Nuestro presidente es un hombre muy sobrevalorado, especialmente por él mismo, sin que se sepa muy bien qué le lleva a esa consideración. Él denunció la actitud de elegir entre creación de empleo y mejora de las condiciones laborales, entre la prosperidad de presente y la prosperidad de futuro: “se puede tener todo ello a la vez”. Lo suyo no empezó en la tesis. Fue mucho antes, en Teoría Económica de 1º, manual de Basil J. Moore, primera lección,: “La Economía es la ciencia que trata de la administración de bienes que son escasos y susceptibles de usos alternativos”. Pues claro que hay que optar, membrillo, pues claro que no se puede tener todo ello a la vez.
A Pedro Sánchez estas cosas le gustan sin sorpresas, de ahí que haga uso de todo el tiempo que le permite en reglamento, mientras el jefe de la oposición tiene que ajustarse a tiempos muy tasados. Lo explicó muy claro Ramón Tamames: “No podemos estar aquí hora y pico escuchando a una persona informándonos de cosas sobre las que nadie le ha preguntado”. Craso error, lo tengo dicho: es más soga para ahorcarse. El PSOE debería ofrecer al líder del PP la misma posibilidad temporal de meter la pata como las que emplea voluptuosamente el presidente del Gobierno.
El asunto es que los barones ahuyentan toda tentación de mantener debates electorales con sus oponentes del PP. Ximo Puig ha rechazado participar en tres de los cinco debates que se plantean en la Comunidad Valenciana. Los titulares autonómicos consideran que no les viene bien la sobreexposición de los debates, que cinco debates en quince días solo vendrían bien al candidato popular, Carlos Mazón, que es menos conocido que Ximo Puig, incluso que su hermano Francis. No solo los debates. Los socialistas rechazan también los careos con dirigentes del PP. Así ha ocurrido en Baleares, donde Francina Armengol ha rechazado enfrentarse en un careo con Margarita Prohens. Bueno, en rigor lo han rechazado sus socios del Gobierno balear; ella no ha dicho ni Formentera. En Aragón, el alcalde popular de Zaragoza, Jorge Azcón, ha retado al presidente Lambán. Tampoco el presidente castellano-manchego, Emiliano García Page, parece dispuesto a aceptar el debate a tres que le ha propuesto el popular Paco Núñez. No quieren debates, ni careos; tampoco interferencias. Feijóo señaló acertadamente que los barones han recibido con alborozo el viaje de Sánchez a Washington; así no les embarrará el comienzo de campaña. Sánchez no se da cuenta pero está amortizado. Políticamente es un cadáver nada más, como Raskayú. Feijóo tuvo que aguantar la etiqueta de neoliberal que le aplicó sin tasa Pedro Sánchez. Usted no sabe de qué habla, no conoce España, dijo el presidente del PP. Ni el Tirol.