Ignacio Camacho-ABC

  • El PP necesita definir su relación con la otra fuerza de la derecha. Y llegar a las urnas con las cartas sobre la mesa

Aquel viejo y corrupto zorro de la política llamado Giulio Andreotti sentenció que el poder desgasta sobre todo al que no lo tiene. Lo sabe Sánchez, que se aferra al cargo utilizando todos los resortes del Estado, y lo comprueba Feijóo al frente de un partido desorientado por la dificultad de digerir al cabo de dos años la frustración de su doloroso gatillazo. El PP es hoy una organización cuyo enorme poder territorial no produce los frutos deseados porque le falta en primer lugar disciplina para que los dirigentes autonómicos obedezcan al mando, y después una impronta, un marchamo, un proyecto de país capaz de suscitar la confianza mayoritaria de los ciudadanos. El de derogar el sanchismo no funcionó y puede que siga sin funcionar si no va a acompañado de un modelo programático más definido y coherente que el de esperar a que el Ejecutivo se desplome solo por la inercia de sus propios fracasos. O al menos de un tono que el líder de la oposición aún no ha encontrado, y cuya ausencia provoca demasiadas veces la impresión de estar perdido en mitad de un páramo.

Cuando los partidos pierden la seguridad en sí mismos suelen recurrir a la fórmula de autoestimulación que suponen los congresos. Pero ese impulso anímico servirá de poco si la dirección no presenta a sus cuadros y a sus potenciales sectores de apoyo una idea concreta de relanzamiento. Un plan, unas medidas de Gobierno, una línea firme de actuación para todos y cada uno de sus miembros… y un equipo nuevo. El actual se ha revelado insuficiente para enfrentarse a un adversario experto en saltarse las reglas convencionales de juego; no sabe dominar los tiempos, carece de eficacia comunicativa y no acaba de entender que las batallas políticas de la posmodernidad ya no se libran en el Parlamento, ni siquiera en los medios, sino en los ámbitos de conversación pública abiertos donde la izquierda se mueve bajo radar para imponer sus relatos de diseño.