Tan sólo el 37% de los votantes son partidarios de una segunda consulta independentista tras el Brexit, según un sondeo de YouGov para The Times que revela también un descenso del respaldo a la opción soberanista al 40% (frente al 46% logrado en el referéndum de 2014).
Pese al voto mayoritario de los escoceses a favor de la permanencia en la UE y el repunte del independentismo tras el voto del 23-J, los ánimos se han enfriado en los dos últimos meses y la propia Sturgeon ha decidido moderar su discurso, según The Guardian. Sus esfuerzos se concentran ahora en garantizar el acceso de Escocia al Mercado Único durante las negociaciones de salida de la Unión Europea.
Sturgeon pasó de puntillas sobre la posibilidad de convocar un nuevo referéndum durante su intervención en el Parlamento de Edimburgo para explicar la postura del Gobierno escocés ante el Brexit. Hace apenas dos meses dijo que esa posibilidad era «altamente probable»; ahora sostiene que sólo recurrirá a una nueva consulta si piensa que es «la mejor opción para los escoceses».
Todo hacía pensar que el Gobierno escocés estaba dispuesto a activar el proceso para una nueva consulta por la vía rápida. En declaraciones a EL MUNDO, Alex Salmond, ex ministro principal y diputado del Partido Nacional Escocés (SNP), declaró que el Brexit hacía «inevitable» la nueva consulta independentista y vaticinó incluso que produciría en el plazo de dos años.
Durante la campaña del referéndum de la UE, Sturgeon puso notoriamente sobre la mesa la causa de la independencia y reiteró su deber de «acatar la voluntad de los escoceses», que al final votaron por un 62% a favor de la permanencia (en contraste con la derrota en el conjunto del Reino Unido por un 48% a un 52% ante los partidarios del Brexit).
Según The Guardian, Sturgeon comunicó a su Gobierno su decisión de no presionar de momento por una nueva consulta independentista, a la vista del escaso apoyo popular a la iniciativa. En su nuevo programa, el referéndum figura como «una opción» y no como «un objetivo». En cualquier caso, la líder escocesa no parece dispuesta a mover las piezas al menos hasta enero y según avance el proceso negociador.
Sturgeon criticó en cualquier caso ayer a la premier conservadora Theresa May y arremetió contra «el secretismo en las conversaciones con Bruselas». «Me preocupa realmente que la primera ministra diga a estas alturas que no tiene ningún comentario que hacer sobre las negociaciones», declaró Sturgeon, que reclamó una silla para Escocia en la mesa negociadora.
Esta misma semana, Sturgeon ha terciado en el debate interno del Gobierno May sobre un Brexitduro y un Brexitblando, y ha defendido a toda costa el acceso de Escocia al Mercado Único (siguiendo el ejemplo de Noruega) tras la salida de la UE.
Sturgeon reconoció que esperaba que el Gobierno británico invocara en los próximos tres meses el Artículo 50 para activar la salida de la UE. La cautela expresada por Theresa May –con quien parece tener en cualquier caso mejor química que con David Cameron– ha obligado también a poner en barbecho su propia estrategia.
En el momento de revelar las 14 leyes de política doméstica que impulsará su Gobierno en los próximos meses, se refirió así a la cuestión independentista: «Presentaremos una nueva ley de referéndum si concluimos que la independencia es la mejor y la única manera de defender los derechos de los escoceses».