EL CORREO, 08/11/12
La nueva marca de la izquierda abertzale ultima los debates internos y fija su congreso fundacional para el próximo 23-F.
Desde la página 1 BILBAO. La independencia a través de «metas intermedias». La izquierda abertzale comenzó ayer a desvelar cuáles serán las claves ideológicas de Sortu, su nueva marca. El partido, que nació en febrero de 2011 con la presentación de sus estatutos y recibió en julio pasado todos los parabienes legales por parte del Tribunal Constitucional, afronta la recta final de su proceso constituyente, en el que debe fijar sus líneas de actuación y establecer su equipo de dirección. La formación pretende concluir este trámite el próximo 23 de febrero, aniversario del golpe de Estado del teniente coronel Antonio Tejero, con un congreso que debería celebrarse en Bilbao o Pamplona.
Los responsables del partido dieron a conocer ayer las 50 primeras páginas de la ponencia en la que llevan trabajando en alrededor de 200 asambleas desde la pasada primavera, antes incluso de que el más alto tribunal del Estado se pronunciara. En concreto, desvelaron los apartados correspondientes a las bases ideológicas y al modelo de organización, que rompe con todas las estructuras de la antigua Batasuna. En los próximos días darán a conocer el modelo político y el de comunicación.
Sortu plantea un «tránsito» hacia la independencia y la configuración de «un Estado Vasco» a través de la sucesión de «metas intermedias». El documento cita la necesidad de unir Euskadi y Navarra dentro de una misma comunidad sin desgajarse aún de España. Es lo que denomina «un Estatuto de Autonomía de cuatro territorios para Hego Euskal Herria». Los promotores de la nueva marca, que aspira a convertirse en el referente independentista del País Vasco, la comunidad foral e Iparralde, puntualizan que ese ‘matrimonio’ previo deberá «recoger una legislación interna que reconozca la especificidad» de Navarra y «defina la relación entre territorios». Además, aboga por «la institucionalización de Ipar Euskal Herria», es decir, que Iparralde cuente con un departamento propio.
EL CORREO, 08/11/12