SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 05/10/16
· La medida exacta de la avería que tiene dentro el PSOE es que Sleepy Hollow ha culminado su leyenda. El jinete no tendrá cabeza, pero lleva un hacha en la mano y extiende el pánico allá por donde pasa. Y a veces sin pasar, como ayer en el Congreso. A ver quién se atreve a pedir la abstención en la investidura de Rajoy con este ambiente. Ha cambiado el escaño de jefe de la oposición por uno de la cuarta fila, como el que le asignaban al padre de Woody Allen en la sinagoga, en las filas de atrás, «lejos de Dios, lejos de donde pasan las cosas».
Nadie sabe ya a qué vino este remake de La matanza de Texas que se representó en Ferraz 70 el sábado. Había muchas razones para destituir a Sánchez. Un partido serio le habría ajustado las cuentas en el momento en que, con el descalabro de Rajoy (63 escaños en una legislatura), él, incapaz de ganar uno, perdió 20 sobre los peores resultados que habían obtenido el 20-N de 2011, cuando Zapatero puso al leal Rubalcaba para recibir un castigo que se había ganado él a pulso.
Se pasaron con el gore. Los sanchistas defendían, aunque fuese de boquilla, el rechazo a las terceras elecciones y la línea roja de los barones para no pactar con los independentistas. Tenía que ser una cosa u otra, porque el Gobierno de cambio con Podemos y C’s no era posible. Y al parecer, la mayoría de los vencedores del sábado defienden lo mismo: no es no y un rechazo a las terceras que resultan inevitables si el PSOE persiste en el bloqueo.
El presidente de la Gestora, que parece hombre sensato, ha recalcado algunas obviedades, necesarias para una tropa tan ignara: que abstenerse no es apoyar, que su partido se está podemizando, que corre el riesgo de un enfrentamiento a todos los niveles y que hay algo peor que un Gobierno en minoría de Rajoy: un Gobierno en mayoría. No se ha atrevido a propugnar abiertamente la abstención, aunque es la postura que se vislumbra en sus expresiones. Recuerdo haber escrito después del 20-D que si Sánchez tuviera cabeza, hipótesis heroica, permitiría la investidura de Rajoy, para decirle después: «Ahora vas a aprobar en el Congreso lo que yo te diga».
La falta de cabeza del ex ha arruinado lo que pudo ser una estrategia. Pepe Blanco, digno antecedente de Luena, ha pedido «una abstención técnica». En el caso de que sepa lo que es, Blanco propone lo que debieron escenificar el sábado: que lo de Sánchez y la investidura parezcan sendos accidentes, urgencias de la próstata, llevar a los niños al cole y excusas varias. Ahora es más difícil, aunque la mayor parte del Grupo esté por la abstención. Las encuestas sitúan al PSOE a más de 90 escaños del PP, una perspectiva que coloca ante Rajoy muy favorables expectativas. Se trata de quién tiene más motivos para rehuir las elecciones. Partidistas, por supuesto, nadie podría decir interés general sin que le dé la risa. Y después de todo, las terceras no son la peor de las posibilidades. Con todo respeto a la militancia, es mejor que el bloqueo lo resuelvan los votantes.
SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 05/10/16