EL PAÍS 20/11/15
· El exdirigente de Convergència Antoni Fernández Teixidó justifica su dimisión por la apuesta independentista y los pactos con la CUP
Miembro del ala más liberal de Convergència y antiguo dirigente del CDS, Teixidó llevaba más de seis meses sin participar en los órganos de dirección. Rechaza definirse como “crítico” pero llama al partido a hacer una reflexión a partir de los resultados obtenidos por la coalición Junts pel Sí. “Hemos sacado 62 diputados, que son los que teníamos en 2010, pero ahora solo 29 son de Convergència”.
El discurso de Fernández Teixidó es una enmienda a la totalidad de las decisiones que ha tomado su partido los últimos cinco años. Cree que el primer error fue sumarse acríticamente a la primera gran manifestación independentista que organizó la Asamblea Nacional Catalana en 2012 y que a CDC, como al resto de partidos, la pilló desprevenida. “Decidimos cabalgar el tigre en lugar de conducirlo, y aquí están los resultados”, dice.
Después hubo otras decisiones como aparcar la demanda del pacto fiscal tras la reunión que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y Artur Mas mantuvieron en septiembre de 2012. CDC decidió subir el listón. Teixidó comenzó a sentirse incómodo pero aguantó.
El vaso comienza a colmarse la pasada primavera, cuando Unió y Convergència se separan por el proceso independentista. “Nunca fui partidario de romper la federación”, explica. Otra decisión que no compartió fue la de concurrir a las elecciones con Esquerra Republicana dentro de la coalición Junts pel Sí. “No me pareció apropiado que Mas fuera el número cuatro, no me cuadraba la hoja de ruta porque era peligrosamente abstracta y porque veía que nos llevaba a un callejón sin salida, porque si dependíamos de la CUP tendríamos muchos problemas. Y así ha sido”, afirma.
· “Convergència acabará siendo víctima de la CUP y Mas lo sabe”
Tampoco comparte la lectura que la dirección de CDC hizo del resultado de las elecciones del 27 de septiembre. “Deberíamos haber asumido que el plebiscito se perdió”. ]“Lo que deberíamos haber dicho es que no lo habíamos conseguido por poco, pero que el plebiscito no se había ganado y pedir el apoyo coyuntural de todos los partidos para la investidura asegurando que no negociaríamos con la CUP porque representan lo opuesto a lo que somos nosotros”.
El culmen ha llegado con los acuerdos con la CUP para aprobar la resolución secesionista que ha suspendido el Tribunal Constitucional. “Esta resolución me causa estupefacción, nadie nos había dado su voto para hacer esto”, asegura. “¿En qué punto del programa llevábamos que solo íbamos a obedecer las leyes catalanas? Y encima no hay ni acuerdo de investidura. Yo no habría votado la propuesta de resolución aunque hubiese implicado investir a Mas”.
Está convencido de que Convergència y la CUP son como agua y aceite pese a compartir el objetivo de la independencia. “No podemos cerrar acuerdos de legislatura con un partido antisistema, anticapitalista y antieuropeo. No podemos estar así ni 18 meses, porque la CUP pretende todo lo contrario de lo que queremos nosotros. Acabaremos siendo sus víctimas y Mas lo sabe”.
De hecho, sostiene que la CUP tiene como objetivo acabar con el actual presidente en funciones. “Es normal que la CUP intente hundir a Mas, lo que no es explicable es que Convergència no lo evite; y esto no se consigue pactando con ellos”, dice.
Algunos en Convergència acusan a Teixidó de bajarse del tren al no haberse podido recolocar en las candidaturas del 20 de diciembre. “Es rotundamente falso”, dice. “La única forma de ir a las elecciones generales era poder explicar al resto de diputados que íbamos a defender Cataluña y a hablar con ellos. Y tengo la sospecha de que Convergència no quiere hacer esto. De hecho, la trayectoria de Francesc Homs como portavoz de la Generalitat invalida este planteamiento”, dice. Tampoco es muy optimista con los resultados de su partido. “Ojalá me equivoque, pero el 20-D no irá bien”.