EL MUNDO – 07/02/16
· «Ya no lo oculta, hasta bromea con ello». La presidenta de la Junta, Susana Díaz, está convencida de que «puede hacer algo distinto» al frente del PSOE para que el partido recupere credibilidad y votantes.
· En el entorno de la presidenta dan por hecho que esta vez no habrá marcha atrás, y que si Pedro Sánchez fracasa en su intento de formar Gobierno, Susana Díaz se postulará para dirigir el PSOE.
La presidenta andaluza considera que España vive una «situación de emergencia nacional» ante la que no se podría negar a actuar, «siempre que se lo pidan» desde su partido y desde distintas capas de la sociedad, como el empresariado o los medios de comunicación. Si logra ese respaldo –como lo hizo en 2014, cuando declinó la oferta de sustituir a Alfredo Pérez Rubalcaba– esta vez no dudará. Se repite así el argumento de que Díaz «se sacrificaría por España», y que tendría que abandonar su querida Presidencia de la Junta porque «no le quedaría más remedio».
Por este motivo, desde el PSOE-A y sus federaciones afines se sigue apostando por la repetición de elecciones. Como quedó patente en el último Comité Federal, los dirigentes alineados con Díaz rechazan de plano un pacto con Podemos. Alegan que la alianza con Pablo Iglesias sería «el fin» del PSOE, ya que las encuestas internas vaticinan una caída electoral de hasta diez puntos en caso de Gobierno conjunto.
Si Sánchez no logra convertirse en presidente y se convocan elecciones, Ferraz tiene previsto suspender el Congreso Federal de mayo y activar las primarias para elegir candidato. Ahí comienzan los problemas para Susana Díaz. Si Sánchez se presentase, como es su intención, la dirigente sevillana tendría que arriesgar su situación como presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A para plantarle la batalla interna.
«Es una presidenta autonómica ¿Qué pasa si pierde? ¿Se tendría que ir también de allí?», advierten desde la dirección federal.
En Andalucía, no obstante, se plantean otros escenarios. Por ejemplo, que la premura de la situación hiciera que el Comité Federal decidiera no convocar las primarias y que fuera este órgano, máximo responsable entre congresos, quien eligiera al candidato. O que directamente Pedro Sánchez se viera impedido a presentarse por la presión que reciba después de haber cosechado los peores resultados de la historia del PSOE y de fracasar a la hora de formar Gobierno. Susana Díaz podría ser así la única aspirante, ya que sería difícil que nombres barajados como Patxi López, Guillermo Fernández Vara o Carme Chacón se enfrentaran a ella. Lograría así su ansiada aclamación.
Otra opción sería que Díaz dejara pasar las elecciones con Sánchez de candidato y diera el salto en el Congreso Federal para ostentar la Secretaría General, manteniendo la Presidencia de la Junta, como estaba planteado en su hoja de ruta en el caso de que el PP lograra gobernar. Ese periodo en la oposición en el Congreso le permitiría pilotar una transición tranquila en Andalucía hasta que llegaran nuevas elecciones. No obstante, dada la dureza de sus ataques a Sánchez y su nivel de compromiso alcanzado con ex dirigentes del partido, barones territoriales y grandes empresarios, en su entorno descartan esta opción y aseguran que daría el paso.
En este sentido, en el círculo de la presidenta admiten que «se equivocó» cuando no forzó la dimisión de Pedro Sánchez en el primer Comité Federal tras las elecciones, celebrado el 28 de diciembre. El equipo de Díaz alega que no solicitó una votación en la que podría haber dejado al secretario general en minoría «por responsabilidad», ya que esa derrota interna habría supuesto la desautorización de Sánchez y su obligación de dimitir.
Por su parte, desde Ferraz aseguran que esa votación no se planteó porque el PSOE-A no tenía garantizada su victoria. Sea como fuere, en la dirección andaluza se arrepienten de no haberlo intentado, dada la deriva alcanzada por Sánchez y su secretario de Organización, César Luena. El aparato andaluz considera que Sánchez y Luena «hacen lo que les da la gana», sin tener en cuenta que los 90 diputados que tienen proceden mayoritariamente de las principales federaciones, como la andaluza o la extremeña.
EL MUNDO – 07/02/16