- martes, 29 julio 2025
Quién me iba a decir que tenían razón al acusarla de mentir currículum dos tipos tan desasistidos y tan mentirosos a ese respecto como Patxi López y Oscar Puente. Patxi López se indignó virtuosamente al tener noticia de su superchería académica: “Lo de Noelia Núñez mintiendo en su currículum no es un error; es un síntoma. Porque en el PP la mentira no es una excepción es un método”, no como en el caso de Pedro, que cuando miente es una excepción excepcional.
El currículum del propio Patxi blasona: “estudió ingeniería industrial”, donde en realidad debió decir: se matriculó en Peritos, aunque no llegó a superar el primer curso. En realidad no debió superar el bachillerato. Recuerden aquella entrevista en la que le preguntaban: “¿Usted conoce el principio de Arquímedes?”y respondía: “Pues depende de cuál de ellos…” No hay que tomárselo en cuenta. Seguramente le habían dicho que Arquímedes era un fulano cabal, un hombre de muchos principios.
A él se le había adelantado en la detección de su mentira curricular Oscar Puente, otro que tal. El portentoso ministro de Transportes destapó su fraude al tiempo que defendía el ‘master’ que había cursado en el centro de estudios Jaime Vera. ¿Una fundación sociata impartiendo másteres? Parece raro, pero lo es más aún cuando el master se cursó entre los años 1991 y 1992, antes de que el masterando se licenciara, que lo hizo en 1993. Hay otro dato: ¿Saben quién dirigía la Jaime Vera? José Félix Tezanos, no digo más.
Supongo que recuerdan a Elena Valenciano que hizo colgar en la web del Parlamento Europeo una doble licenciatura en Derecho y en Ciencias Políticas de las que carecía. Bueno, pues con tan magra titulación es miembro del Consejo de Estado.
David Gistau dedicaba una columna a este portento con una cita amable en el primer párrafo: «A la mesa del columnista a veces llega un material tan perfecto como un enorme atún rojo ofrecido a los cuchillos de un cocinero de sushi (un sushiman). Cómo disfruta mi amigo Santiago González cuando esto ocurre, cómo le piden los dedos teclado. La entrevista concedida a la Ser por Elena Valenciano contiene tantos hitos geniales que ningún artículo que pueda derivarse de ella superará nunca el impacto cómico de las declaraciones expuestas en bruto, sin destilación.»
¿Comprende, Noelia? Me parece usted una chica Almodóvar tal como cantaba Joaquín Sabina: “un poco lista, un poquitín boba”… ¿no entiende que esa hinchazón curricular solo pueden permitírsela los socialistas? Es usted muy mona, pero perdóneme, no me parece muy lista. Si usted fuera del PSOE podría haber plagiado una tesis, o encargar la faena a terceros y presumir ante el mundo de que en Alemania los plagiarios tienen que renunciar a su cartera ministerial. Podría dar lecciones como Patxi y Oscar Puente, decir que es licenciada en Derecho, como Yolanda Díaz, aunque la Universidad de Santiago dice que solo es graduada social o escribir que es licenciada en Ciencias Políticas y en Derecho como Elena Valenciano. Podría haberse falsificado el título como el comisionado de Sánchez para la Dana, José Mª Ángel Batalla, que se hizo el apaño en los primeros 80, años antes de que sus padres, admirable Noelia, la tuviesen en proyecto.
Pilar Bernabé alegó dos carreras sin terminar ninguna: Filología Hispánica y Comunicación Audiovisual; José Manuel Franco, presunto licenciado en Matemáticas que no fue, la presidenta Cristina Narbona y la difunta Carme Chacón, doctoras ambas que no llegaron. El único caso que he encontrado parecido al suyo, Noelia, es el de Carmen Montón, que también debía de ser un poquitín boba, porque es el único caso de una socialista que dimite por haber plagiado el 58% de su trabajo Fin de Master. Algo menos boba, porque Pedro Sánchez, es un tipo que nunca abandona a sus plagiarios ni a sus títulos falsos, y la nombró embajadora observadora permanente de España ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
No me parecen adecuados sus afanes de virtud, con los que simpatiza su partido: la han pillado haciendo trampa y lo paga, no hay más. Puede alegar que más mienten sus currículos los socialistas, aquí delante van algunas pruebas, pero no debería enredarse con el “y tú más”. Algunos partíamos de esa base, de que lo más corrupto del ruedo ibérico son los socialistas, pero eso no es motivo de alivio, ni siquiera con la dimisión.
Puestos a buscar algún motivo de consuelo cabe pensar que todos ustedes deben de tener un gran concepto de la educación reglada y los estudios universitarios para impostarlos cuando no los tienen. Precisamente porque no los tienen, diría yo. Pasar por la Universidad da una idea bien fundamentada de que algunos catedráticos son perfectos imbéciles. Solo la tetraimputada Bego parece creer lo contrario para aspirar a una cátedra sea como sea, desde un bachiller mal acabado. ¿Qué decir de un doctorado o de una simple licenciatura? Probablemente el tipo más cabal de los gobiernos socialistas que yo haya conocido es José Luis Corcuera, que no tenía estudios universitarios; era electricista, como papá (quiero decir el mío). Pero nunca se le ocurrió decir que era ingeniero o que tenía estudios de ingeniería. No mintió, querida Noelia.