Eduardo Uriarte-Editores
Disculpen por mi cambio de tono:
¡Más madera!, es la guerra… Quién, si no, iba a pensar ocultar el humo provocado por la denuncia de los sediciosos quemando el monte. Así has dejado la seguridad del Estado en el más profundo de los desprestigios, a un mes de la Conferencia de la OTAN en España, todo por intentar apaciguar la campaña nacionalista de la peor manera posible. Lo conseguido ha sido un pan como unas hostias, desconociendo, lo que todo político con experiencia sabe, desde Napoleón a Hitler, Putin, y acabando en ETA, que sólo hay una manera de apaciguar al nacionalismo y, por supuesto, no destruyendo las instituciones de tu propio Estado: banqueta y látigo, que diría Onaindia. . “¿Y?”, bastante poco se les espió, como bien dijo doña Macarena.
¡Cuán pobre y mísero de mí!, ¿quién más escuchado que el Gobierno al que acusáis camaradas del Frankenstein? ¿No sois sensibles a mi victimismo? Pues no, ni por esas. Te van a dar la batalla final del procés con la excusa de las escuchas, cuando tu Gobierno está más débil que nunca y has dejado al Estado hecho unos zorros. Antes de que la derecha llegue al poder lanzarán su ataque final aún pasando por encima de tu cadáver.
No esperes conmiseración de tus socios, te han apoyado para hacer contigo una España más débil y vulnerable. Ni tregua, este es el momento, pues amenaza el PP con llegar al Gobierno. Comportamiento previsible desde el mismo momento que decidiste liderar la alianza Frankenstein. Lo escribí a los pocos días de que te la sacaras de la chistera, Cataluña iba a sr el talón de Aquiles de lo que pomposamente los tuyos llamaban Gobierno de progreso.
Además, tu colaboras echando más leña. De nada te va a servir purgar al CNI después de que tu colega Marlaska purgarse a la Guardia Civil. Nunca has entendido lo que es un Estado democrático, pues eres el rey del Falcon, del decreto ley y de la inconstitucionalidad -en plena comunión histórica con tu antecesor Fernando VII- y pactaste con los que te avisaron que les importaba un comino la gobernabilidad. Ten tu calvario. El problema es que el calvario es para toda la ciudanía. Tu harás mutis por el foro y acabarás como ZP en algún organismo del bolivarianismo antiespañol.
Sólo te faltó entrar al Gobierno con trompetería como lo hiciera Groucho Marx, pero llegaste de Europa con ovación y vuelta al ruedo anunciando unos fondos frente a la crisis provocada por la pandemia que no acaban de llegar por la manifiesta incapacidad de proponer los proyectos. Quemamos el bosque para intentar apaciguar a los sediciosos y escapar del apoyo del PP -te echan una mano por razón de Estado y los insultas-, y te vas a marchar llevándonos mal con todos, debido a tus volantazos caprichosos según el momento, demostrando que nunca tuviste un mínimo programa. Te sobra con tu odio a la derecha.
Nos llevamos mal con Argelia, con Marruecos, con estados Unidos, Francia nos ningunea, e Italia se lleva el gas argelino. No hay repunte económico tras la pandemia, a la que entregaste su gestión a las autonomías porque tú no podías con ella. Pero como lo único que te importa es el poder, te sobra la política, y sólo crees en la propaganda, has acabado cual una farsa de la película de Groucho cercado en la Cancillería. No da más de sí.
Vete de una vez con ZP a la Conferencia de Puebla a poner a parir a España y deja de hacer el ganso.