliquen cómo una banda terrorista que sigue vivita y coleando, que sigue en posesión de su armamento, que no ha condenado, ni lo va a hacer, ninguno de los crímenes cometidos, puede contar con un partido, presentarse a las elecciones y acceder a las instituciones. Sortu es Batasuna. Es ETA.
El hecho de que no se hayan renovado a estas alturas los miembros del Tribunal llama la atención. Pero creo que mas llama la atención que sigamos fijándonos en si son progresistas o conservadores los que deberían haber ocupado sus puestos en el mismo. Lo importante para mí es que se pueda dar paso en un Estado de Derecho a una banda terrorista disfrazada de corderito pacifista. Si en nuestra Constitución, si en nuestra Democracia, cabe semejante desatino es que algo funciona rematadamente mal y deberíamos exigir su arreglo. Porque, si ahora es Sortu, ¿quién nos asegura que dentro de un tiempo no será la independencia? Puestos a hacer interpretaciones como las de ayer, los Sortu de turno seguirán en su lucha hasta conseguir el precio final.
A las víctimas se les sigue diciendo que son lo más importante, se les sigue organizando congresos, conferencias y demás actos de cara a la galería, pero silenciando y ninguneando sus concentraciones cuando dicen verdaderamente lo que piensan. La prueba es irrefutable: si ETA-Batasuna gana, sus víctimas pierden. Si las víctimas pierden, el Estado de Derecho pierde, España pierde.
Como siempre digo, yo no me rindo, estaré con ellas en todo momento y seguiremos adelante hasta conseguir que nuestra Nación Española sea ejemplo inequívoco de Libertad, Justicia y Memoria.
Regina Otaola, LIBERTAD DIGITAL, 22/6/12