Teodoro León Gross-ABC
- Ellos harán lo que sea… una vez que reciban las instrucciones
Haciendo honor a su aguerrida trayectoria de lucha por los derechos de los trabajadores y de toda la ciudadanía, los sindicatos se plantaron tras el fiasco del Gobierno con su decreto ómnibus. Y anunciaron movilizaciones… contra la oposición. Están firmemente decididos a que la oposición deje de oponerse. ¡Hasta aquí podíamos llegar! De hecho, en algunos sitios, tal vez en todos, las protestas estaban convocadas frente a las sedes del PP. Con eso dejaban bien claro, para evitar malentendidos, que no peleaban por sacar adelante la revalorización de las pensiones o las ayudas al transporte, que también apoya el PP, sino para exigir que nadie impida con su voto que el Gobierno tenga éxito. Por fin se le planta cara a los malditos fascistas que van por libre creyendo que pueden votar contra el Gobierno.
Que no haya reproches. Por supuesto, los sindicatos trabajan duro por los trabajadores. Claro que sí. Concretamente por los trabajadores eventuales de Moncloa. Para defender sus puestos de trabajo con uñas y dientes. Y ahí están una vez más, en primera línea para defender al poder de quienes se atreven a disputárselo.
Los sindicatos definitivamente ejercen de sindicarios al servicio del Gobierno. Pero no hay nada que objetarles. En los presupuestos del Estado que el Gobierno ha hurtado al Poder Legislativo –honestamente, puesto que Sánchez ya había anunciado su disposición a gobernar sin éste– el sanchismo les duplica las subvenciones. Eso sólo este año. Y es de bien nacidos ser agradecidos. ¡Cómo no van a defender al Gobierno que les ha cuadruplicado las subvenciones desde la llegada a la Moncloa! En su primer año estaban en 8 millones, que se habían convertido en 17 para 2024, y este año otra vez duplicados hasta 32. Tiene sentido.
Y todavía está por ver que desconvoquen las movilizaciones. Ya sería raro, aun cuando se haya recuperado el decreto siquiera troceado, porque a los fascistas siempre es conveniente darles una lección. Y ya aclaró ayer Sánchez que la derecha actúa como actúa no sólo por sus convicciones sino además por joder. Pero tal vez los sindicarios no quieran derrochar esta bala y se la reserven. Ya los llamarán desde Moncloa para informarles de lo que se espera de ellos. Y ellos harán lo que sea… una vez que reciban las instrucciones. Son aguerridos por naturaleza y han vuelto a demostrar ese carácter corajudo no cayendo en la tentación de pedir cuentas al Gobierno –¡eso hubiera sido lo fácil!– traicionando a los suyos, que en definitiva son los beneficiarios de los 32 millones. Así, con grandeza de espíritu y de cuenta corriente, han sabido plantar cara y pedir cuentas a la oposición. Ya no les basta con estar alineados al cien por cien con lo que vote la izquierda, sino que exigen que también haga lo mismo la derecha. Sin disidencias.
A algunos esto les podrá parecer un planteamiento incoherente. Pero están equivocados. Es perfectamente coherente con su trayectoria.