EL CORREO – 18/07/14
· Las dos formaciones intentan cerrar una reunión discreta antes de que acabe el mes para romper año y medio de incomunicación.
Sortu tienta al PNV a compartir una unidad de acción abertzale para la gestión de un «proceso de paz» y en favor del derecho a decidir, en un intento de evitar que la formación jeltzale se aleje. El portavoz de la formación independentista, Pernando Barrena, emplazó ayer públicamente al PNV a adoptar «compromisos compartidos para la paz, el desarme, el cambio de política penitenciaria y la defensa del derecho a decidir». Ésta será la oferta que ponga sobre la mesa la izquierda abertzale en la reunión que, a petición también de Sortu, ambas formaciones tratan de cerrar para los próximos días, antes de que acabe el mes en todo caso, según confirmaron a este periódico desde las dos partes.
La visita a Euskadi del principal mediador en el caso vasco, Jonathan Powell, ha animado a las huestes de Sortu, necesitadas de un empujón internacional para evitar que lo que denominan «proceso de paz y normalización democrática» no se pudra ante la falta de avances en el desarme y la flexibilización de la situación de los presos, y la pinza a la que le estaban sometiendo tanto el Gobierno central como el PNV y el Ejecutivo vasco.
Frente a ello, Barrena aprovechó una comparecencia en Donostia para valorar la visita a Euskadi de Powell y del primer ministro adjunto de Irlanda del Norte, Martin McGuinness, para reivindicar que es «el momento del diálogo político sin condiciones previas». Su objetivo es embarcar al PNV en la gestión conjunta de la consolidación de la paz, al considerar que comparten un diagnóstico general de cómo avanzar hacia lo que el mundo de Sortu considera «resolución de las consecuencias del conflicto», señaló en euskera y castellano.
Esta unidad está ahora en grave riesgo tras la agria polémica en que están envueltos en las últimas semanas, y que ambas partes intentarán reconducir en la reunión. De hecho, Barrena, tras tender la mano a la formación peneuvista, se mostró crítico con las palabras del portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, que acusó este pasado martes a la izquierda abertzale de «incumplir compromisos» que versarían sobre una mayor autocrítica por parte de Sortu respecto a su postura en el pasado ante la violencia de ETA, y la necesidad de que fuerce a la banda a avanzar hacia el desarme definitivo, según fuentes del PNV. Barrena, sin embargo, consideró «categóricamente falso» que su partido adquiriera «compromiso alguno» con la formación jeltzale.
A renglón seguido, el dirigente navarro señaló, en línea con lo desvelado el sábado por su compañero Rufi Etxeberria, que en los encuentros mantenidos el pasado año, se habló de intentar buscar «compromisos compartidos para la paz y la resolución del conflicto». La izquierda abertzale ha observado estos días, con cierta sorpresa, cómo PNV y Gobierno vasco se alineaban con el PP y el PSEEE en centrar la exigencia exclusivamente en Sortu, ETA y los presos. Así ha quedado en evidencia con la visita de los dos mediadores, a los que la formación jeltzale y el Ejecutivo de Iñigo Urkullu, representado por su secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, trasladaron que la pelota está principalmente en el tejado de la izquierda abertzale y la organización armada.
Frente a ello, Sortu apuesta por recomponer la unidad en la gestión de la consolidación de la paz escenificada en la manifestación de enero por los presos, y quebrada tras el fallido primer gesto de ETA de entrega de armas, que dejó muy mal sabor de boca en el lehendakari, que se había implicado hasta el fondo en el apoyo a los verificadores de ese desarme. La izquierda abertzale, quiere, primero, romper esa incomunicación enquistada desde entonces. El objetivo está cerca ya que el PNV ha aceptado sentarse a una mesa tal y como le pidió el líder de Sortu, Hasier Arraiz, al presidente del PNV, Andoni Ortuzar. Ambas formaciones repasan estos días agendas para verse las caras en los próximos días, antes de que el día 31, día de San Ignacio, el curso político eche el cierre y se sumerja en el parón veraniego de agosto. El objetivo es que el encuentro sean de carácter discreto, aunque están por cerrar los términos.
Y una vez frente a frente, Sortu ofrece al PNV trabajar juntos. Así, Barrena adelantó ayer que trasladarán al partido de Ortuzar que «no es tiempo de exigencias mutuas ni brindis al sol», sino de colaborar conjuntamente al ser los únicos partidos que, a su juicio, han mostrado interés en hacer avanzar el «proceso de resolución», aunque partan de planteamientos diferentes y «legítimos», y por encima de las enormes diferencias en cuestiones económicas y sociales como Kutxabank o el Tren de Alta Velocidad.
Un PNV receloso
La izquierda abertzale se encontrará al otro lado de la mesa a un PNV receloso. Los jeltzales exigen principalmente a Sortu que profundicen en la deslegitimación del terrorismo, y que presione a ETA y los presos para den nuevos pasos. Por ejemplo, desde el Euzkadi buru batzar critican que los reclusos no están cumpliendo lo que anunciaron para mejorar su situación. En este sentido, critican que las cartas individuales para solicitar el acercamiento son todas iguales, «hechas a troquel», lo que significa, a su juicio, que el EPPK sigue anclado en su tradicional reivindicación del «o todos o ninguno» que impide avanzar, denuncian fuentes peneuvistas consultadas por este periódico.
Además, Barrena destacó el valor de la visita de Powell y McGuinness, que resulta «fundamental» en un momento en el que el Gobierno del PP «trata de matar el proceso de paz por extenuación» y «actúa buscando la involución a otros tiempos». En opinión de Sortu , el «proceso de paz» es una «realidad consolidada» en una sociedad que «está firmemente decidida a no permitir que los enemigos de la paz arruinen esta posibilidad».
Para Barrena, todos los asuntos relacionados con el fin de ETA ocupan un lugar preferente en las preocupaciones de los ciudadanos vascos, como lo demuestran los resultados electorales, en los que los votantes han premiado a los partidos que «quieren sacar el proceso de paz adelante» y han castigado a los que «frivolizan» o se muestran inmovilistas sobre esta cuestión, en alusión a PSE y, sobre todo, PP. El dirigente independentista no quiso, por último, desvelar la visión de la situación que les transmitió Powell.
EL CORREO – 18/07/14