Hace unas semanas, en esta misma publicación (véase “Sobre la métrica del gasto en Defensa”) defendía que, aunque la métrica de la OTAN, en la que España ocupa el último lugar, junto a Luxemburgo, en el ranking del gasto en Defensa sobre PIB, hay otras métricas, como la de Eurostat, en las que España no sale tan mal parada.
Y que, incluso con la métrica de la OTAN, corrigiendo por otros factores, como la renta per cápita, nuestro desfase no es tan acusado como el que señala la ordenación simple, basada en el PIB. En estas semanas el Gobierno de España ha aprobado el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa 2025, que se debatirá este miércoles en el Congreso de los Diputados.
El Plan español encaja en la estrategia europea presentada el pasado 19 de marzo en el “Libro Blanco sobre la defensa europea y el plan ReArmar Europa/Preparación 2030”, cuyos detalles tendrán que ser aprobados por un futuro Consejo Europeo. Desde un punto de vista de la “métrica”, el Plan busca alcanzar para este mismo año el objetivo del 2% del PIB comprometido ante la Unión Europea y la OTAN, para lo que constará de una inversión de 10.471 millones de euros.
Pero, además del objetivo agregado, el Plan avanza en una composición del gasto que, para entenderla y valorarla, conviene que la situemos en el contexto de lo que está ocurriendo en la OTAN hasta la fecha. Utilizando, como en el artículo anterior, los datos provisionales de la Alianza Atlántica para 2024, el primer desglose sectorial que se presenta es el del personal militar. No el gasto, sino el número de efectivos. El resultado lo recojo en la Tabla 1 a continuación.
Tabla 1. Lista alfabética de los países de la OTAN en función de su personal militar (en miles)

Lista alfabética de los países de la OTAN en función de su personal militar
El conjunto de los 31 países de la OTAN reunía en 2024 casi 3,5 millones de efectivos militares, de los cuales 1,3 millones corresponden a EEUU y 77.000 a Canadá. De los otros más de 2 millones, medio millón corresponden a Turquía, y el resto se lo dividen los países europeos y, dentro de ellos, 117.000 corresponden a España, que sería el sexto país europeo en términos absolutos, por detrás de Polonia y Francia, que son los únicos que superan los 200.000, y de Alemania, Reino Unido e Italia, que se sitúan en el rango 138-185.000.
Aunque el número de efectivos en términos absolutos es interesante, lo relevante para entender el esfuerzo relativo de cada país se consigue dividiendo esa cifra por su respectiva población. Los datos de población no los facilita la OTAN, pero se pueden obtener de forma implícita de dos vías, que dan el mismo resultado: a través de los datos de PIB y PIB per cápita y a través de los Gastos en Defensa y Defensa per cápita.
Una vez conseguidos los datos de población podemos hacer el ranking de efectivos militares por 1.000 personas de cada país, que es lo que presento en la Tabla 2.
Tabla 2. Ranking de efectivos militares por cada 1.000 habitantes en la OTAN en 2024

Ranking de efectivos militares por cada 1.000 habitantes en la OTAN en 2024
En la OTAN europea junto con Canadá, encontramos a 3,3 militares por cada 1.000 habitantes, mientras que en EE. UU. la cifra sube hasta casi 4. En el caso español apenas se llega a los 2,4 militares por cada 1.000 habitantes, una cifra por debajo de la media, pero superior a la de Países Bajos, Alemania, Reino Unido, Bélgica o Canadá. Alcanzar la media de la OTAN excluyendo EE. UU. requeriría aumentar el número de personal militar en España un 38%. Es decir, alcanzar los 160.000 efectivos, 43.000 más de los actuales. El Plan español habla inicialmente de 2.400 nuevos efectivos, por lo que tiene un importante recorrido al alza en los próximos años.
El Gasto en Defensa según la OTAN
Más allá del número de efectivo militares, cuyo gasto dependerá también de la remuneración media por empleado, la Alianza Atlántica divide el porcentaje de gasto total de los diferentes países en 4 categorías:
– Equipamiento: incluye la compra pública y la construcción de equipo armamentístico (misiles, sistemas de misiles, armas nucleares, artillería, aeronaves, vehículos terrestres de combate, buques, equipos de ingeniería, armas de menor tamaño, vehículos de transporte, equipo de comunicaciones y electrónica), además de la inversión en I+D dedicada a este equipamiento
– Personal: incluye tanto la remuneración y subsidios del personal militar, como las pensiones al personal retirado y las contribuciones a planes de pensiones del personal activo, así como la remuneración del personal civil contratado por los ejércitos, sus pensiones y las contribuciones a sus planes de pensiones del personal en activo
– Infraestructuras: incluye la nueva construcción, tanto nacional como la común a la OTAN, costes del suelo, pagos a otros países, así como las misiones en el exterior, etc.
– Otros: incluye gastos en operaciones, como armamento y explosivos (excluyendo nuclear), productos energéticos, repuestos y otros suministros, así como todo el mantenimiento, los alquileres y la Inversión en I+D no dedicada al equipamiento.
¿Cómo se concreta esta composición del gasto entre los diferentes países? En la Tabla 3 presento el desglose que publica la OTAN para el año 2024 (con datos provisionales). Añado, para que sirva de referencia, un promedio simple de los países europeos, y uno ponderado por el peso de EE. UU. en el total (que estimo en un 33%).
De la Tabla 3, llama la atención la disparidad en la composición del gasto en Defensa de los diferentes países. Por ejemplo, el gasto en capítulo 1 (Equipamiento), que algunos considerarían el más representativo del gasto en defensa, representa un 51% para Polonia, pero sólo un 15% para Bélgica. En el caso español, el porcentaje dedicado a este capítulo es del 30%, en línea con el de EE.UU. y con la media de la OTAN europea (Alemania o Francia).
En el capítulo de personal, civil y militar, también hay una fuerte heterogeneidad, desde el 16% del total dedicado por Suecia al casi 60% de Italia, Portugal o Grecia. España, aunque tiene un porcentaje elevado, 44%, tiene todavía recorrido al alza, pues, como vimos antes, su porcentaje de efectivos militares es bajo en relación a otros países.
En lo que se refiere al capítulo 3, Infraestructuras, se trata del epígrafe al que dedican menos porcentaje de gasto todos los países, aunque también hay variabilidad, desde el 0,3% de Finlandia o Grecia al 11,3% de Lituania. España se sitúa en el 2,7%, por debajo de los grandes países europeos (Alemania, Francia, Italia, Reino Unido), pero por encima de EE.UU.
Tabla 3. Distribución del gasto en Defensa de 2024 por categorías (% del gasto total)

