El PSE y el PP alcanzaron ayer un acuerdo para apoyarse mutuamente allí donde les resulte necesario. De ese modo queda descartado cualquier apoyo por separado de uno de ellos al PNV, salvo que este partido reconsidere su posición antes del sábado, día de la constitución de los nuevos Ayuntamientos.
Respecto de las Diputaciones, los socialistas no presentarán candidato en Álava, donde ganó su socio preferente, y el PP tampoco lo hará en Guipúzcoa. Ambas formaciones han llegado así a un acuerdo que no buscaban ni deseaban especialmente, empujados por su percepción de que en el flanco nacionalista y abertzale «empieza a oler a Lizarra», según aseguró ayer el portavoz socialista en el Parlamento, José Antonio Pastor, en alusión al acuerdo que el PNV y Herri Batasuna encabezaron en 1998.
El efecto más inmediato es que los peneuvistas saben ahora fehacientemente que las advertencias que han recibido no iban de farol: se tendrán que enfrentar a Bildu, principalmente en Guipúzcoa, con sus exclusivos votos. El PNV perderá mucho de su poder municipal, particularmente en esta provincia, y la Diputación guipuzcoana.
Socialistas y populares sellaron ayer el acuerdo en una reunión de sendas delegaciones en la Cámara vasca y ratificaron el ofrecimiento al PNV, que ambos habían realizado por separado tras los comicios, de sumar fuerzas y respetar la lista más votada de las tres formaciones. Así, los populares dejan más que claro a los nacionalistas que en ningún Ayuntamiento maniobrarán en perjuicio de su socio, pese a los ofrecimientos del PNV.
Incluso en los peores tiempos, los Ayuntamientos han resultado un importante bastión de la implantación social del PSE, que en ese terreno ha llegado a medirse de tú a tú con los peneuvistas.
Entre los consistorios donde el acuerdo de ayer surtirá efecto figuran los de Irún, Zumárraga, Eibar y Lasarte, en Guipúzcoa, así como Barakaldo, Portugalete, Ermua y Trapagaran en Vizcaya e Iruña de Oca en Álava. En lo que concierne a intereses de los populares, el PSE renuncia a presentar candidato en Vitoria y apoyará al popular Javier Maroto. Ese apoyo alcanzará también a los consistorios de Oyón, donde venció el PP, y Ribera Baja, en que ganaron los socialistas.
El nivel de la colaboración posterior, sobre el que no existe un acuerdo general, puede ir de la participación en los gobiernos municipales hasta el mero respaldo en las votaciones de los plenos.
Tanto Pastor como el presidente del PP, Antonio Basagoiti, hicieron un nuevo llamamiento público a la formación que encabeza Iñigo Urkullu para que reconsidere su posición en aras a la gobernabilidad, la estabilidad y la continuidad de proyectos estratégicos. Pastor insistió en la existencia de un pacto «clandestino» entre el PNV y Bildu con la vista puesta en las elecciones autonómicas de 2013, y Basagoiti instó al PNV a retirarse del «frente con Bildu». «Que no apoyen ni se dejen apoyar [por quien] no dice ni Pamplona de los casi 900 asesinatos de ETA», recalcó en Vitoria.
Basagoiti liberó al PSE de toda culpa de que Bildu llegue a gobernar en Guipúzcoa: «Será responsabilidad exclusiva del PNV», sentenció. El líder popualr dejó ver que su formación sí puede terminar apoyando finalmente al PNV en Elorrio, donde la alcaldía, en juego entre ese partido y Bildu, depende del único concejal del PP.
EL PAÍS, 9/6/2011