Del Blog de Santiago González
Todo lo que en España es motivo de confusión presenta en Euskadi un aspecto más complejo. El Gobierno autónomo ejerce en medio de un lío considerable de acorde y desacuerdos. Pactó los presupuestos con Podemos y gobierna en coalición con los socialistas vascos. Los podemitas que pactaron las cuentas con Urkullu ya no tienen mando en plaza desde que Lander Martínez entregó la cuchara después de que su candidata, Rosa Martínez, fuera vencida en las primarias hacia la Lehendakaritza por la candidata de Pablo Iglesias, Miren Gorrotxategi.
La senadora Gorrotxategi tiene al parecer un carácter no tan pastueño como el de su antecesor para relacionarse con el partido-guía y con el lehendakari. Ayer reprochó al lehendakari las críticas que hizo contra Pedro Sánchez después de la reunión (por videollamada, claro) que mantuvo con los autonómicos el domingo pasado, críticas que Idoia Mendia calificó de “trazo grueso”. También Miren Gorrotxategi arremetió contra Iñigo Urkullu, a quien reprochó ayer falta de lealtad con el Gobierno de España y las amenazas y el “tono mafiosillo” de sus declaraciones en apoyo de la patronal.
Idoia y Miren son el mismo tiempo socias y adversarias. Ambas defienden al Gobierno de coalición que encabezan sus jefes en Madrid y critican al PNV, que según Gorrotxategi se alineó junto a la derecha y la ultraderecha para amenazar “de una manera bastante fuerte” al Gobierno de Sánchez e Iglesias con retirarle su apoyo y dejarlo en minoría. También Mendia se refería a los mismos oponentes. “Qué sería de nosotros con un Gobierno de derechas y ultraderecha”, se preguntaba esta buena mujer sin que acertara a precisar a qué colectivo englobaba ese ‘nosotros’.
Si se refiere al sanchismo del que ella forma parte en su conjunto, tiene razón para la zozobra. Si alude a un conjunto más amplio de ciudadanos, es una especulación más bien tonta. No es imaginable un Gobierno tan infame e incompetente como el que urdió Pedro Sánchez en estrecha complicidad con Pablo Iglesias. Ellos impulsaron la manifestación del 8-M que propagó el contagio y que ha conseguido para España el dudoso honor de ser el primer país del mundo en número de muertos por millón de habitantes. También es el uno de los países que va a alcanzar una tasa más elevada de recesión, el 8% de caída del PIB, frente al 3% de retroceso de la economía mundial según las previsiones del FMI.
Podemos y el PSE son adversarios ma non troppo en Euskadi, hermanados por la causa común que encabezan Pedro y Pablo. En esta ligazón intervenía ayer un nuevo candidato: el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, que explicaba su voluntad de llegar a acuerdos con el Gobierno de Sánchez para abordar la pandemia, aunque en su opinión, “antes tendría que aclarar lo que quiere hacer”, dijo en una entrevista de ETB, en la que reprochó a Urkullu lo mismo que este afeaba a Sánchez, “que tome decisiones sin hablar con nadie”.
En realidad, todos se pelean por volver a repetir con Urkullu la cena de Nochebuena de 2018 que asqueó a José María Múgica y lo llevó a devolver el carné de socialista. El único comensal indiscutible es el PNV. También ahora, cuando han pasado 70 días desde el 6 de febrero en que Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán quedaron enterrados en el vertedero se Zaldibar y nadie parece interesado en dar con sus cadáveres.