Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
- La ministra de Hacienda celebra la reducción de la deuda pública, si bien la recaudación alcanza un record histórico por los impuestos a los nuevos precios de las cosas
El pasado viernes, cuando le hablaba de las pensiones, le decía que en este país vamos sin frenos y hemos llegado a una situación en la que se puede decir cualquier cosa y hacer cualquier cosa sin que pase nada, siempre que sea parte de la coalición de izquierda y de ultraizquierda que nos gobierna, claro. Por cierto, ¿hay que meter en ella al PNV? Si hablamos de programas no lo sé, pero si contabilizamos la cantidad de veces (¿alguien lleva la cuenta?) que le ha salvado la cara con su voto, no hay duda de ello.
Aquí, en este pobre comentario, no trato de discutir sobre la calidad de las previsiones realizadas por el Gobierno para sustentar el plan recién aprobado, dado que carezco de la preparación necesaria para hacerlo. Pero, ¿cuál es la razón por la que lo critica la AIReF dirigida por el propio ministro hasta hace bien poco o por el Banco de España, que es una institución independiente? Máxime, cuando el gran aval que utilizaba el ministro Escrivá hasta ahora, que era la aprobación de Bruselas se ha demostrado falsa, pues la Comisión no ha emitido aún su veredicto definitivo. El ministro se carcajea cuando presenta sus datos en una postura muy poco respetuosa, pero él sabe que no responderá de sus fallos, pues no estará en el sillón cuando se produzcan. Así, es barato equivocarse.
Pero ya hemos hablado mucho de pensiones y no es de lo único que podemos hablar. La ministra de Hacienda se ha congratulado y, ya de paso pavoneado, por la evolución del déficit público y de la deuda. En cuanto a la deuda es verdad que se ha reducido mucho, cuando lo comparamos con el tamaño del PIB, que crece, poco, pero crece. La cifra del 113,2% alcanzada en el cuarto trimestre está muy bien, viniendo de donde venimos. Sin embargo, pavonearse por tener un 4,81% de déficit carece de sentido. Esta cifra también es mejor que la previsión, pero es que la señor Montero olvida que la recaudación ha subido hasta los 255.463 millones de euros, todo un récord histórico, de los que más de 30.000 millones proceden de la aplicación de los impuestos a los nuevos precios de las cosas. Es decir, la reducción del déficit no es gracias al aumento de la riqueza global de los ciudadanos, todo lo contrario, es gracias a que el gobierno ha metido la mano en sus bolsillos de manera escandalosa a través de nuevos impuestos, de subidas de los anteriores y de la ausencia de deflactaciones para corregir los efectos de la inflación.¿Se puede estar orgullosos de tal cosa o mejor, se puede decir que es a causa de un mérito propio que no existe?
Subida menor
Hay más. Como se había anunciado, la inflación de marzo ha sido muy buena, pues ha bajado más de dos puntos la tasa interanual. ¿Quiere eso decir, como se dice, que los precios están bajando? Esto tampoco es necesario discutirlo, basta con ir al mercado y comprobar que no es así. ¿Cómo es posible que la inflación baje y los precios suban, todo a la vez? Pues porque el dato que manejamos es una comparativa con el año anterior. El IPC no es acumulativo. El dato que tenemos en marzo, del 3,3% nos dice que en marzo del 2022 estaban un 3,3% más bajos. Pero como ese mes registró una subida tremenda, como consecuencia del inicio de la invasión rusa de Ucrania, pues resulta que en marzo de 2023 han subido los precios menos que en el mismo mes del año anterior.
¿Hay que alegrarse? Pues sí, si le escucha a la ministra tendrá claro que es mejor que suceda eso que lo contrario, ¿Se puede pavonear por ello? Pues no. Por dos razones. Una es que, si visita los mercados verá que los precios siguen subiendo mes a mes con constancia franciscana y en marzo 23 son más altos que en febrero 23. Y la segunda es que todo ello se debe al descenso de los precios de la energía –otra gran noticia–, pero el resto no va nada bien y la inflación subyacente se sitúa ya en el 7,5% lo que, entre otras cosas malas, va a dificultar el alivio de los tipos de interés.
Le dejo, tiene suerte. Podría seguir así un rato, pero es que se me acaba el espacio…