Distribución del gasto en Defensa de 2024 por categorías (% del gasto total)
Finalmente, en el apartado de “otros”, es donde se recoge la máxima diversidad por países, desde el 8% de Grecia al 50% de Suecia o el 43% de EE. UU. España alcanza un 23%, muy por debajo no sólo de EE. UU. sino también de algunos grandes países europeos, como Alemania o Francia.
Para complementar al lector interesado la lectura de la Tabla 3, en las Tablas 4.1, 4.2, 4.3 y 4.4 presento la ordenación de los países para cada uno de los componentes del gasto por separado.
España ocupa un lugar relativamente alto en % de gasto de personal (pese a que tiene un recorrido al alza pendiente) y relativamente bajo en infraestructuras. En equipamientos y otros está algo por debajo de la media.
Tabla 4.1. Ranking de países OTAN según el porcentaje dedicado en 2024 a “equipamientos”

Ranking de países OTAN según el porcentaje dedicado en 2024 a “equipamientos”
Tabla 4.2. Ranking de países OTAN según el porcentaje dedicado en 2024 a “personal”

Ranking de países OTAN según el porcentaje dedicado en 2024 a “personal”
Tabla 4.3. Ranking de países OTAN según el porcentaje dedicado en 2024 a “infraestructuras”

Ranking de países OTAN según el porcentaje dedicado en 2024 a “infraestructuras”
Tabla 4.4. Ranking de países OTAN según el porcentaje dedicado en 2024 a “otros”

Ranking de países OTAN según el porcentaje dedicado en 2024 a “otros”
El Plan español
El plan aprobado por el gobierno español y que se debatirá este miércoles en el Parlamento (aunque no requiere formalmente de su aprobación) lleva a cabo un importante aumento de la inversión en Seguridad y Defensa, de 10.471 millones de euros. La idea, que supongo que será la misma para todos los países, es que la mayor parte de este esfuerzo inversor y comprador se quede en España o, en su defecto, en países europeos (buscando reciprocidades) y que produzca retornos en la industria nacional o en proyectos europeos participados por España.
Pero, de cara a los compromisos internacionales, debe pretender el refuerzo de los cuatro pilares que señala la OTAN. El Plan del Gobierno español se divide en 5 partidas que no tienen una correspondencia directa con esa clasificación de la Alianza, pero sobre las que se puede hacer una correlación, aunque sea parcial entre ambas. Un 35% del Plan español se dedica al aumento y a la mejora de las condiciones laborales, a la preparación y el equipamiento de nuestras Fuerzas Armadas.
Ello corresponde claramente a los capítulos 2 y 1 de la clasificación de la OTAN, respectivamente. Un 31% se dedica al desarrollo y adquisición de nuevas tecnologías de comunicación y ciberseguridad. Esta partida, que es fundamental para el desarrollo de nuestra industria local, tiene un encaje más difícil en la clasificación de la OTAN, pero debe ser defendida por España porque, en la era de los ciberataques, el concepto de Seguridad es mucho más amplio que el de Defensa tradicional.
La fabricación o compra de nuevos instrumentos de defensa y disuasión, a las que el Plan español dedica el 19% del total de gasto, encaja en los capítulos 1 y 4 (de Equipamiento y de Otros). El refuerzo de nuestras FF.AA. para la gestión de emergencias y desastres (un 17% del total) en el capítulo 2 y quizás en el 3, de infraestructuras. Y la mejora de las condiciones de seguridad de las misiones de paz que actualmente España realiza en el exterior, y que se lleva un 3% del presupuesto del Plan es claramente capítulo 3.
Por tanto, sin entrar en el detalle de todas las partidas del Plan español, parece que no sólo busca cumplir con el objetivo del 2% “de cualquier manera”, sino que busca reforzar todos los pilares señalados por la OTAN, y diseñar una estrategia de largo plazo que favorezca el desarrollo de la industria local.
Ojalá podamos asistir a un debate constructivo el miércoles.