Inma Castilla de Cortázar-La Razón

26.06.2024 00:34

  • Los recientes resultados electorales del 9J, con respecto a los anteriores comicios de 2019, han supuesto un retroceso de la friolera de 4.300.000 votos para la mencionada tropa de Sánchez

Tras un elemental análisis de los resultados de las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, los ciudadanos aglutinados en casi un centenar de foros cívicos en la “Plataforma por la España Constitucional” elevamos una sugerencia a las autoridades del Parlamento de la Unión (PE) y, en particular, a las del Partido Popular Europeo (a saber, Manfred Weber y Úrsula von der Leyen).

Los miembros de esta Plataforma, surgida tras las concentraciones de Cibeles de 2023 y 2024, provocadas por la retahíla de arbitrariedades cometidas por el presidente Sánchez, tenemos la convicción de que la mayoría parlamentaria aglutinada por Sánchez, con lo peor de cada casa, en modo alguno se corresponde con la mayoría social, convicción que hemos procurado plasmar repetidamente y de forma gráfica en las sucesivas concentraciones de la castiza plaza de Cibeles.

Pues bien, los recientes resultados electorales del 9J, con respecto a los anteriores comicios de 2019, han supuesto un retroceso de la friolera de 4.300.000 votos para la mencionada tropa de Sánchez, es decir, todos esos partidos que hacen posible un Gobierno para la destrucción de España, que no es otra cosa lo que lidera el susodicho. El PSOE ha perdido 2.108.000 votos, Sumar y Podemos se han dejado en la gatera 875.000 votos y los partidos nacionalistas y secesionistas más de 1.320.000. Toda una debacle para cualquier observador ecuánime.

El hartazgo del español medio se puso de manifiesto con más de un 50% de abstención, pero el escrutinio de los votos, contantes y sonantes, dejaron constancia de forma incontestable que el patético Gobierno de Sánchez y sus socios no cuenta con el apoyo de la inmensa mayoría de españoles, si –por cierto– alguna vez lo tuvieron.

En este contexto, Úrsula von der Leyen la misma noche electoral afirmó, declaraciones que en absoluto sorprenderían a Esteban Pons, que el PPE continuaría su alianza con socialistas y verdes para la consecución de los objetivos de la Unión.

Como es sabido, el PP (el de Génova 13) es el segundo en relevancia dentro del grupo parlamentario del PP europeo, que a su vez es la primera fuerza en el PE con 190 de los 720 escaños. Por su parte, el PSOE es, en estos momentos, la primera fuerza del grupo parlamentario socialista. De mantenerse las actuales alianzas del PPE con socialistas europeos y verdes, es previsible la perniciosa influencia del PSOE en Europa. De aquí la exigencia ciudadana al PP de Génova 13 y la sugerencia al PPE porque –y cito explícitamente–: «La gravedad de la actuación de presidente Sánchez no afecta exclusivamente a España, sino a toda la UE. Por ello, desde la Plataforma por la España Constitucional, consideramos que el PP, cumpliendo con lo que es el mandato implícito de los millones de votantes que le han dado su confianza, debe defender firmemente ante su grupo parlamentario en Europa la necesidad de abrirse en determinadas cuestiones cruciales a otras alianzas alternativas con otros grupos del Parlamento Europeo comprometidos con la defensa de los derechos humanos, el imperio de la ley, la separación de poderes, la economía de mercado, fronteras seguras y la defensa de los valores básicos de la civilización occidental, que puedan hacer frente sin hipotecas a cualquier proceso que ponga en riesgo los fundamentos democráticos de nuestras sociedades, como el que estamos padeciendo en España».

Éste es el mensaje que desde la «Plataforma por la España Constitucional» han recibido Manfred Weber y Úrsula von der Leyen, así como Roberta Metsola, presidente del PE, y los 720 europarlamentarios porque para hacer frente al grave deterioro de la democracia en España se precisa la firme implicación de las instancias europeas. Para subrayar esta imperiosa necesidad reiteramos que los miembros de esta Plataforma tenemos la certeza de: «que Pedro Sánchez actúa movido exclusivamente por sus propios intereses y que el rechazo a sus políticas por parte de la mayoría de los ciudadanos no le llevará a dar la palabra a los electores, sino todo lo contrario: acelerará el proceso de demolición del sistema de pesos y contrapesos propio de la democracia, profundizando en el ataque a la separación de poderes, hostigando a la prensa independiente, utilizando a la Fiscalía para su defensa personal y la de su entorno familiar y, en definitiva, avanzando en la parasitación de todos los resortes del poder». Desafortunadamente, a los hechos nos remitimos.

No nos cabe duda que la obstinación en la perpetuación de las actuales alianzas abortaría cualquier respuesta eficaz a los retos de esta histórica etapa, condicionante del futuro de la Unión Europea, y supondría desoír el clamor de la mayoría de los ciudadanos europeos