JOSÉ MANUEL MARTÍN MEDEM, EL MUNDO – 21/12/14
· El bloqueo impuesto por Estados Unidos impidió el desarrollo democrático del proyecto cubano de socialismo y ahora Washington considera mucho más eficaz la contaminación económica y cultural para acabar con lo que queda de la Revolución cubana. La dignidad y la capacidad de resistencia del pueblo cubano, defendiendo su soberanía nacional, han impuesto a Obama un cambio en la política imperial, «porque no es útil para nuestros intereses», pero sin renunciar a su ambición de recuperar la influencia sobre el caimán del Caribe «para promover los cambios con mejores resultados».
Para empezar, medio millón de turistas estadounidenses con autorización para utilizar sus tarjetas de crédito. En lugar del aislamiento, la penetración en las telecomunicaciones y la conexión a internet. En vez de financiar a la oposición interna prefabricada, un ciclón de dólares para las inversiones del exilio de Miami en pequeñas empresas en Cuba. Y lo que era la imposición del pago por adelantado en la venta de alimentos a la isla se convierte en créditos y facilidades de transporte para las exportaciones estadounidenses, incluyendo materiales para la construcción de viviendas y suministros en la agricultura.
El cambio de Obama en su repertorio de presiones contra la autodeterminación de Cuba le plantea al Gobierno de La Habana la necesidad de defenderse de otra manera. Frente al lanzallamas económico no se puede mantener la congelación interna sin correr el riesgo de la evaporación del proyecto cubano de independencia nacional. Ahí está la asignatura pendiente de hacer compatibles la defensa de la soberanía nacional y el derecho a la autodeterminación personal.
Pero el cambio de Obama no es sólo contra la isla rebelde. Después de diez años sin una política global y estratégica en América Latina, Estados Unidos regresa a la región de sus vecinos para –como anunció Obama– «renovar nuestro liderazgo en el continente americano».
No es una casualidad que la reanudación de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Cuba coincida con el alto el fuego unilateral e indefinido de la guerrilla de las FARC que confirma el avance casi definitivo para un acuerdo en la negociación de La Habana con el Gobierno de Colombia.
Estados Unidos llegará en abril a la Cumbre de las Américas que se celebrará en Panamá (donde los gobiernos latinoamericanos le han impuesto la presencia de Cuba) disolviendo los dos conflictos históricos que bloqueaban su capacidad de intervención. Van en el mismo paquete la rectificación contra Cuba y el final de la guerra civil en Colombia. Washington necesita un nuevo escenario para apretar más a Venezuela, recuperar Argentina, aislar a Bolivia y Ecuador y negociar con la potencia emergente de Brasil.
Suavecito es mucho mejor.
José Manuel Martín Medem fue corresponsal de TVE en Cuba. Acaba de publicar El secreto mejor guardado de Fidel. Los fusilamientos del narcotráfico.