ABC 03/10/16
· Los dirigentes están muy preocupados por el clima cainita que se evidenció el sábado
«¿Contra quien volcarán los militantes sanchistas, huérfanos e indignados, su ira en las primarias para elegir secretario o secretaria general del PSOE?», se preguntan en voz baja varios dirigentes, muy preocupados por el clima cainita que se vivió el sábado en el adiós traumático de Pedro Sánchez. Su respuesta es inequívoca: Susana Díaz. Diversas fuentes consultadas por ABC reconocen que hubo «exceso» de protagonismo del PSOEA en la batalla final y ha terminado por pasarle factura a ella en forma de insultos y vejaciones ante la sede. Andaluz es el exsecretario de Política Federal, Antonio Pradas, que entregó las firmas de los 17 dimitidos en la Ejecutiva saliente; y andaluza es la presidenta del Comité Federal y «mano derecha» de Díaz, Verónica Pérez, quien se reclamaba el jueves a las puertas de Ferraz «la única autoridad» porque la Ejecutiva Federal estaba disuelta.
Paradójicamente, esa «fuerza del sur» que permite a los socialistas ganar elección tras elección autonómica se transforma en hándicap fuera, genera recelos, particularmente en Cataluña pero no solo. Cuando el hoy presidente de la gestora, el asturiano Javier Fernández y el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, no estaban en las mejores relaciones con Díaz, se referían a ella como «la accionista mayoritaria» del PSOE, por sus modos y maneras.
Vara: «Gana elecciones»
Ahora han cambiado mucho las cosas porque el partido está descabezado y son muchos los que miran a la trianera «que gana elecciones», dijo esta semana Vara. En unas primarias, no hay ninguna duda de que los 48.000 militantes andaluces, algo menos del 30% del total, estarán a una con su lideresa para que dé, por fin, el salto a Ferraz… Pero, ¿Y el 70% restante?. Sánchez y los suyos se dedicaron en el último año a abonar la idea instalada de que Díaz funciona electoralmente bien «de Despeñaperros para abajo, pero en el resto de España no». Ella lo sabe y por eso desde aquel tumultuoso Comité Federal del 28 de diciembre, donde ya se registró un amago de echar a Sánchez, decidió pasar a un segundo plano. No quería ni quemar su imagen ni que Ferraz la pintara como «la mala» del cuento.
Ahora, tendrá que tomar una decisión crucial en su vida: si se presenta al congreso extraordinario que la gestora convocará, previsiblemente, en el primer trimestre de 2017. Y lo tendrá que hacer sin red porque no es descartable que tenga rival, que «alguien más con suficiente grado de conocimiento» intente aglutinar el rechazo que suscita Díaz en muchos militantes «sanchistas» y no «sanchistas». Inevitablemente, en este punto surgen los
nombres del expresidente del Congreso y exlendakari, Patxi López, y el de Eduardo Madina. Ambos son diputados, condición fundamental para ejercer la larga travesía del desierto que le queda al socialismo por delante, de hacer caso al sondeo que hoy publica ABC (PP 159, PSOE 68). Madina ha estado en esta última refriega claramente del lado de los críticos a Sánchez y López se ha mantenido fiel, pero en segundo plano.
· Dar la vuelta al clima
El «sanchismo» ha logrado deteriorar la imagen de la líder andaluza entre buena parte de los militantes
· El voto de rechazo
Madina lo sufrió en 2014 a favor de Sánchez y ahora le podría suceder lo mismo a Díaz en beneficio de López
· El papel de Sánchez
Puede ser fundamental a quien otorgue el apoyo porque sus partidarios se sienten agredidos
El exlendakari no abandonó la Ejecutiva con los 17 de Antonio Pradas y en las 48 horas que van del jueves al sábado realizó intentos de mediación infructuosos porque Sánchez nunca estuvo dispuesto a ceder en la idea de que había que convocar un congreso extraordinario y primarias el 23 de octubre. Su fiel escudero, Rodolfo Ares, protagonizó los enfrentamientos mas tensos con Verónica Pérez –pelea por el micro incluida– y él mismo ha renunciado a estar en la gestora aunque se lo propusieron en la noche del sábado, cuando Sánchez y César Luena ya habían abandonado la sede. Un Luena que respondió tajante a los periodistas con un «no» si apoyaría a Susana Díaz en unas primarias.
