LIBERTAD DIGITAL 19/05/17
CRISTINA LOSADA
· Lo que a mí me llama la atención es la metamorfosis de Pedro Sánchez. Una metamorfosis en poco tiempo y con tan poca memoria.
Cuando Pedro Sánchez dio su discurso de investidura, allá por el mes de marzo de 2016, dijo algo que nos gustó a unos cuantos: «Tenemos que hacer mestizaje ideológico«. Aquella investidura, basada en un preacuerdo de gobierno con Ciudadanos, no salió adelante. El liderazgo de Pedro en el partido tampoco prosperó. Y aquel sugerente mestizaje ideológico que apadrinó entonces no sólo quedó enterrado en un cajón: hoy, su candidatura a las primarias del PSOE se funda en lo contrario. Nada de mestizaje, nada de mezclas que perviertan las viejas esencias, nada de experimentos como los que han hecho socialdemócratas de otros países de Europa. Porque Sánchez, que iba de mestizo, ahora va de puro. De puro izquierdista. De salón.
Tan puro se ha vuelto Sánchez que ha encontrado ingredientes de liberalismo en Susana Díaz. Mejor dicho, los ha denunciado. La impureza «de corte liberal» que ha hallado en su rival en las primarias es una «renta garantizada» para jóvenes: un crédito fiscal vinculado a proyectos de formación, inserción laboral o emprendimiento. El dinero lo devolverían a través de la declaración del IRPF cuando empezaran a tener ingresos a lo largo de un período de 10 a 20 años. Sánchez no se ha limitado a tildar de liberal esa medida. Dice que la presidenta andaluza se presenta con «un programa de corte liberal». Completo.
Yo no voy a pasar esa promesa de Díaz por el filtro de pureza, ni el liberal ni el socialdemócrata ni ningún otro, aunque he visto que el programa de las Juventudes Socialistas, en 2008, llevaba una propuesta parecida. Lo que a mí me llama la atención es la metamorfosis de Pedro Sánchez. Una metamorfosis en poco tiempo y con tan poca memoria. Cuando pensó que un pacto con Ciudadanos podía llevarla a la presidencia del Gobierno, levantó la bandera del mestizaje ideológico y no quedó aquello en palabras al aire: el mestizaje se plasmó en el acuerdo que negociaron y firmaron los dos partidos.
Así, el mismo Sánchez que hoy se escandaliza por medidas de «corte liberal», dio su plácet a una que se incluyó en el acuerdo: el complemento salarial garantizado. El más destacado teórico de ese «impuesto negativo» fue Milton Friedman. ¿Le suena a Sánchez la Escuela de Chicago? No eran socialistas. La idea la adoptarían luego algunos mestizos, pero si lo de Susana es de «corte liberal», lo que firmó Sánchez también lo es. Ahora que piensa que para ganar las primarias tiene que levantar la bandera de la izquierda, quizá prefiere no acordarse de lo que hizo y suscribió hace poco más de un año.
El punto cómico en este enredo liberal de pacotilla lo puso Patxi López. El tercero en liza manifestó su radical oposición a la «renta garantizada» por dos buenas razones: por ser «una oferta muy americana y muy liberal«. Hombre, también son «americanas» las elecciones primarias, y ahí está él, compitiendo en un proceso que inventaron los americanos y que han acabado por importar muchos partidos europeos. Claro que tal como pintan las del PSOE, es posible que acaben con el partido.