Bieito Rubido-El Debate
  • Todavía queda la esperanza de que algún socialista se oponga al desmantelamiento de España que está llevando a cabo Sánchez

José Luis Ábalos, el otrora mano de derecha de Sánchez en el PSOE y en el Gobierno, ha dicho que a partir de ahora va a votar en conciencia. Reconozco mi sorpresa y me asalta una pregunta: entonces hasta ahora ¿cómo votaba? Inevitablemente, extiendo la duda a todo el arco parlamentario, pero muy especialmente a los diputados del PSOE y, en concreto, mi interés se centra más en los parlamentarios socialistas de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha. ¿No votáis en conciencia en el Congreso? ¿Nos queda, entonces, la esperanza de que algún día tengáis el valor y el arrojo de votar en conciencia?

La conciencia, amigos socialistas, es la clave de bóveda del edificio moral de una persona, nos interpela a nosotros mismos, cuestiona nuestra honradez, pero no ante los demás, sino en la intimidad emocional de cada uno. Cuando algún día, si es que llega, Sánchez os proponga validar el secuestro de la solidaridad interterritorial para favorecer a los catalanes, deberéis cuestionar vuestra moralidad política e interpelar a la conciencia, que es el mejor referente moral que os acompaña, y pensad en vuestros votantes de Úbeda, Alcázar de San Juan, Consuegra, Plasencia… y en vuestra familia, y en vuestros hijos. Pensad si queréis pasar a la historia como los que consagrasteis la mayor diferencia entre territorios, entre pueblos de España. Así pasaréis a la Historia, esa que tanto obsesiona a vuestro líder, el que sacrificó en el altar de sus ambiciones el aliento ideológico de vuestro partido.

¡Votad en conciencia, socialistas! Lo acaba de decir José Luis Ábalos. De alguna manera ha venido a reconocer que hasta ahora se votaba por otras razones. Por una disciplina mal entendida, por un salario que alguno no tendría en la vida normal, por incultura, por falta de principios, por un pragmatismo estéril, por seguir chupando, por falta de valor, o por carecer de alma y personalidad política. No son cambios de opinión, son mentiras.

La sabiduría emocional e íntima, que se adquiere a lo largo de la vida y que nada tiene que ver con los conocimientos, es la que os puede volver a interpelar y, seguramente, en vuestros insomnios, será esa razón íntima la que declare contra vosotros. Todavía queda la esperanza de que algún socialista se oponga al desmantelamiento de España que está llevando a cabo Sánchez. No porque tuviese un plan, sino por justamente lo contrario: no hay hoja de ruta, salvo mantenerse en el poder. Por esa pobre coyuntura, tú, socialista manchego o andaluz, vas a dejar tu conciencia aparcada en el desván de la moral. Pues ¿sabes que te digo? con razón tus hijos te dirán en el futuro que fuiste un cobarde.