ABC 07/02/15
LUIS VENTOSO
· No paran: conspiran contra Neymar, juzgan a Pujol, frenan los quitanieves…
Aveces un hombre honesto se la juega y destapa las entretelas más pútridas del Estado. El 13 de enero de 1898, Émile Zola escribió su legendario «Yo Acuso» en la primera de «L’Aurore». Una carta al presidente de la República en la que denunciaba la repugnante conspiración antisemita contra el capitán Dreyfus. Esta semana se ha producido en España una gesta cívica equiparable. El hombre que ha levantado la alfombra es el presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu, y ha revelado alto y claro lo que todos sospechábamos: «A ciertos poderes del Estado no les ha gustado que viniera Neymar». Así es.
En mayo de 2013, el Barça fichó al flaco Neymar por 57 millones (en realidad eran 94,8, pero había mediado el clásico seny fiscal). En Moncloa saltaron todas las alarmas. Esa misma noche, en la sala bunkerizada de las crisis, cuatro personas en el corazón de los secretos del Estado visionaban en privado un vídeo confidencial del CNI, cuyo responsable, el general Sanz Roldán, se sentaba en la penumbra con mirada grave. La grabación recogía los mejores goles de Neymar da Silva en el Santos. Algunos eran pura brujería: taconazos de fantasía, bicicletas, desbordes imposibles… El presidente Rajoy, circunspecto, ordenó detener la proyección con un gesto. Con voz queda, mirado de hito en hito a los presentes, dijo: «Señores, si este pájaro hace estas virguerías en el Barça, tenemos un problema político de cáspita». Nuestro ministro del Interior, con el pundonor cachazudo que lo caracteriza, fue el primero en hablar: «Presidente, te pongo ya a la UDEF en posición de firmes». Mariano, sabedor de que las soluciones del noble Jorge suelen acabar como la tomatina de Buñol, miró a su derecha buscando un apoyo más sereno: «Soraya, monta una comisión sobre lo de este tío, Neymar, a ver si se puede hacer algo, o no, o todo lo contrario». Para cerrar la reunión, intervinieron por videoconferencia Florentino y una secretaria de Ruz (el magistrado no pudo ponerse, porque en ese momento estaba interrogando a la vez a un yihadista, dos de la Gürtel y una prima tercera de Bárcenas). La vicepresidenta, siempre eficaz, creó un comité de expertos –cuatro abogados del Estado y su jefa de prensa–, y tras unas sesudas deliberaciones decidieron darle un telefonazo a Montoro: «Cristóbal, macho, mírate lo de este Neymar, que están en juego los cimientos del Estado».