Ese gesto de Patxi López ha sido interpretado en sectores del partido como que no renuncia a estar en la «quiniela» con Díaz. A los ojos de decenas de miles de militantes «sanchistas», en estado de shock por el enfrentamiento vivido, no es un «traidor» como los barones que han dado el golpe a Sánchez y que fueron abucheados en el paseíllo infame del sábado en Ferraz. Y eso son puntos en una votación en urna en la que participarán 180.000 afiliados. Además, mantiene el «no es no» a Mariano Rajoy que ha sido la tumba política de Sánchez.
En la mente de todos los dirigentes socialistas está, porque no ha pasado tanto tiempo, su victoria el 13 de julio de 2014 aupado por la propia Susana Díaz y federaciones afines como el entonces PSM de Tomás Gómez, el PSPV de Ximo Puig, precisamente para que no ganara Eduardo Madina, a quien pusieron la etiqueta de «heredero» de Rubalcaba. Sánchez era un perfecto desconocido hasta seis meses antes y ganó a Madina por 65.000 a 42.000 votos después de una movilización sin precedentes de los barones a favor del político madrileño.
Bien pudiera suceder ahora lo contrario, argumentan diversos dirigentes socialistas: un agrupamiento del voto de rechazo a Díaz en torno a Patxi López, que nunca ha descartado del todo postularse. En 2014, antes de que Madina arrancara a Alfredo Pérez Rubalcaba la convocatoria de las primeras primarias en la historia del PSOE para elegir secretario general en urna, López y Díaz eran los nombres que rivalizaban en las quinielas para un congreso del «aparato» (mil delegados), donde es más fácil que los barones controlen el resultado final.
Ahora eso ya no podrá ser así, salvo que haya un solo candidato, como le gusta a Susana Díaz y, en el fondo, también a Sánchez, que el sábado aspiraba a ser reelegido en una primarias exprés el 23 de octubre porque sabía que los críticos y los barones no le presentarían rival. Y Madina insiste en que no volverá a presentarse. «Ya lo hice una vez, No repetiré», ha dicho en círculos privados». No lo va a tener fácil el político vasco porque hay quien cree que, si Díaz no da el paso, por miedo a verse rechazada por las bases, Madina debería volver a intentarlo, «ahora sí apoyado por muchos que entonces le dijimos no».
¿Qué hará Sánchez?
Claro que, en toda esta ecuación, falta una variable: ¿Cuál es el futuro de Pedro Sánchez? ¿Dejará el escaño de diputado? ¿Se presentará otra vez a las primarias como asegura el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que le confirmó el exlíder socialista en la noche del sábado?.
«¡¡Pedro sí, Susana no!!», gritaba el centenar de exaltados –unos afiliados y otros no– a las puertas de un Ferraz bunkerizado. Tras su declaración de despedida, el exsecretario general se ha sumido en el silencio. Y hay varias incógnitas por despejar. Por ejemplo, qué va a pasar en el Grupo Socialista si la gestora aprueba una abstención en otra sesión de investidura de Mariano Rajoy antes del 30 de octubre. Habrá que ver qué hace no solo Sánchez sino un nutrido grupo de diputados fielmente «sanchistas», entre los que destacan César Luena, Susana Sumelzo, Adriana Lastra o José Luis Ábalos. Hace dos días, Sumelzo retuiteó un tuit suyo de julio: «El PSOE pidió el voto para cambiar al PP, no para mantenerlo. Yo NO me abstendré, traicionaría a los votantes».