EL CORREO 31/12/13
· Urkullu insta a los presos de la banda a acogerse a la ‘vía Nanclares’ y solicita reunirse con Rajoy
La izquierda abertzale instó ayer a ETA a dar pasos hacia su desarme para favorecer el proceso de paz. Apenas dos días después de que los presos de la banda hicieran público que asumen las leyes españolas y reconociesen «con toda sinceridad el sufrimiento causado», Pernando Barrena, uno de los principales portavoces de Sortu, subrayó que la entrega de las armas es «necesaria y muy aconsejable». Mientras, el lehendakari Iñigo Urkullu alentaba a los reclusos de la organización a acogerse a la denominada ‘vía Nanclares’, tras insistir en la urgencia del desarme y desvelar que ha pedido ya una reunión a Mariano Rajoy. BILBAO. La izquierda abertzale instó ayer a ETA a dar pasos hacia su desarme para favorecer el proceso de paz. Apenas dos días después de que los presos de la organización terrorista hicieran público un comunicado en el que asumen por vez primera las leyes españolas, abren la puerta a la reinserción individual y reconocen «con toda sinceridad el sufrimiento causado», Sortu reclamó a la banda que avance en el proceso de desmantelamiento de sus arsenales para «despejar definitivamente la variable de la violencia política de la ecuación del conflicto vasco». Así lo aseguró ayer uno de los principales portavoces de la formación independentista, Pernando Barrena, quien, además, subrayó que la entrega de armas es «necesaria y muy aconsejable».
No es la primera vez en los últimos tres años que los dirigentes de la antigua Batasuna se pronuncian a favor de que ETA realice algún gesto que subraye aún más su decisión de poner fin a la actividad terrorista. Lo que cambió ayer fue el tono que utilizó el representante de Sortu. Mientras en ocasiones anteriores se aludía a que el desarme era un movimiento que se produciría tarde o temprano, Barrena pidió ayer a la cúpula etarra que presente de inmediato un proyecto para clausurar sus arsenales. Un apremio que no se había producido con anterioridad.
El portavoz de Sortu, entrevistado en la Ser, recordó que la banda había anunciado en un comunicado en verano que trabaja en una iniciativa para su desarme e instó a la banda a que presente ese proyecto «cuanto antes» para seguir avanzando en el proceso de paz. «Desconocemos cuando va a ocurrir. ETA dijo en julio que estaba tomando esa iniciativa y no sabemos más. Lo único que esperamos es poder trabajar cuanto antes esa propuesta para un desarme que sin duda es necesario y muy aconsejable», subrayó Barrena.
La clausura de los zulos y la entrega del armamento es, para los representantes políticos del movimiento independentista, «fundamental para dotar de bases sólidas al proceso de paz». Entienden que la sociedad vasca demanda un gesto de esas características y, según insistió Barrena, serviría para «despejar definitivamente la variable de la violencia política de la ecuación del conflicto vasco». «Nuestro deseo –prosiguió– es que ETA siga aportando en esa dirección y cabría esperar que el Gobierno español hiciera lo propio y participe en una fórmula segura y verificable».
A pesar de estas últimas palabras del portavoz de Sortu, la izquierda abertzale ha interiorizado ya que el Ejecutivo de Mariano Rajoy no llevará a cabo ningún movimiento en su actual política respecto de Euskadi y que no abrirá la puerta a mantener ninguna clase de contacto con ETA, aunque sea por vía indirecta. Los dirigentes independentistas están convencidos de que la mejor estrategia para sus intereses es continuar dando pasos unilaterales, sin esperar ninguna contraprestación del Gobierno español. Así se lo han transmitido al colectivo de presos, el EPPK, hasta convencerles de la necesidad de sacar a la luz un pronunciamiento como el del pasado sábado, y pretenden hacer ahora lo mismo con la organización armada.
Como ya informó este periódico el pasado mes de septiembre, la Comisión Internacional de Verificación que lidera Ram Manikkalingam ha decidido continuar con su labor porque considera que puede ayudar al desarme de la banda. Este grupo de expertos dio en febrero un ultimátum a ETA: o había un propósito sincero de entrega de armas o la comisión se disolvía. «El próximo mes de septiembre se cumplen dos años desde que se activó esta comisión. Tendremos que reevaluar nuestra tarea. Si no somos útiles, el grupo debería desaparecer», dijo entonces Manikkalingam.
La CIV ha pospuesto desde entonces una visita oficial al País Vasco a la espera de concretar los nuevos movimientos de ETA, aunque su portavoz ha viajado a Euskadi en varias ocasiones en el último año para sondear la situación y entrevistarse con dirigentes políticos vascos. La posibilidad de un gesto de la banda ha arreciado, de hecho, en las últimas semanas y los partidos han insistido en la conveniencia de que la cúpula etarra realizara un movimiento de ese tipo.
Sin riesgo de escisión
Pernando Barrena desligó ayer, no obstante, cualquier paso de ETA hacia su desarme del comunicado que el colectivo de presos dio a conocer el sábado. Son «cosas diferentes», enfatizó. El portavoz de Sortu quiso poner en calor el pronunciamiento del EPPK, en el que asumen las vías legales para su excarcelación, dejan atrás la reclamación de una amnistía y reconocer su «responsabilidad sobre las consecuencias derivadas de nuestra actividad política en el conflicto político».
Barrena aseguró que no habrá «normalización social» mientras haya personas «en prisión o fuera del país contra su voluntad por motivación política». Y enmarcó el comunicado del EPPK en el «cambio de estrategia» que la izquierda abertzale comenzó a adoptar en 2009, cuando apostó por las vías exclusivamente políticas. «Acompaña en pura lógica a esa posición», advirtió el representante de la formación independentista, que descartó la posibilidad de una escisión entre los presos porque la posición, dijo, es «unánime y vincula a todos los miembros del colectivo, aunque cada uno tenga sus matices».