José Alejandro Vara-Vozpópuli

  • “Pedro, resulta que eres mortal”. Parecía invencible, imbatible, granítico, resiliente, eterno y está a punto de convertirse en material para el tacho

Decía Tom Wolfe que la naturaleza no imita al arte sino a la mala televisión. No siempre es así. A veces imita a las buenas películas. El culebrón de la banda del Peugeot protagoniza a estas horas un remake de Reservoir dogs, el filme de Tarantino. Todos contra todos, Koldo disparando contra Cerdán, Cerdán contra Ábalos y Ábalos contra Koldo, Cerdán y hasta contra Sánchez. Todos se tienen grabados a todos, todos tienen pruebas para tumbar el sanchismo. De esta balasera no va a salir uno vivo. Sánchez ya está kaput y sólo falta conocer la hora del responso.

Los guionistas del embrollo (los socios separatistas) todavía no han resuelto la escena final. Quizás lo tienen decidido pero evitan  el spoiler. Manejan varias soluciones sobre la mesa. Una cuestión de confianza -que requiere ardua negociación- o la renuncia del presidente zombi en favor de un petimetre que oficie de marioneta hasta las elecciones del 27. La mafieta Frankenstein está de acuerdo en lo principal. Nada de disolver y adelantar las generales. El trompazo de la izquierda del progreso y la ultraderecha periférica sería estrepitoso.

Hay prisa. Se amontonan las pruebas, la instrucción se acelera. Navarra, Ferraz, Aire Europa, los hidrocarburos, Venezuela…¡hasta Melilla!  La insaciable trama no perdonaba un rincón donde meter sus zarpas. Sánchez ha fracasado en su último postureo, el de plantarle cara a la Otan, una añagaza estéril, y pretende participar en la selección de su delfín, el presidente de consenso. Hay candidatos ocultos y aspirantes traviesos. Bolaños, jefe de la sala de máquinas de Presidencia está en casi todas las quinielas. No para el futuro sino para este extraño periodo en el limbo. También Adriana Lastra, miss despecho, ex número dos del partido, la persona que más odia en el mundo a Cerdán. O Cristina Narbona, presidenta del deshonor de este PSOE agonizante. O MJ Montero, tan abrasada que mejor que no. Lo de Salvador Illa, este viernes convocado de urgencia por su jefesería para la segunda fase del operativo, como candidato a las elecciones generales, si es que para entonces sobrevive aún el partido. Como bien se sabe, a los socialistas ya solo los votan en Cataluña.

Puede que esta semana en el Supremo, donde comparecen los tres tristes tipos, el gorilón, el putero y el corsario, citados por el juez Puente para aclarar todo cuanto hasta ahora emerge del informe de la UCO, sobrevenga la sorpresa

La otra opción, la cuestión de confianza, es más laboriosa y le produce escalofríos al capo -diría Feijóo– porque exige negociaciones extenuantes, acuerdos estropajosos con cada uno de sus apoyos, esa purrela decidida a sacarle los higadillos antes de que Moncloa cambie de color.  Ya no está el patio para esos bailes.

“Sánchez, resulta que eres mortal”. Parecía invencible, imbatible, granítico, resiliente eterno y está a punto de pasar de zombi bunquerizado a cobarde sin mañana. Todo filme mediocre precisa de un giro sorpresa, un golpe de efecto para combatir el tedio. Aquí aparecen los personajillos de esta versión cutre Tarantino, el trío calavera del Peugeot, el “triángulo tóxico” que decía Pilar Alegría, la demóstenes del Moncayo. Puede que este lunes en el Supremo, donde comparecen Koldo y Ábalos (Cerdán pidió aplazamiento por una semana) estalle la sorpresa. Ante la perspectiva de unas cautelares que le manden al talego, quizás algún  imputado opte por escoger la vía Aldama y alcance un súbito acuerdo con la fiscalía a cambio de un soplo, una pista, una delación. En ese caso, Sánchez y Begoña pueden darse por finiquitados. Una lluvia de balas perdidas encontrarán su destino.

De aquí al 9 de julio, cundo el presidente del Gobierno se personará en el Congreso para no explicar nada sobre las corrupciones de su casa, puede que haya sobrevenido algún nuevo terremoto. La UCO ha entrado este viernes en Ferraz, en Adif y en Transportes. El juez Puente tiene prisa. La justicia, también.

La última encuesta (Veinte minutos) sitúa al PSOE por debajo de los 110 escaños, apenas un 26 por ciento. Sugieren las leyes demoscópicas que el PSOE está difunto si no supera e 30 por ciento de los votos. Mala pinta tiene. El PP escala por encima del 35 por ciento, algo inimaginable hace unos meses, y roza los 160 escaños. Vox sube un punto. O sea, que no baja. Ojo con volverse loquitos en Génova, como en julio del 23, cuando ya se repartían los ministerios. Alguno hubo que encargó seis trajes. Atento Miguel Tellado, sonríes demasiado.